La cumbre del clima que se lleva a cabo en Glasgow cuenta con la presencia de más de 100 líderes mundiales. Sin embargo, algunos mandatarios prefirieron no asistir a la COP26 por diversos motivos. Uno de ellos es el presidente de Rusia Vladimir Putin, quien desde hace tiempo ha sido catalogado como un escéptico del cambio climático pues no cree que el calentamiento global tenga un origen humano.
El Kremlin confirmó el pasado 20 de octubre que Putin no viajaría a Escocia a la conferencia. Tampoco asistiría virtualmente, sino que preparó un mensaje en video donde habla sobre silvicultura y uso de la tierra, pues mantiene contactos con los organizadores de la COP26. «El presidente, lamentablemente, no intervendrá (en la conferencia) porque en Glasgow no hay posibilidad de participar mediante videoconferencia», dijo el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov. Además, recordó que el mandatario ruso ya expuso la postura de Moscú sobre el clima en la reciente cumbre del G20.
Rusia y China muy criticados por no asistir a la COP26
Al igual que China, Brasil o México, quienes tampoco asistieron a la COP26, Rusia ha sido considerada como la «alumna rebelde» que no se presenta en los exámenes más importantes de fin de curso. Lo irónico es que China y Rusia ocupan los primeros puestos del ranking global de los países más emisores de gases de efecto invernadero. Pero su ausencia envía un mensaje claro, y es que a Moscú y Pekín no les interesa avanzar en esta lucha climática, o quizá no al mismo ritmo que los demás países.
Queda claro que sin su asistencia la COP26 enfrenta un camino aún más difícil pues se espera que los países que más contaminan sean los más determinantes y los que pongan en pie medidas más drásticas para combatir el aumento de las temperaturas.
Junto con Brasil y México, Rusia y China forman parte de la lista de los «villanos de la acción climática» y ninguno asistió a la COP26. Asimismo, países como Australia, Indonesia, Nueva Zelanda, Rusia, Singapur, Suiza y Vietnam aparecen descritos de forma negativa en el informe del centro de estudios Climate Action Tracker (CAT), que ha evaluado el comportamiento que están teniendo los países a la hora de cumplir el acuerdo de París.
¿Las tensiones entre Rusia y EE UU tienen algo que ver?
Con la llegada a la Casa Blanca de Joe Biden a principios de año, las tensiones con Rusia y los Estados Unidos se han intensificado. Por tanto, la ausencia de Vladimir Putin en la COP26 en Glasgow algunos la han interpretado también en este contexto.
Durante su participación en el G20 el pasado domingo 31 de octubre, Biden señaló abiertamente a China y a Rusia por la vaguedad del acuerdo alcanzado en el G20 para luchar contra el cambio climático y que incluye un compromiso para lograr la neutralidad en las emisiones de CO2 para mitad de siglo.
En rueda de prensa tras el cierre de la cumbre dijo: «Esta decepción tiene que ver con el hecho de que Rusia, y no solo Rusia, también China, básicamente no estaban en ningún compromiso para combatir el cambio climático». Además, agregó que «hay una razón por la que la gente debería estar decepcionada por ello. Yo mismo me siento decepcionado. Pero lo que hemos hecho, la aprobación de varias cosas como el fin de los subsidios al carbón, suponen un compromiso, para todos».
Putin no cree que los humanos hayamos contribuido al cambio climático
Hace unos años el mandatario ruso ironizó sobre el tema del calentamiento global y el aumento de las temperaturas diciendo: «¿Quién se quejaría realmente de unos pocos grados más?». En ese momento también aseguraba que eran «muchas las oportunidades» que nos ofrece el deshielo del Ártico, por ejemplo la explotación de gas, petróleo, productos mineros o la apertura de nuevas vías fluviales.
Pero las cosas han cambiado últimamente ya que Rusia modificó por completo su discurso y ha dicho reiteradas veces que «la lucha climática es una de nuestras grandes prioridades». A mediados de octubre y para sorpresa de todos Vladimir Putin anunció un nuevo objetivo que comprometía al país con la neutralidad del carbono para 2060. Aunque tampoco dio detalles sobre cómo lo lograría.
De todas formas, Putin afirma que los bosques rusos harán la mayor parte del trabajo. Y mientras tanto, el interés de Rusia es seguir vendiendo petróleo y gas durante el mayor tiempo posible, especialmente a su mejor cliente: Europa. No obstante, la Unión Europea tiene un objetivo de cero emisiones para 2050, mientras que Rusia no tiene un objetivo fijado a largo plazo.
El pasado 28 de octubre un diplomático ruso afirmó que las sanciones occidentales impedían a las empresas rusas participar en la transición energética. Aunque tanto Rusia como China se han mostrado renuentes a querer renunciar al carbón.