Por Isabel Saco | Efe
20/10/2016
Rusia ha cedido este jueves parcialmente a la petición de la ONU de prolongar el cese temporal de los bombardeos sobre Alepo para que cientos de heridos y enfermos sean evacuados y entre la ayuda humanitaria, después de quince semanas de asedio total, aunque hay distintas versiones sobre su duración.
La ONU aseguró que el Gobierno ruso le había prometido una pausa de once horas diarias en los ataques, durante cuatro días contados a partir de este jueves, pero el Ejército sirio afirmó que duraría sólo tres días. Mientras, el Kremlin acaba de anunciar que el presidente, Vladimir Putin, ha decidido «prolongar la pausa humanitaria durante 24 horas».
El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan De Mistura, aclaró que esto no corresponde con el plan que presentó a Rusia y al resto de países involucrados en el conflicto sirio, incluido Estados Unidos y varias potencias árabes.
«Este no es el inicio del plan que presentamos y que busca un cese permanente de las hostilidades en Alepo», declaró De Mistura, quien hizo públicos los detalles de ese plan.
Rusia ha iniciado este jueves la pausa en los bombardeos -decisión que la ONU tilda de «unilateral»- y ha puesto operativos cuatro corredores por los que pretende que la población civil abandone Alepo, además de otros dos destinados a combatientes que quieran entregar las armas.
Para demostrar que la acción rusa no se corresponde en nada con la idea de la ONU sobre cómo detener los ataques sobre Alepo, De Mistura entregó a la prensa copias del documento en el que se delinea su plan. Este empezaba por un cese inmediato y total de los bombardeos sobre el este de Alepo para dar paso a la evacuación de los miembros del yihadista Frente Al Nusra. A estos se les debía permitir la salida portando sus armas individuales para dirigirse a uno o más lugares que desearan. El número de personas que bajo esas condiciones se dejaría salir sería un máximo de 900, incluyendo a las familias de los combatientes. El resultado sería que los civiles residentes en el este de Alepo no tuviesen que salir, como Rusia les alienta a hacer.
«La ONU nunca apoya algo que no sea una decisión voluntaria de la población local, en particular cuando está amenazada como ocurre en el este de Alepo. La gente no quiere dejar sus lugares para convertirse en refugiados», declaró el enviado especial para Siria.
De Mistura explicó que otro elemento clave de su plan es que el Gobierno sirio garantice que permitirá que las «administraciones locales» -como se denomina a las entidades rebeldes que gestionan la sección oriental de Alepo que controlan- podrán seguir funcionando sin interferencia de Damasco.
En el documento se especifica que esas administraciones cubren las funciones de suministro de servicios, judiciales y de seguridad pública, con el apoyo de grupos armados opositores, excluyendo a Al Nusra, que hace unos meses cambió su nombre por Frente de la Conquista del Levante y se disoció de Al Qaeda.
A los combatientes del resto de grupos armados se les permitiría quedarse en el este de Alepo, mientras que Rusia más bien les está alentando a salir con la apertura de dos corredores.
«Todos estos son elementos de un paquete que no puede ser tomado por pedazos», comentó el diplomático, quien aclaró que la ONU no tiene nada que ver con el establecimiento de los corredores por parte de Rusia.
Hasta ahora, los miembros de Al Nusra no han aceptado abandonar Alepo, pero tampoco el Gobierno sirio ha dado garantía alguna de que permitirá que la administración rebelde de esa parte de la ciudad siga operando.
Por esta razón, la ONU está centrando sus esfuerzos en aprovechar la tregua temporal para evacuar a heridos y enfermos graves y aportar ayuda vital a la población.
«Creemos que ahora tenemos todos los avales de seguridad que necesitamos, de Rusia, del Gobierno (sirio) y de los grupos opositores que están dentro, así que esperamos que las evacuaciones empiecen mañana», explicó el coordinador de ayuda humanitaria, Jan Egeland.
Los evacuados podrán elegir si van al oeste de Alepo -controlado por las fuerzas gubernamentales- o a Idlib, provincia colindante y también bajo control opositor.