Reporteros sin Fronteras publicó otra edición de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa. La acompaña de un collage de fotos sombrías: las de 37 jefes de Estado o de gobierno considerados “depredadores de la libertad de prensa”. Algunos de ellos llevan más de dos décadas en el poder. Mientras otros se estrenan en esta lista negra. Incluye, por primera vez, a dos mujeres y al primer ministro de un país de la Unión Europea, Viktor Orbán de Hungría.
RSF incluye en esta clasificación que renueva cada cinco años a dirigentes de países autocráticos como el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman. Señala que esa nación se ha convertido en una de las mayores prisiones del mundo para los periodistas. Recuerda el caso del editorialista del Washington Post, Jamal Khashoggi, asesinado y descuartizado en el consulado saudí de Estambul en 2018.
Los jefes de Estado o gobierno mencionados imponen una represión masiva mediante maquinarias de censura, encarcelamiento arbitrario de periodistas o incitación a la violencia contra ellos. Dieciséis de los depredadores se encuentran en países coloreados en negro en el mapa de la libertad de prensa. Y otros diecinueve están en países en rojo, es decir, lugares donde la situación es muy grave para el ejercicio del periodismo.
RSF y los depredadores de la libertad de prensa
La clasificación incorpora a naciones democráticas, como el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán. Precisa que el ultranacionalista europeo atenta contra el pluralismo y a reducido al silencio a los de medios privados. Y ha transformado los canales públicos en órganos de propaganda.
RSF le reprocha a Bolsonaro que limite la libertad de prensa, los insultos, las humillaciones y «amenazas vulgares» que ha dirigido a la prensa que acusa de «enemiga del Estado». Se queja, en particular, de la conducta combinada de la familia y el entorno del presidente brasileño con personas que lo apoyan desde las redes sociales. Y que, con ayuda de robots, se dedican a quitar credibilidad a la prensa a la que acusan de ser «enemiga del Estado».
En Latinoamérica han entrado en la lista negra de RSF los presidentes de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y de Nicaragua, Daniel Ortega, que se suman al de Venezuela, Nicolás Maduro, que ya estaba desde su llegada al poder en 2013. La ONG cuestiona a Díaz-Canel por la continuidad que ha dado al «totalitarismo de tipo soviético» que quedó en sus manos cuando Raúl Castro le cedió el poder.
A Ortega por la «asfixia económica y censura judicial» a la que ha estado sometiendo a la prensa desde que comenzó su tercer mandato consecutivo. Y que ha tomado una nueva dirección con la perspectiva de las elecciones presidenciales que deben celebrarse en noviembre.
RSF hace notar que Ortega ha reforzado «su arsenal de censura» con medidas judiciales «abusivas» contra los que se le oponen tanto en la clase política como en los medios. Destaca entre sus principales víctimas a la familia Chamorro y en especial a la periodista y candidata presidencial Cristiana Chamorro.
Maduro reincide en la lista negra
En el régimen de Maduro las detenciones arbitrarias y la violencia contra los periodistas por los cuerpos policiales y de inteligencia van en aumento. La Comisión Nacional de Telecomunicaciones despoja de sus frecuencias de emisión a las radios y televisoras críticas. Y coordina cortes de Internet, el bloqueo de las redes sociales y la confiscación de equipos.
Las hostilidades del chavismo con el periodismo parecen agudizarse en esta nueva etapa. Venezuela ya ha visto cerrar centenares de medios, incluidos su primera televisora y su primera radio. Y atraviesa su mayor crisis humanitaria y política en medio de una espesa capa de desinformación.
Los medios independientes, en su mayoría digitales, se han convertido en las únicas ventanas de los ciudadanos de un país donde ya no circulan periódicos nacionales y la televisión abierta y las emisoras radiales han abandonado su rol informativo por los fuertes controles que ejerce la dictadura, la cual condiciona los permisos de operar a la línea informativa.
Denuncia RSF que a los periodistas extranjeros, se les detiene, interroga y expulsa. Mientras los venezolanos también se han visto obligados a abandonar el país y huir de las amenazas y salvaguardar su integridad física.
Mujeres ingresan a la clasificación
Dos mujeres integran la lista, incluida Carrie Lam, la jefa del Ejecutivo de Hong Kong, por comportarse según RSF como «marioneta del presidente chino Xi Jinping. Aplicar políticas «liberticidas contra la prensa» que llevaron al cierre del último diario independiente, Apple Daily. La otra es la primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, que ha ordenado procedimientos judiciales contra más de 70 periodistas y blogueros.
En la lista de RSF de los “depredadores de la libertad de prensa”, siete mandatarios son reincidentes desde la primera edición en 2001. Por ejemplo el guía de la revolución iraní, Alí Jameneí, los presidentes de Siria, Bachar el Asad; de Rusia, Vladimir Putin; y de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko.
También el de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, que es el jefe de Estado que lleva más tiempo en el cargo y a quien Reporteros sin Fronteras no duda en calificar de «dictador totalitario». El paisaje mediático se limita exclusivamente a los estatales encargados de divulgar la «propaganda del Gobierno» y no hay admite ningún corresponsal extranjero.
Para cada uno de los depredadores, RSF ha elaborado una hoja que revela sus “métodos de depredación”. Detalla cómo se organiza la censura o represión y en sus “objetivos predilectos” especifica qué periodistas y medios están en su mira. También se citan extractos de discursos o entrevistas con depredadores en los que estos “justifican” la represión, y se señala la posición de los diferentes países en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa.
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