En el Día Internacional del Jaguar, WWF y Cambio16 lanzan un grito de auxilio y esperanza para evitar la extinción del felino más grande y hermoso de América
Venerado como un dios animal por incas, mayas y aztecas, el hombre compartió el bosque en armonía con el hijo del Sol durante milenios, pero el avance del cemento, el hormigón y la deforestación por la presión humana ha colocado al fascinante felino en serio riesgo de extinción en muchas regiones.
A su vez, las mafias del tráfico de especies están mirando hacia el jaguar como una nueva víctima, en parte como alternativa del tigre cuya persecución y tráfico de sus partes están mucho más vigilados.
Los últimos jaguares o yaguaretés sobreviven en 18 países del centro y sur de América, desde México a Argentina. Prácticamente está extinguido en Estados Unidos, El Salvador y Uruguay. La Unión Mundial para la Naturaleza calcula que solo quedan 64.000 jaguares en libertad, el 90% de ellos en países amazónicos.
Desaparecido de la mitad de su territorio
En las últimas décadas el jaguar ha desaparecido de la mitad de su área de distribución histórica debido principalmente a la destrucción de su hogar y al tráfico de especies. La pérdida de su hábitat es consecuencia de la expansión agrícola y ganadera extensiva, la tala ilegal, el desarrollo urbano y de infraestructuras así como de los incendios, como los que están devastando la Amazonía, el pantanal y el chaco.
Los recientes incendios en la Amazonía, que en 2019 arrasaron una superficie de bosque equivalente al tamaño de Navarra, desplazaron, hirieron o mataron a cerca de 1.500 jaguares. Por si fuera poco, están disminuyendo las presas que le sirven de alimento y aumentando los conflictos con cazadores, campesinos y granjeros. Pero una de sus mayores amenazas es la caza furtiva. El jaguar se ha convertido en objetivo prioritario de las mafias del tráfico de especies
Nueva víctima del tráfico de especies
A mediados de los 70 y gracias al apoyo de nuestros socios y a los controles de CITES, conseguimos reducir su trampeo con destino a zoológicos y la venta de sus pieles en Europa y Estados Unidos Pero el furtivismo y el comercio ilegal de sus partes (pieles, patas, garras y colmillos) continuaron a nivel local y, últimamente, el problema se ha extendido y agravado situando al jaguar como nueva víctima muy codiciada por el tráfico de especies.
Para algunos traficantes el jaguar es considerado el sustituto ideal de los huesos de tigre para la medicina tradicional oriental. Sobre todo entre la comunidad asiática que vive en Latinoamérica o en China, principal destino del tráfico ilegal de sus partes, donde sus testículos son utilizados como afrodisiaco y sus garras y colmillos para fabricar llaveros y colgantes a modo de talismán.
Objetivo 2030: recuperar el jaguar
A principios de noviembre la WWF presentó el Plan Jaguar 2030, con acciones para recuperar sus poblaciones y sus hábitats en 14 países de su área de distribución. En los próximos años vamos a fortalecer el llamado corredor del jaguar, asegurando y mejorando la conectividad en 15 paisajes prioritarios para la especie, a estimular el desarrollo sostenible en las regiones donde vive el felino y reducir sus conflictos con las comunidades locales.
Conservando el jaguar y su hábitat, contribuiremos a revertir la pérdida de especies y a disminuir la probabilidad de aparición de nuevas enfermedades de origen animal y pandemias, como la COVID-19. No podemos perder el rugido del jaguar y necesitamos tu ayuda para seguir luchando contra las mafias del tráfico de especies y hacer realidad el Plan Jaguar 2030.
Con el apoyo de nuestras socias y socios y tu ayuda seguiremos restaurando los bosques para recuperar sus hábitats perdidos, colocaremos nuevas cámaras trampa y collares GPS para estudiar sus necesidades, vigilar a los furtivos y proteger a las últimas poblaciones clave de este majestuoso e increíble animal.
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