La sabiduría indígena sobre el clima, cultivada por miles de años y transferida por generaciones, está siendo absorbida por los científicos. Sus conocimientos sobre las lluvias y tempestades, sobre la sequía y los incendios, son motivo de atención por las academias en Estados Unidos. Señalan los investigadores en California, que comprender cómo los indígenas usaron el fuego es importante para administrar los bosques y reducir el riesgo de incendios forestales.
Los relatos orales indígenas han ayudado a los científicos a reconstruir una historia de 3000 años de un gran bosque propenso a incendios en California. Los resultados sugieren que partes del bosque son más densas que nunca y corren el riesgo de sufrir incendios forestales graves. La investigación es parte de un esfuerzo para combinar el conocimiento indígena con datos científicos. Y mejorar el entendimiento de los ecosistemas.
Los incendios forestales son una amenaza importante para los bosques de California. Clarke Knight, científico de paleoecosistemas del Servicio Geológico de Estados Unidos en Menlo Park, California, y sus colegas querían comprender cómo las comunidades indígenas ayudaron a dar forma al bosque mediante la gestión de este riesgo en las montañas Klamath del oeste del estado. Estudiaron el uso de quemas culturales por parte de estos pueblos. Fuegos pequeños y controlados que mantienen la biomasa baja y reducen el riesgo de quemas más generalizadas. Los resultados se publican en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, recoge Nature.
Cómo abordar los incendios en California
Comprender cómo las tribus indígenas usaron el fuego es esencial para administrar los bosques y reducir el riesgo de incendios forestales en California, señala Clarke Knight. Estos incendios recurrentes, pero más frecuentes y atroces, han atentado contra la vida de sus pobladores y generado desplazamientos y evacuaciones.
Rod Mendes advierte la “necesidad de escuchar a los nativos y aprender por qué manejaron el paisaje de la forma en que lo hicieron”.
Para trazar un mapa de la historia forestal de la región, el equipo se basó en relatos históricos e historias orales de los miembros de la tribu Karuk, Yurok y Hoopa Valley. Fueron recopilados por el coautor del estudio Frank Lake, ecologista investigador del Servicio Forestal de EE UU en Arcata, California. Y descendiente de Karuk. como parte de su tesis doctoral en 2007. Estos relatos describen el fuego y el uso de la tierra de las tribus.
Por ejemplo, los miembros encendían pequeños fuegos para mantener los senderos despejados. Esto también redujo la cantidad de vegetación, evitando la expansión de los incendios forestales por la caída de rayos. Se usaron fuegos más grandes, llamados quemas al voleo. Para mejorar las condiciones de visibilidad, caza y recolección de nueces en el bosque. Los efectos del fuego sobre la vegetación duraron décadas.
La Junta Asesora de Recursos de Karuk aprobó una propuesta para el estudio. “En cierto modo, está descolonizando el modelo académico existente que no ha sido muy inclusivo con las historias indígenas”, precisa Lake.
Los investigadores también analizaron núcleos de sedimentos recolectados cerca de dos lagos en las montañas Klamath. Utilizaron capas de polen en los núcleos para inferir la densidad aproximada de árboles en el área en varios momentos. El modelado ayudó a fechar los núcleos para que pudieran estimar cómo cambió esa densidad.
Frecuentes e intesos los incendios en California
El equipo también midió el carbón en las capas de los núcleos, lo que ayudó a mapear las fluctuaciones en la cantidad de fuego en la región.
Las cicatrices de quemaduras en tocones de árboles señalaron casos específicos de incendios entre 1700 y 1900, reseña Nature. Debido a que los anillos de los tocones sirven como un calendario ecológico, los investigadores pudieron comparar períodos de incendios con los datos correspondientes de densidad de árboles. Luego reconstruyeron cómo esta densidad fluctuó con la incidencia del fuego. Aunque estos métodos empíricos no pudieron confirmar específicamente que los fuegos fueron encendidos por las tribus, los patrones sugirieron cuando esto era más probable, dice Knight. Por ejemplo, el aumento de la quema en períodos fríos y húmedos, cuando los incendios causados por rayos probablemente eran menos comunes, sugería una influencia humana.
Combinando múltiples líneas de evidencia, Knight y su equipo muestran que la densidad de árboles en esta región de las Montañas Klamath comenzó a aumentar a medida que el área fue colonizada. En parte porque los colonos europeos impidieron que los pueblos indígenas practicaran la quema cultural. En el siglo XX, la supresión total de incendios se convirtió en una práctica estándar de gestión, y se extinguieron o previnieron incendios de cualquier tipo. Aunque actualmente se utilizan quemas controladas en la gestión forestal.
El equipo informa que en algunas áreas, la densidad de árboles es más alta de lo que ha sido durante miles de años, debido en parte a la extinción de incendios en California.
Las quemas ayudaron a controlar densidad de árboles
Un bosque denso no es necesariamente saludable, sostiene Knight. Los abetos de Douglas (Pseudotsuga menziesii), que dominan los bosques de las tierras bajas de Klamath, son menos resistentes al fuego. Y más propensos a incendios forestales calamitosos.
“Esta idea de que simplemente debemos dejar que la naturaleza siga su curso simplemente no está respaldada por este trabajo”, adiciona. Y manifiesta que una de las fortalezas del estudio son las múltiples líneas de evidencia que muestran que las quemas indígenas en el pasado ayudaron a controlar la densidad de árboles.
El ecologista de incendios, Jeffrey Kane de la Universidad Politécnica del Estado de California, afirma que los hallazgos del estudio sobre una mayor densidad de árboles no son sorprendentes. Ha hecho observaciones similares en la región de Klamath. “Hay muchos más árboles de los que había hace apenas 120 años”, argumenta.
Dominick DellaSala, científico jefe de la organización de protección forestal Wild Heritage en Talent, Oregón, señala que los resultados que sugieren densidades récord de árboles no se pueden aplicar a toda la región de Klamath. Debido al rango limitado de datos junto al lago.
Knight, sin embargo, sugiere que los resultados se pueden extrapolar a otros sitios similares de lagos de baja elevación que tienen tipos de vegetación similares.
Importancia de incluir a la voz indígena
Los estudios de paleoecología están incorporando cada vez más el conocimiento indígena. Pero aún queda un largo camino por recorrer, dice la geógrafa física Michela Mariani de la Universidad de Nottingham, en el Reino Unido. En Australia, Mariani también descubrió que la densidad de árboles comenzó a aumentar después de que la colonización británica obstaculizó la quema cultural.
“Es muy importante que ahora incluyamos a los pueblos indígenas en la discusión sobre el manejo del fuego”, asoma Mariani. “Tienen un conocimiento más profundo del paisaje que nosotros no tenemos”.
Incluir las voces indígenas en la investigación también es crucial para descolonizar los métodos científicos convencionales, enfatiza Lake. “Se convierte en una forma de justicia para aquellos pueblos indígenas que durante mucho tiempo han sido excluidos, marginados y no reconocidos”, dice.
Lee también en Cambio16.com: