Por Cambio16 | Efe
03/02/2016
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se pondrá este miércoles en contacto con todas las fuerzas políticas para impulsar la formación de un gobierno de «cambio, progresista y reformista», después de que el Rey le haya encomendado la tarea de intentar la investidura.
Sánchez desvelará el equipo que se encargará de las negociaciones en los distintos grupos de trabajo, así como a qué partidos llamará en primer lugar. «Vamos paso a paso», ha pedido Sánchez, quien ha estimado que necesitará «al menos un mes» para tratar de someterse a la investidura.
El líder del PSOE ha garantizado que «se implicará desde el primer minuto» en las conversaciones que mantendrá «a izquierda y derecha». «La agenda no estará vacía, estará llena de reuniones con el deseo de alumbrar lo que están esperando los españoles», se ha comprometido.
Pese al malestar del líder de Podemos, Pablo Iglesias, por el deseo del PSOE de tratar de trenzar un acuerdo de gobierno en el que también esté Ciudadanos, el secretario general del PSOE ha asegurado que hablará con él. No obstante, le ha recordado que «el cambio no es patrimonio de ningún líder, ni de una formación política», sino del conjunto de la sociedad.
También ha informado de que incluirá en la ronda de conversaciones a las confluencias territoriales de Podemos, como son En Comú Podem, En Marea y Compromís.
Consciente de la dificultad que representa el reto, Sánchez ha pedido que «la generosidad, los principios y las convicciones» presidan las reuniones que haya con el fin de «no quebrar la confianza de millones de españoles».
«Tiendo la mano, abro la mano y espero que el resto de fuerzas hagan lo propio. No hablemos de vetos, sino de políticas», ha rogado. «No soy Rajoy. Voy en serio y espero que el resto vayan en serio», ha añadido el dirigente socialista.
Ha dejado claro que en las negociaciones, la prioridad debe ser hablar de las políticas que se puedan poner en marcha, distintas a las aplicadas por el PP, y luego será el momento de decidir qué tipo de gobierno se entabla.
«Antes de las alianzas, vienen los proyectos, antes de los nombres, vienen los programas, antes del con quién, viene el para qué», ha remarcado Sánchez, quien no ha querido concretar si prefiere gobernar en solitario, como dijo en campaña, o en coalición, como le propone Podemos.
Después de los cuatro años de mayoría absoluta del PP, Sánchez ha hecho un llamamiento a Podemos para huir de «los frentes» y anteponer el interés general. «Los votantes de Podemos no entenderían que no se apoyara la candidatura de un presidente socialista que pusiera fin a cuatro años del PP», ha hecho ver.
Sánchez ha tendido la mano al PP, pero ha dejado claro que en la «formulación de gobierno» que contempla, este partido no tiene encaje. No obstante, ha pedido a los populares que actúen con la misma «lealtad» que él tuvo en los asuntos de Estado y que participen en el debate de las principales reformas que necesita el país, como la de la Constitución.
Respecto a si hablará con ERC y Convergencia, Sánchez ha apuntado que también dialogará con ellos «aunque sea» para decirles que no comparte su postura sobre la independencia. Ha reiterado que no buscará su apoyo para la investidura, ni tampoco su abstención.
Sánchez ha garantizado que en su ánimo está que las negociaciones se desarrollen con «transparencia» y con «luz y taquígrafos», si bien ha pedido que se respeten las «zonas de discreción» que requiere un proceso de estas características.
Ha apuntado que el mayor ejemplo de transparencia es que el eventual acuerdo de gobierno que alcance se someterá a la consulta de la militancia socialista.
Sánchez también hablará, «por supuesto», con los barones socialistas al subrayar que son «una de las grandes fortalezas» del partido, pese a no mantener siempre el mismo criterio. «Algunos pueden entender que es una debilidad, pero es una fortaleza que haya debate y deliberación», ha asegurado el líder socialista.