El fin de semana hubo dos supuestos intentos fallidos de invadir a Venezuela y derrocar a Nicolás Maduro. Ocho personas fallecidas en Macuto, estado Vargas, y otros tanto detenidos en la misma localidad (a unos 40 kilómetros de Caracas) y en Chuao, estado Aragua, fue el resultado de las acciones. La «victoria» sirvió al régimen para anunciar en cadena de radio y televisión que “la fuerza popular”, “la inteligencia cívico-militar del país” o que “los pescadores” lograron impedir “un golpe de Estado, un magnicidio”. Medios digitales rusos señalan ahora que las detenciones fueron hechas por “las tropas rusas” que “capturaron a mercenarios estadounidenses”.
El pasado mes, Nicolás Maduro y el presidente ruso Vladimir Putin sostuvieron una conversación. Luego de esto, el sitio web Avia.pro publicó una información sobre la disposición de Rusia de defender las costas de Venezuela ante los Estados Unidos.
“Como se desprende de datos proporcionados por las autoridades venezolanas, Rusia está dispuesta a proporcionar a la República Bolivariana apoyo y asistencia necesarios si EE UU quiere organizar un bloqueo marítimo de este país. Dada la lejanía de Rusia desde Venezuela, los expertos no excluyen que Moscú pueda enviar su flota a la región, además, estamos hablando no solo de buques de guerra, sino también de submarinos”.
Según el “think tank” The Atlantic Council, el portal recibe dinero del Kremlin, reseñó este jueves ABC, que también destaca otro mensaje del mismo espacio web que refiere a cómo con “la participación directa en la operación especial del ejército ruso”, el “ejército estadounidense” no pudo lograr la toma del poder en Venezuela. También de que “Rusia está lista para romper el bloqueo de Venezuela con sus buques de guerra”.
Estados Unidos niega cualquier participación
Entre los detenidos en las costas de Chuao, de acuerdo a Maduro, estaban dos estadounidenses “miembros de la seguridad” del presidente Donald Trump: Luke Denman, de 34 años, y Airan Berry, de 41. El líder socialista mostró sus pasaportes y demás documentos por la televisora estatal Venezolana de Televisión. Dijo que el gobierno de los Estados Unidos está “completamente involucrado en esta incursión derrotada” y calificó que los dos norteamericanos como “mercenarios estadounidenses profesionales”.
Durante una rueda de prensa, el mandatario estadounidense negó cualquier participación en los hechos. La DEA también desmintió unas declaraciones del ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, quien había afirmado que un funcionario de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos fue detenido en Macuto.
En las confusas situaciones del fin de semana, el régimen además de involucrar a los Estados Unidos también lo hizo con el gobierno de Colombia, que a través de su cancillería rechazó las afirmaciones de las autoridades de Venezuela, porque constituyen intentos “por desviar la atención con respecto de los verdaderos problemas que vive el pueblo de Venezuela”, al buscar “distractores externos en momentos de crisis”.
Lo que sí está bastante claro es que los Estados Unidos ha mantenido este año una fuerte presión sobre Maduro y algunos de sus más allegados. El fiscal general William Barr le acusó hace seis semanas de narcoterrorismo y sostuvo que Maduro ha venido participando “en una asociación criminal que involucra a una organización terrorista extremadamente violenta, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en un esfuerzo por inundar Estados Unidos de cocaína”.
James Broward Story a Venezuela
La presión aumentó con el lanzamiento que hizo Trump de la operación antidrogas más grande de Occidente en aguas del Caribe y del Pacífico Oriental, que incluye el despliegue de la fuerza naval y aérea. Y busca impedir que los gobiernos de la región se “aprovechen” de la crisis mundial que genera el coronavirus COVID-19.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo hace una semana que “el cambio está llegando” en Venezuela y anunció la intención de su gobierno de reabrir la misión diplomática en el país suramericano. “Nicolás Maduro no puede aguantar para siempre y la presión contra el régimen es mayor que nunca. Estados Unidos sabe que el cambio está llegando. He ordenado a mi equipo que comience a pensar en cómo reabrir la Embajada de Estados Unidos, una vez que empiece la transición”.
Este miércoles, el presidente Trump anunció su intención de nominar a James Broward Story como “Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de los Estados Unidos de América en la República Bolivariana de Venezuela”, actualmente encargado de negocios interino de la Unidad de Asuntos de Venezuela con sede en la embajada de los Estados Unidos en Bogotá, Colombia.
Es un miembro de carrera del Servicio Exterior Senior. Fue director de Narcóticos Internacionales y Aplicación de la Ley para el Hemisferio Occidental y Colombia. Estuvo en el comando regional del este de Afganistán y ocupó varios cargos en las embajadas y consulados de su país en Brasil, Mozambique y México. Ya estuvo en Caracas.
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