Por Andrés Tovar
15/04/2017
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Uno de los gritos de protesta de los manifestantes supremacistas blancos en Virginia (EEUU) este fin de semana fue originalmente una filosofía racista difundida en la Alemania nazi.
Los supremacistas blancos y otros grupos de extrema derecha que participaron en los condenables sucesos de Charlottesville, como parte de la manifestación «Unite the Right» que dejó una dama muerta y otras 19 heridas, fueron filmados el viernes anterior cantando «Sangre y tierra«, (Blood and Soil), un eslogan nazi (Blut und Boden) que sostenía que la etnicidad se basa únicamente en la ascendencia (la sangre de un pueblo» y la tierra de donde se proviene.
https://youtu.be/DGHXDZ5GIxo
Aunque era una expresión alemana originada décadas antes de que Hitler llegara al poder, «Sangre y tierra» fue popularizado por el prominente teórico nazi Richard Walther Darré en 1930, tres años antes de convertirse en ministro de alimentación y agricultura de Hitler.
Darré sostuvo que la preservación de la raza nórdica estaba inextricablemente ligada a la población agraria de Alemania. La idea pintó a los granjeros como héroes nacionales que protegían la pureza de Alemania.
Bajo Darré, y con el apoyo de Hitler, el Partido Nazi abrazó «Sangre y Suelo» como una de sus principales ideologías.
El origen del «Sangre y tierra»
El concepto fue construido a partir de teorías racistas y pangermanistas que se desarrollaron a fines del siglo XIX en Alemania y constituye un elemento central de la ideología nacionalsocialista. Los críticos de esta ideología ven en ella una legitimación de la carrera belicista, pues proponía garantizar la existencia del propio pueblo a través de la destrucción de otros pueblos para garantizar la apropiación de tierras ajenas.
El término apareció en 1922 en La decadencia de Occidente de Oswald Spengler, donde evoca un «combate de la sangre y del suelo contra una forma de híbrido interno entre hombre y animal».
La imagen fue retomada por August Winnig en un texto de 1926 titulado Liberación y en el libro Das Reich als Republik (1928), cada vez al inicio de la misma frase: «La sangre y el suelo son el destino del pueblo alemá»».
Darré popularizó la frase en la época del ascenso nazi. En 1930, escribió un libro titulado Neuadel aus Blut und Boden (Una nueva aristocracia basada en la sangre y el suelo), en el cual proponía un programa de eugenesia sistémica, bajo el argumento que la crianza era la panacea para todos los problemas del Estado.
Una condena
La ideología también ayudó al Partido Nazi a culpar al declive de la clase rural de Alemania en los judíos. La propaganda nazi usualmente representaba a los alemanes judíos como banqueros y comerciantes -un marcado contraste con los glorificados campesinos del «Sangre y Tierra» que Darré y Hitler argumentaban eran la columna vertebral y el futuro de Alemania.
En 1933, el Partido Nazi hizo de la frase una política oficial, declarando algunas tierras agrícolas hereditarias. Los agricultores necesitaban un certificado ario para probar que eran un miembro de la raza aria para recibir los beneficios de la ley.
La frase estuvo lejos de ser la única racista usada por los manifestantes en Charlottesville el fin de semana: muchas otras banderas y consignas son tomadas directamente del simbolismo nazi.
El presidente de Estados Unidos finalmente condenó la violencia supremacista blanca en Charlottesville este lunes, dos días después de una declaración inicial que culpaba a “ambos bandos” por la violencia en gran parte instigada por activistas de extrema derecha (incluyendo un ataque automovilístico a una contramanifestante que mató a una persona e hirió 19).
Pero la única parte de su declaración de este lunes que parecía prometer que estaba dedicando no sólo palabras, sino acción, al problema del extremismo supremacista en Estados Unidos (“No escatimaremos recursos en la lucha para que cada niño estadounidense pueda crecer libre de la violencia y el miedo”), a justificar por su referente, tiene mucho que hacer por delante.