La mayor compañía aérea “low cost” de Europa se incorpora a la sostenibilidad. Ryanair anunció que cambiará el diseño de las alas de todos sus Boeing 737 clásicos para reducir el consumo de combustible y ahorrar más de 60 millones de euros en la factura energética al año.
En las próximas semanas las modificaciones se realizarán en las alas de los 409 Boeing 737-800 que dispone la aerolínea, informó la empresa.
Los cambios consisten en reemplazar la punta de sus alas por otras con un extremo en forma de cimitarra (sable de hoja curva que se ensancha hacia la punta y que presenta un solo filo). Esta estructura metálica modificará el contacto del avión con el aire, es decir, la aerodinámica, y se espera que la aeronave requerirá menos combustible. Y con ello, se colabore con la reducción de la huella de carbono en el planeta y se alcance la meta de cero neto en 2050.
Michael O’Leary, director de la empresa añera, señaló que “la razón para esta modificación es la sensibilidad ambiental de Ryanair”. El cambio no afectará a los Boeing 737 Max que ya cuentan con un flap de este diseño.
Precisó que el trabajo de rediseño de su flota de aviones supondrá un gasto superior a los 200 millones de euros, casi medio millón por avión. Y con ello conseguirán un ahorro del 1,5% en el consumo de combustible.
Ryanair rumbo a la sostenibilidad
Según el informe que aporta Ryanair sobre su incorporación a la sostenibilidad, se estima que con los nuevos extremos de cimitarra, cuanto más tiempo vuela el avión, más aumenta la tasa de reducción del queroseno necesario. Por lo tanto, un Boeing 737-800 tendría beneficios que van desde un 0,7% de ahorro de energía para un vuelo de 800 kilómetros. Hasta un 2,2% para un vuelo de 5.500 kilómetros.
En lo que respecta a Ryanair, esto supondría un ahorro estimado de entre 155.000 y 160.000 euros al año pro cada aeronave. Teniendo en cuenta que tienen 409 jets, el ahorro final oscilaría entre 63 y 65 millones de euros.
Si este ahorro se aplicara al gasto de combustible de la aerolínea, la compañía de bajo costo ahorraría más de 30 millones de euros en seis meses, o 60 millones de euros al año. Es decir, la inversión se amortizaría en menos de cuatro años, indicó la compañía.
El grupo de bajo costo -que también incluye las divisiones Malta Air, Buzz y Lauda Europe- cuenta con una flota total de 517 aviones, incluidos los clásicos Boeing 737, 737 Max y Airbus A320.
El consumo de combustible es una consideración clave en la industria de la aviación, especialmente dada la crisis energética mundial. El alza del precio del queroseno y los compromisos adquiridos para lograr una reducción de la huella de carbono se unen en la nueva ruta del sector aeronáutico. Además, en los resultados del primer semestre de este año, Ryanair reveló que había gastado 2.180 millones de euros en combustible.
Muy buenos beneficios económicos
Sobre esta operación realizada por Ryanair existe un precedente, que es el de la compañía American United Airlines que ya realizó una modificación similar entre 2013 y 2014. En adición y según el portal ch-aviation.com, la flota de aviones Boeing 737-800 de la aerolínea tiene una edad media de 10,3 años. El más antiguo de los aviones tiene unos 18 años, y el más joven menos de 4 años. Dado que todos los aviones van a recibir los winglets, esto sugiere que se prevén pocas jubilaciones en un futuro próximo.
En el ámbito económico, los seis primeros meses de su año fiscal -que inicia en abril- Ryanair ha registrado un beneficio neto de 1.371 millones de euros. Una cifra tres veces mayor que los obtenidos el año pasado exactamente en el mismo período.
La compañía irlandesa informó que sus aerolíneas han obtenido unos resultados operativos «líderes en el sector». Y que han registrado una «sólida recuperación del tráfico después de la pandemia».
No obstante, confió que su crecimiento se está viendo «obstaculizado» por la «incapacidad de Boeing de cumplir su calendario de entregas en el tercer trimestre». A pesar de haberles prometido que las entregas a Ryanair «eran prioritarias».
En 2018, United se convirtió en la primera aerolínea de EE UU en comprometerse públicamente con la meta de reducir las emisiones de carbono. Desde entonces, persigue el objetivo de eliminar la totalidad de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050.
Para lograrlo, indicó, invierte en mejoras relacionadas con la eficiencia de combustible en la flota y en todas las actividades empresariales. Sin embargo, “la eficiencia de combustible no será suficiente para alcanzar esta ambiciosa meta. Planeamos invertir en combustibles de aviación sostenibles. Que, en su ciclo de vida, emiten mucho menos CO2 que los convencionales”, precisó la compañía.