Por Juan E. Ballesteros
10/4/2017
El Banco Popular está abocado a una nueva ampliación de capital para salir de la crisis y cumplir con los requisitos exigidos por el Banco Central Europeo (BCE), según ha reconocido hoy el presidente de la entidad, Emilio Saracho, en la Junta General de Accionista en la que ha explicado su estrategia de futuro y no ha descartado una operación corporativa aunque su objetivo no será fusionar la entidad con otra. Con ese objetivo, se ha comprometido a llevar a cabo una gestión prudente, transparente y rigurosa. para recuperar la credibilidad y la confianza.
El análisis del presidente de Banco Popular coincide con el diagnóstico hecho público por la agencia de calificación Moody’s, que ha señalado que “será un reto para el banco cumplir con el requerimiento de capital total del Proceso de Revisión y Evaluación Supervisora (SREP) sin captar capital adicional”. La agencia calcula que la ratio de capital de Popular se situará entre el 11,7% y el 11,85% al cierre del primer trimestre (en línea con las estimaciones del banco), «solo» 40 puntos básicos, equivalentes a 300 millones de euros, por encima de los requisitos del supervisor.
Para Saracho resulta perentorio vender activos: “Hemos de equilibrar los rendimientos del negocio tradicional con el riesgo inherente a la desinversión de activos dudosos e inmobiliarios. En el caso de Popular, una mayor flexibilidad en la interpretación de las exigencias regulatorias nos otorgaría el margen necesario para poner en marcha toda una batería de medidas adicionales que, estoy convencido, mejorarían sustancialmente nuestra situación. En cualquier caso no fiamos nuestro futuro a ello”.
Sin esa flexibilidad, ha continuado Saracho, “parece que el diagnóstico general es unánime: estamos abocados a aumentar capital para continuar hacia adelante. Sin embargo, mi preferencia es que si acudimos al mercado sea no sólo para cumplir con los niveles requeridos de capital, sino para alcanzar un volumen de fondos propios que permita garantizar al Banco la ejecución de su estrategia y competir en el mercado en igualdad de condiciones. Una nueva ampliación de capital sólo puede realizarse sobre un sustrato de alta confianza. Debemos construirlo a través de la transparencia y de la consistencia en la gestión y en la información. Cada trimestre pondremos especial énfasis en mejorar en esto”.
El presidente ha lamentado las presiones de todo tipo a las que está sometido Banco Popular por parte de bajistas, analistas y medios. “Popular ha aguantado la crisis casi una década –ha dicho–, sin ayuda externa alguna, ha absorbido fuertes provisiones, vendido negocios y acudido a sus accionistas en tres ocasiones, ha contribuido a la consolidación del sector, adquiriendo Banco Pastor y Citibank España, ha hecho frente a sus responsabilidades sociales y es rentable en su negocio principal. Se da la paradoja de que nos encontramos en este momento casi con el capital más alto de nuestra historia pero, no obstante, las cada vez más elevadas exigencias regulatorias hacen que resulte suficiente pero ajustado”.
Saracho también hizo referencia a la posibilidad de una operación corporativa, de la que comentó que “a lo largo de las diferentes rondas de consolidación de la industria hemos permanecido independientes y en mi opinión esto es parte de nuestro valor diferencial. Pero eso no significa que piense que una operación de este tipo en la que se reconozca el valor intrínseco de la franquicia de Popular no sea una opción. Valoraremos en su momento todas las alternativas creíbles que se nos planteen y tomaremos la decisión que más valor genere para el banco, sus clientes, sus accionistas y sus empleados. Pero les puedo asegurar que no gestionaremos con el fin exclusivo de materializar una operación corporativa. Esa es solamente una posibilidad más, tan posible como otras, pero nuestro plan tiene que estar en nuestras manos y no depender de terceros”.