Estados Unidos y China han trasladado su compleja relación diplomática y comercial al terreno del coronavirus, atribuyéndose mutuamente injerencias en su aparición. Ahora se une Rusia a la búsqueda del origen del brote. Algunos de sus funcionarios señalan un laboratorio en Georgia, financiado por Estados Unidos, como el causante de la pandemia.
Moscú lleva tiempo indagando sobre las investigaciones que realizan en un laboratorio biomédico que comenzó a funcionar cerca de Tiflis, capital de Georgia, exrepública soviética. Mucho antes de la COVID-19.
Altos funcionarios rusos, así como medios afines, han sembrado la duda de que allí se podrían estar desarrollando experimentos peligrosos. Incluso, han pedido una visita de sus científicos para asegurarse de que no hay nada que tenga que ver con guerra bacteriológica alguna.
Georgia niega los señalamientos. Y sostiene que en la actual epidemia sus instalaciones están siendo fundamentales. Con 888 casos y sólo 14 muertos hasta ayer, Georgia es el país menos afectado de la región.
La construcción de este centro se lanzó en 2004 y empezó a estar operativo en 2013, bajo el control del Gobierno georgiano. El pasado enero el laboratorio empezó a centrar sus recursos en las pruebas de Covid-19.
Cuando China y Estados Unidos comenzaron a acusarse mutuamente de haber creado el virus, los medios rusos se unieron a las críticas contra Washington. Alguno fue un poco más allá, sugiriendo que el origen de todos los males del coronavirus, se encuentra en el laboratorio Lugar. El director del centro, Paata Imnadze, ha dicho que es “simple propaganda”.
Rusia siembra dudas sobre laboratorio en Georgia
El embajador de Rusia ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, Alexánder Lukashévich, aseguró la pasada semana que el laboratorio de Georgia se usa para experimentos médicos. “Con mutaciones virales y armas biológicas”, dijo.
En respuesta, el embajador de Estados Unidos, James Gilmore, calificó de “lamentable que Rusia venga con este tipo de desinformación”. Además, indicó que el laboratorio está inmerso, en la “investigación pacífica y desarrollo de vacunas” contra nuevas enfermedades. En un esfuerzo común de Georgia y Ucrania.
El Gobierno ruso ha expresado varias veces sus dudas y ha pedido acceso a las instalaciones. La última vez, a finales de mayo.
“El motivo de nuestra preocupación es que Washington no explica qué está haciendo en las cercanías de las fronteras rusas. Por supuesto, no podemos dejar de tenerlo en cuenta en el contexto de la seguridad nacional. Especialmente cuando afecta a aspectos tan sensibles”, dijo el Ministerio de Exteriores.
Con anterioridad Rusia había acusado a EE UU de querer realizar investigaciones con fines militares en el laboratorio de Georgia.
El Gobierno georgiano indicó que, a pesar de no estar obligado, está dispuesto a recibir una delegación en el marco de la Convención sobre Armas Biológicas. Esta delegación debe incluir a expertos rusos, similar a una visita internacional organizada en noviembre del 2018 y en la que tomaron parte 22 expertos y observadores de 17 países.
Pero Moscú, que la calificó de “ejercicio de propaganda” y no participó, quiere acceso a instalaciones y a documentación, y únicamente con la participación de rusos y georgianos.
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