El embarazo es uno de los momentos más complejos en la salud de las mujeres. Con cambios hormonales y físicos el organismo es particularmente sensible a su entorno. Recientes estudios demuestran que el medio ambiente puede incidir en la salud de las embarazadas. Puede influir en el desarrollo de preeclampsia, diabetes gestacional, complicaciones metabólicas de por vida y depresión posparto.
Los contaminantes presentes en el aire, agua y alimentos pueden ser tóxicos para la madre y el feto. Hasta ahora las investigaciones se han centrado en el impacto que durante ese período el medio ambiente tiene en el feto. Los efectos de los riesgos ambientales en la salud del feto están bien documentados. La exposición a contaminantes ambientales puede ser particularmente dañina cuando están en desarrollo, causando bajo peso al nacer, defectos congénitos e incluso mortinatos.
Pero la salud de las embarazadas también puede verse afectada por la exposición al medio ambiente. Los científicos están investigando cómo el estrés ambiental impacta la salud materna a corto y largo plazo. Se están descubriendo vínculos entre la exposición a contaminantes durante el embarazo y enfermedades crónicas como la hipertensión y la diabetes. Aunque los mecanismos exactos aún no se comprenden completamente. Un creciente cuerpo de investigación subraya la necesidad de continuar los estudios para proteger y mejorar la salud de las aproximadamente 130 millones de mujeres que dan a luz cada año en todo el mundo. Pero el impacto en la salud de la embarazada ha recibido poca atención.
Durante el embarazo, no solo los fetos experimentan un desarrollo significativo. Las mujeres embarazadas también pasan por un período de crecimiento y cambio, lo que las hace más susceptibles a los impactos en la salud de los factores de estrés ambiental. Estos pueden incluir la contaminación del aire, los metales pesados, las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), los disruptores endocrinos, los pesticidas y más. Es esencial entender estos riesgos y trabajar para mitigarlos, protegiendo así la salud de las madres y sus hijos por nacer.
Nuevo enfoque sobre los factores estresantes
Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta cambios significativos: el volumen de sangre aumenta, el volumen cerebral disminuye, las hormonas fluctúan, la placenta crece y los senos se desarrollan para comenzar a producir leche. Estos cambios pueden poner un estrés considerable en el cuerpo, hasta el punto de que algunos expertos describen el embarazo como un “estado límite de la enfermedad”.
En este estado, el cuerpo puede ser más susceptible a los efectos dañinos de factores estresantes como los contaminantes ambientales, y los daños pueden ser más graves y duraderos que en otras circunstancias. Sin embargo, aún se sabe poco sobre cómo estas exposiciones pueden causar directamente resultados negativos para la salud, qué tipos de exposiciones son las más perjudiciales y cuándo las mujeres embarazadas son más susceptibles. Ha habido una larga historia de considerar a las mujeres embarazadas, en el mejor de los casos, como meras incubadoras de bebés y, en el peor de los casos, como perjudiciales para los fetos.
Según Kathleen Crowther, historiadora de la Universidad de Oklahoma, esta falta de conocimiento no es sorprendente. Desde la antigüedad, se ha culpado a las mujeres embarazadas de la mala salud de sus bebés. Una suposición antigua que aún perdura y fomenta la priorización de los fetos sobre las mujeres embarazadas que los llevan. Crowther opina que a pesar de que ahora sabemos mucho más sobre el embarazo y el desarrollo fetal, estas ideas persisten. Por lo que es esencial continuar la investigación y la educación para desafiar estas suposiciones y promover la salud de las mujeres embarazadas y sus bebés.
Décadas de estudio de los impactos ambientales
La epidemióloga ambiental y codirectora del Centro MADRES de la Universidad del Sur de California, Tracy Bastain, está trabajando para entender las repercusiones de la exposición a factores de estrés ambiental durante el embarazo. Su investigación se centra en una cohorte de 1.100 madres y sus hijos, en su mayoría hispanos y de bajos ingresos. Lo que la convierte en una de las mayores cohortes de embarazos dedicadas al estudio de los impactos ambientales y sociales en la salud materno-infantil.
Desde 2015, el equipo de MADRES ha recogido regularmente muestras de sangre, pelo y orina de las participantes para determinar cuándo y cuánto estuvieron expuestas a sustancias químicas y metales nocivos. También han recopilado datos de contaminación atmosférica basados en las direcciones residenciales de los participantes. Estos datos permiten a los investigadores explorar las conexiones entre los factores de estrés y los resultados de salud materna. Incluyendo los efectos en la salud cardiovascular después del embarazo y las tasas de depresión posparto.
Bastain destacó la importancia de este estudio, ya que la recopilación de datos a lo largo del tiempo permite analizar todas estas conexiones. Su objetivo es mantener la cohorte durante muchas décadas para estudiar los efectos sobre la salud más allá de unos pocos años después del embarazo. Aunque reconoce que no es una tarea fácil, siente que es muy gratificante.
Contaminantes preeclampsia y diabetes
La toxicóloga reproductiva y líder del Centro de Salud Humana y Medio Ambiente de NC State, Suzanne Fenton, reconoce que determinar los efectos causales del medio ambiente en las mujeres es un desafío. Los investigadores no pueden exponer a las personas a contaminantes para ver qué sucede, por lo que utilizan modelos animales para identificar qué tipos de exposiciones causan resultados específicos. A pesar de estos desafíos, se han identificado asociaciones sólidas entre las exposiciones y los resultados de salud.
Un estudio de 2021, en el que Fenton es coautora, examina los vínculos entre la exposición a contaminantes comunes y el aumento del riesgo de preeclampsia y diabetes gestacional durante el embarazo, así como hipertensión y cáncer de mama más adelante en la vida. Las condiciones específicas del embarazo pueden provocar complicaciones cardiovasculares y metabólicas de por vida.
Las mujeres que experimentan preeclampsia tienen un riesgo cuatro veces mayor de desarrollar insuficiencia cardíaca en comparación con las que no la padecen. La preeclampsia es una condición grave que puede causar problemas de salud graves para la madre y el feto. Según la Organización Mundial de la Salud, la preeclampsia y la eclampsia causan el 14% de las muertes maternas cada año, lo que equivale a entre 50.000 y 75.000 mujeres en todo el mundo.
Además, aquellas que sufren de diabetes gestacional tienen una probabilidad diez veces mayor de desarrollar diabetes tipo 2 en comparación con aquellas que no la padecen. La diabetes gestacional es un tipo de diabetes que se diagnostica por primera vez durante el embarazo. Afecta entre el 2 y el 10 % de los embarazos en los Estados Unidos.
Depresión postparto
Jun Wu, científico de salud ambiental de la Universidad de California en Irvine, publicó un estudio que muestra una relación entre altos niveles de contaminación del aire y tasas elevadas de depresión posparto. El trastorno puede causar tristeza profunda, ansiedad, dificultades para establecer vínculos afectivos con el bebé e incluso pensamientos suicidas. Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión posparto tiene una prevalencia de entre un 15% y 20% de mujeres que dan a luz, lo que supone entre 600,000 a 800,000 casos aproximados al año en todo el mundo. En los Estados Unidos, aproximadamente 700.000 mujeres experimentan una forma grave y debilitante de depresión posparto cada año.
Wu señala que la depresión posparto es difícil de estudiar. Porque los nuevos padres no siempre buscan ayuda debido al estrés, la vergüenza, la falta de conocimientos. Además de la tendencia a priorizar a sus bebés sobre ellos mismos. Bastain también está interesada en estudiar la depresión posparto en el Centro MADRES. Ya que la salud mental no siempre se percibe como algo que puede verse afectado por los contaminantes.
Los investigadores coinciden en laimportancia de descubrir las múltiples formas en la que los factores de estrés ambiental afectan al cuerpo de las mujeres embarazadas. Opinan que hay que crear estrategias basadas en evidencia que permitan prevenir y mitigar sus efectos. Lo que requerirá un enfoque más holístico de la salud durante y después del embarazo.
Los científicos se centran en ayudar a los investigadores, profesionales de la salud y a los responsables políticos. Para que comprendan la importancia de considerar los riesgos ambientales al hablar de la salud durante y después del embarazo. Pero una cosa es la investigación, y otra es cómo utilizar esa investigación para ayudar realmente a una población tan vulnerable como las embarazadas.