Sin un planeta sano no hay salud posible para los humanos. Por eso para la ciencia la crisis climática es una crisis sanitaria. El problema es que el sector contribuye con su propia huella de carbono. De ahí las iniciativas que presionan para que adopten estrategias y prácticas para una “salud verde”. España se lo ha trazado como la nueva meta.
Irónicamente, el sector sanitario cuya misión fundamental es cuidar la salud de las personas, genera más del 4,4% de las emisiones atmosféricas globales netas. Es el quinto emisor más grande del planeta. Si se considerara como un país, apenas por detrás de Rusia. La huella climática global del sector de la salud equivale a las emisiones anuales de gases de efecto invernadero de 514 centrales eléctricas de carbón o 3,5 millones de coches circulando durante un año.
Al trazar un curso de acción hacia cero emisiones, el sector puede dar el ejemplo y, al mismo tiempo, movilizar su poder económico, político y ético para promover y acelerar el cambio en otros sectores de la sociedad. El sector sanitario tiene el potencial de liderar el camino hacia la protección de la salud pública y el planeta frente al cambio climático.
Huella de carbono de la salud
A pesar de su clara identidad como un sector cohesivo con una robusta dimensión privada y organismos gubernamentales a nivel local, nacional y mundial, el sector ha sido ampliamente ignorado en las discusiones, debates y planes sobre cambio climático. Su huella climática ha pasado inadvertida, aunque, en conjunto, maneja 7,2 billones de dólares por año (equivalente al 10 % del PBI mundial). Solo recientemente, el sector de la salud ha comenzado a prestar atención a a la salud del planeta y la supervivencia de sus habitantes.
Un informe de la ONG Health Care Without Harm proporcionó una estimación global de la huella climática del sector sanitario. Sorprendentemente, solo el 17 % de las emisiones provienen directamente de los centros de salud. El 71 % corresponde a la cadena de suministros. Incluye medicamentos, dispositivos médicos, alimentación y transporte de los profesionales sanitarios. El 12 % restante proviene de fuentes de energía comprada, como la electricidad.
Transición a una salud verde
Abordar la crisis climática desde una perspectiva de salud pública implica centrarnos en la prevención, la preparación y la equidad. El sector sanitario debe evolucionar hacia una modalidad climáticamente inteligente con un enfoque en cero emisiones. La descarbonización es clave. El sector sanitario es uno de los segmentos más grandes de la economía mundial y uno de los que crece más rápido. Su reducción de emisiones implica transformar su crecimiento y desarrollo de acuerdo con los objetivos del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
La resiliencia frente a los impactos de la crisis climática es otro componente esencial. El sector debe fortalecer su infraestructura, sistemas y comunidades. Una agenda de salud climáticamente inteligente debe también considerar los diferentes niveles de desarrollo sanitario y acceso a la salud en cada país y región. Es imprescindible avanzar hacia la equidad y la cobertura sanitaria universal.
Fuentes de contaminación
Ecodes, una organización líder en sostenibilidad, desarrolló una herramienta para medir la huella de carbono en el ámbito sanitario que identifica las principales fuentes de contaminación en los centros de salud.
- Combustibles fósiles: El uso de gas natural para climatizar los hospitales es el principal responsable de las emisiones de CO2.
- Residuos sanitarios: La generación de residuos sanitarios, como medicamentos, dispositivos médicos y material desechable, representa un importante desafío ambiental.
- Consumo eléctrico: La elevada demanda de energía eléctrica en los hospitales también contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Gases anestésicos: Su uso, aunque necesario en algunos procedimientos médicos, tiene un impacto ambiental desproporcionado, multiplicando por 2.000 el efecto del CO2.
Descarbonizar hospitales
La ministra de Sanidad, Mónica García, estableció como un objetivo que los hospitales y centros sanitarios españoles dejen de contaminar. “La crisis climática es una crisis de salud pública, y para proteger a los pacientes, debemos proteger al planeta”, dijo. Se comprometió a aprobar los planes y leyes necesarios para que todos los hospitales estén completamente descarbonizados en el año 2050. Un objetivo muy ambicioso y fácil de enunciar.
La evidencia científica ha reiterado la estrecha relación entre salud humana y salud planetaria. La contaminación y el cambio climático son responsables de miles de enfermedades y muertes prematuras cada año. Según la Organización Mundial de la Salud lo convierte en el principal desafío para la salud global del siglo XXI.
Las emisiones sanitarias superan incluso las de la aviación y el sector marítimo. Un desafío es monumental. Actualmente, más de 200 hospitales (de los 800 que hay en España, públicos y privados) han calculado su huella de carbono y analizan los datos preliminares.
Observatorio de Salud
Es un reto de magnitudes del reto mundiales. En la Cumbre del Clima celebrada en 2021 en Glasgow más de 50 países, se comprometieron a reducir la huella de carbono de los sistemas de salud.
El sector sanitario español genera el 4,4% de las emisiones de gases de efecto invernadero del país. El gobierno español puso en marcha el Observatorio de Salud y Cambio Climático como parte de su compromiso para descarbonizar el sistema sanitario antes de mediados de siglo. Indicó que se propone abordar de manera integral las amenazas que la crisis climática representa para la salud de las personas y contempla la elaboración de un estudio detallado de la huella de carbono del sistema sanitario español. Actualmente, está elaborando un Plan Nacional de reducción de la huella de carbono sanitaria que incluirá una guía sobre cómo avanzar en la descarbonización.
¿Medicamentos verdes?
La industria farmacéutica también emite grandes cantidades de gases de efecto invernadero. El consumo excesivo de medicamentos, el uso de envases innecesarios y la falta de prácticas sostenibles en la producción de fármacos tienen un gran impacto ambiental. El Ministerio de Sanidad propone la compra «verde» de medicamentos, que representan el 20 % de la huella de carbono del sector, con la anestesia «verde» y la descarbonización de los inhaladores, para reducir la huella de carbono sanitaria.
El responsable de Salud y Cambio Climático del Ministerio, Héctor Tejero, explicó que la principal línea de acción es copiar al Servicio Nacional de Salud británico, que desde 2023 obliga a las farmacéuticas que quieran vender al sistema nacional a seguir un plan de reducción de emisiones en la empresa.
Antes de implementar la compra «verde» de medicamentos, el Ministerio debe definir un estándar de impacto ambiental de cada medicamento, que el impacto ambiental se tenga en cuenta como criterio del uso del medicamento y que el impacto de la empresa se tenga en cuenta en el precio del medicamento. Nada sencillo que se pueda hacer de la noche a la mañana. Son miles los medicamentos, pero Tejero insiste en que el proceso de descarbonización del sistema debe estar centrado en el paciente. ¿Y el planeta?
La descarbonización de los inhaladores, utilizados por millones de personas con enfermedades respiratorias, es otra de las metas de Tejero. Plantea sustituir los propulsores actuales, que suelen ser gases de efecto invernadero, por alternativas más sostenibles. En cuanto a la anestesia «verde», propone implementar prácticas anestésicas que minimicen el uso de gases como el desflurano, con alto potencial en el calentamiento global.
Vacunas verdes
Manuel Méndez, responsable de Programas de Vacunas de la Comunidad de Aragón, propone minimizar la sobreproducción de plásticos en las vacunas y una mayor contribución de la empresa privada en la reducción de gases de efecto invernadero. La directora general de Sanofi Vacunas Iberia, Marta Díez, explica que su empresa tiene el objetivo de ser neutro en carbono en 2030 y cero emisiones en 2045. Sul compromiso es que en 2027 el cien por cien de los envases de las vacunas estén libres de plástico.
Díez afirma que las empresas están comprometidas en avanzar en la descarbonización del sistema sanitario. «Sanofi está a la vanguardia y las demás empresas van a tener que seguir ese mismo camino. Ahora se centra en crear Evolutive Vaccines Facilities, que tienen el mayor estándar posible ambiental, consumir la menor energía necesaria, tener el mejor tratamiento de residuos y ser más flexibles al cambiar la vacuna que producen», explicó.
Residuos y más
La descarbonización del Sistema Nacional de Salud incluye la implementación de medidas como la gestión sostenible de residuos y la promoción de la economía circular. Con el objetivo de tener un sistema sanitario resiliente ante la crisis climática, el Ejecutivo aplica la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados que incluye medidas relacionadas con la gestión de residuos en el sector sanitario, como su segregación en origen para destinarlos a los tratamientos prioritarios.
También el gobierno anuncia un estudio, en un plazo de tres años, que permita comparar la normativa autonómica reguladora de los residuos sanitarios para «evaluar la necesidad de un desarrollo reglamentario de ámbito nacional». Podría incluir medidas específicas como «el fomento de la reutilización y del reciclado de residuos que contribuyan a la descarbonización, eficacia y circularidad del sector sanitario, siempre que sea posible».
Algunas de las innovaciones que se han implementado en los últimos años para avanzar en la descarbonización del SNS, junto a la gestión de residuos, son las tecnologías de esterilización avanzadas; los tratamientos descentralizados; la utilización de una energía limpia y eficiente; la optimización de sistemas de calefacción; y el transporte sostenible.
La Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria plantea se fijen metas concretas que eviten el uso de derivados del petróleo, entre otros.
Soluciones viables
Diversos actores del sector sanitario y organizaciones ambientalistas coinciden en la necesidad de una transformación profunda y urgente. Greenpeace, a través de su responsable de la campaña de cambio climático, Pedro Zorrilla, destaca que, si bien la transformación requerida es de gran magnitud, existen medidas que pueden implementarse rápidamente, y sin estudios comparativos que duran años de años.
- Energía renovable: La adopción de fuentes de energía renovable, como la instalación de paneles solares en los centros de salud, es un paso crucial para reducir la dependencia de combustibles fósiles.
- Eficiencia energética: Mejorar el aislamiento de los edificios, optimizar el consumo de electricidad y utilizar iluminación LED pueden reducir significativamente el impacto ambiental de los hospitales.
- Movilidad sostenible: La incorporación de ambulancias eléctricas y promoción de medios de transporte sostenibles para el personal sanitario contribuyen a la descarbonización del sector.
- Alimentación sostenible: Una alimentación procedente de la agricultura ecológica en los centros de salud reduce las emisiones asociadas a la producción y transporte de alimentos.
Salud verde y sostenible
La implementación de prácticas sostenibles en el ámbito sanitario puede generar ahorros económicos significativos. La optimización del uso de energía, gestión eficiente de residuos y adopción de tecnologías limpias pueden reducir considerablemente los costos operativos de los hospitales y centros de salud. La descarbonización del sistema sanitario español es una oportunidad única para construir un futuro más saludable y sostenible.
La descarbonización del sistema sanitario español no solo contribuirá a la lucha contra el cambio climático, también generará importantes beneficios para la salud pública. Reducir la contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero evitará enfermedades respiratorias, cardiovasculares y otras afecciones relacionadas con el medio ambiente.