Hay mucho ruido. Están saturados los canales perceptivos. Uno de los ejercicios cotidianos que, como artista, ensaya Daniel Canogar, autor de la portada de Cambio16, es intentar estar atento al momento. Mirar por la ventana y observar la luz, la evolución de las nubes, los pequeños detalles… Pero siempre tenemos esa especie de ruido mental permanente que nos impide prestar atención, captar el instante. La portada de la revista refleja ese ruido
La obra Chyron (2022) está generada con los faldones de los canales de noticias, bandas de información que recorren la parte inferior de la pantalla. Los tickers –chyrons en inglés– se entremezclan como un gran tejido deshilachado, un enredo que remite al frágil y a veces inestable equilibrio de un ecosistema informativo que se alimenta de fuentes tan dispares y enfrentadas. Metáfora del tejido social que las noticias crean, y a veces destruyen.
La sociedad actual es una especie de fluido constante de data e información, una realidad líquida al decir de los filósofos de la posmodernidad. Y todo eso genera una gran inestabilidad. Por eso, Canogar habla de la función terapéutica del arte, un ánimo sanador que lleva implícito el objetivo de invocar al espectador para que abandone su actitud pasiva, se movilice e interactúe con la obra creativa.
En Cambio16 acabamos de culminar nuestro propósito editorial. Ha sido un proceso de reflexión complejo y arduo que nos ha llevado, sin renunciar a lo que somos, a un nuevo estado de conciencia. Nos urge a centrar todos nuestros esfuerzos en la construcción de un mundo más humano, justo y regenerativo.
Lo explica el editor de la revista, Jorge Neri Bonilla, en una entrevista en la que resume esta voluntad y determinación de avanzar en una propuesta de información y comunicación por un mundo más sostenible.
Cada vez más personas entienden la amenaza y, al mismo tiempo, el desafío que encarna el cambio climático. Falta todavía, insiste Neri Bonilla, «conectar la convicción mayoritaria con la acción urgente».
«Vamos retrasados en los hechos –subraya–. Y es necesario que los particulares, las organizaciones, las empresas, los gobiernos y los organismos internacionales dediquen recursos económicos a las transformaciones materiales que requiere la sostenibilidad».
No podremos resolver los graves problemas con la misma estructura de pensamiento y conciencia con la que los creamos y producimos. Necesitamos elevar nuestro entendimiento y conciencia para restaurar, al menos, lo dañado. El futuro no está escrito. Por el contrario, será el producto de las decisiones y acciones de hoy.