Por Cambio16
Las ikurriña ondeando en la Casa Consistorial ha acompañado el cohete anunciador de los sanfermines, que han lanzado al alimón un miembro del Orfeón Pamplonés en su 150 aniversario y una descendiente de la peña La Veleta, impulsora del traje blanco y rojo de las fiestas.
La Ikurriña no forma parte de las enseñas oficiales en Navarra y UPV durante su etapa al frente del consistorio llegó a publicar un bando que impedía el libre acceso de banderas a la plaza. Bando que ya ha sido retirado por EH Bildu evitando así que la Policía Municipal tenga que retirar las enseñas vascas que porten los mozos y mozas.
Por delegación del alcalde Joseba Asiron, de EH Bildu, Javier Aranegui y Chantal Estrada han sido los encargados de lanzar el chupinazo ante los miles de personas congregadas en la plaza del Ayuntamiento.
Los gritos de «pamplonesas, pamploneses, iruñeako, viva San Fermín, gora San Fermín», cada una de esas palabras pronunciadas de forma alterna primero por él y luego por ella, han precedido al cohete lanzado desde el balcón, en el que este año había cinco mástiles para las banderas europea, española, navarra, pamplonesa y vasca.
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De esta manera, han dado comienzo nueve días ininterrumpidos de fiesta para los que el Ayuntamiento de Pamplona ha elaborado un programa que incluye 459 actos y en cuya presentación Asirón ya adelantó la presencia de la ikurriña en este chupinazo.
Un hecho que la Delegación del Gobierno en Navarra ha recurrido esta misma mañana en el juzgado de guardia por considerar que «va en contra de la legalidad vigente», aunque el alcalde ha sostenido que se trataba de una deferencia hacia tres parlamentarias vascas invitadas al cohete.
Pero más allá del conflicto de símbolos -también había una bandera griega en otro balcón consistorial portada por un grupo de concejales-, pamploneses y visitantes llenaban las calles del centro y el casco viejo de la ciudad desde primeras horas de la mañana, dispuestos a compartir los tradicionales almuerzos antes de sumergirse en la fiesta.
Ya al mediodía, cinco puntos de Pamplona, además de la plaza Consistorial, concentraban la atención de miles de personas para seguir el chupinazo en pantallas gigantes.
Un cohete que, como ya es tradición, se aguardaba con los «pañuelicos» de fiestas formando un triángulo sobre las cabezas y de esta forma dibujando inmensas alfombras rojas que tapaban a los concentrados, ya muchos de ellos con sus vestimentas de este mismo color pues el vino y la sangría han sustituido en gran parte al cava que años atrás servía para refrescar la espera hasta el mediodía.
Con el estallido en el cielo, la música se ha desperdigado por la ciudad con la misma rapidez que los miles de personas dispuestas a bailar cualquier ritmo, entonar cualquier canción o beber y comer.
A todos, el alcalde les ha animado a vivir estos sanfermines «con plenitud, con muchísimo respeto y en buena convivencia».