Por Cambio16
El Ministerio de Defensa de Rusia ha convocado de urgencia al agregado militar turco en Moscú tras el incidente ocurrido en el mar Egeo entre una fragata rusa y un barco turco, recoge Efe.
La fragata rusa «Smetlivi» tuvo que efectuar varios disparos de advertencia para evitar chocar a unos 22 kilómetros de la isla griega de Lemnos con el buque de bandera turca, que llevaba rumbo de colisión, según informó la fuente castrense en un comunicado.
La tripulación del buque de la Armada rusa localizó al pesquero a unos mil metros por estribor, tras lo que intentó ponerse en contacto con los pescadores turcos por radio y de manera visual, sin obtener respuesta. «Cuando el barco turco se aproximó a unos 600 metros de la fragata rusa y con el fin de prevenir una colisión se utilizaron armas de fuego», explicó.
El comunicado precisa que esos disparos de advertencia se realizaron «cuando el barco turco se encontraba a una distancia que le impedía ser alcanzado». «Inmediatamente, el barco turco cambió bruscamente de rumbo y, sin llegar a entrar en contacto con la tripulación rusa, prosiguió su deriva a una distancia de 540 metros del ‘Smetlivi'», señaló. Por ese motivo, el viceministro de Defensa ruso, Anatoli Antónov, decidió citar este domingo en el Ministerio al agregado militar de la embajada turca.
Las relaciones entre Rusia y Turquía no han dejado de deteriorarse desde que un caza turco derribara a finales de noviembre un bombardero ruso en la frontera siria, presuntamente después de que éste hubiera violado el espacio aéreo turco, algo que Moscú niega rotundamente.
Ante la negativa de Ankara de presentar disculpas formales, el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó adoptar sanciones económicas contra Turquía, como la suspensión de vuelos chárter, la imposición de visados, la congelación de acuerdos comerciales y el embargo a verduras y frutas. Seguidamente, Putin acusó a Turquía de derribar su avión para proteger las vías de suministro del petróleo que el Estado Islámico (EI) extrae en los territorios bajo su control en Siria e Irak.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien ha negado que él y su familia se enriquezcan con el negocio ilegal de petróleo del Estado Islámico, ha advertido de que a Ankara se le está acabando la paciencia con la agresiva actitud rusa.