Desde hace años, Robert F. Kennedy jr., sobrino del presidente John F. Kennedy, ha liderado diversos grupos antivacunas. Sin embargo, la pandemia del SARS-CoV-2 ha hecho que este movimiento haya ganado terreno y sus defensores, así como él mismo, pasaron al siguiente nivel. Una reciente investigación de The Associated Press revela que desde 2020 Kennedy, de 67 años, se ha lucrado el doble de lo normal gracias a las diversas recaudaciones de fondos que mantiene la Children’s Health Defense (CHD), su organización antivacunas.
Desde que comenzó la pandemia, Children’s Health Defense, ha recaudado fondos y seguidores gracias a que Kennedy ha usado su poder como miembro de una de las familias más famosas de Estados Unidos. Con su imagen, el abogado ha logrado darle credibilidad a su grupo para multiplicar sus ingresos. Según los datos obtenidos por AP, desde 2020 Kennedy y CHD han obtenido unos 6,8 millones de dólares. El doble de sus ingresos anteriores.
CHD y Kennedy se han lucrado con la desinformación
Con todo este dinero, el grupo activista estadounidense, conocido principalmente por sus actividades contra las vacunas e identificado como una de las principales fuentes de información errónea sobre las vacunas, ha logrado abrir sucursales en todo el país. Además, ahora cuenta con puestos de avanzada en Canadá, Europa y Australia y está traduciendo artículos al francés, alemán, italiano y español. También ha lanzado un canal de televisión por Internet y ha creado un estudio cinematográfico.
Children’s Health Defense es hoy una de las organizaciones «sin fines de lucro» más exitosas del mundo, además de ser de las más populares. Es considerado el «sitio de medicina natural y alternativa” más atractivo para los antivacunas. Cuenta con millones de visitantes mensuales en su web. Para noviembre de 2019 su web atraía a 119.000 personas, mientras que agosto de 2021 cerró con casi 4,7 millones.
Sus estrategias para ganar seguidores parten de la desinformación. Aprovechan a los mas vulnerables para expandir su influencia. Una conducta que los expertos califican de «preocupante», pues podría tener consecuencias mortales durante una pandemia que ha causado la muerte de más de 5 millones de personas en el mundo.
Durante la pandemia, muchas organizaciones sin fines de lucro, así como diversas empresas, al contrario de la iniciativa de Kennedy han tenido dificultades para mantenerse. Ha despedido cientos de empleados, se han dado de baja por unos mesesy hasta han tenido que declararse en quiebra.
Con la pandemia el imperio antivacunas de Kennedy se expandió
Robert F. Kennedy jr. lleva años liderando grupos y protestas antivacunas. Hasta principios de 2020 asistía a manifestaciones contra proyectos de ley sobre la vacunación y se ha dirigido especialmente a las madres y a los afroamericanos. En 2019 presidió una muy importante contra el sarampión, las paperas y la rubéola para niños en edad escolar. Con la pandemia le llegó la gran oportunidad de generar más ingresos.
“Con la pandemia, ha sido sobrealimentado”, dijo el Dr. David Gorski, cirujano oncológico de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Wayne, en Detroit, y crítico del movimiento contra las vacunas. Robert F. Kennedy es «el cabecilla de la campaña de desinformación. Lidera un movimiento de propaganda absolutamente racista y particularmente peligrosa para la comunidad negra», afirma el Dr. Richard Allen Williams, cardiólogo y fundador del Minority Health Institute.
No obstante, Children’s Health Defense ha recibido 6,8 millones de dólares en ingresos en 2020, el último año registrado. Un aumento significativo si se compara con años anteriores, cuando en 2018 reportaba 1,1 millones en ingresos brutos y casi 3 millones para 2019.
La investigación de AP revela que incluso los miembros de la familia Kennedy consideran cuestionable su obsesión con que las vacunas no son seguras y califican de peligroso su trabajo con el movimiento antivacunas. El nieto del más famoso de los Kennedy lleva más de 15 años en la lucha contra las vacunas. «He perdido muchas amistades y, se han dañado las relaciones con miembros de mi familia», ha admitido el abogado y activista.
Las vacunas contra la COVID-19 son seguras y efectivas
Si bien hay algunos casos en los que las personas que reciben una vacuna tienen efectos o reacciones no deseadas, son muchos más se benefician de estar vacunados. La Organización Mundial de la Salud calcula que las vacunas evitan hasta 5 millones de muertes cada año.
Actualmente, los estudios más complejos revelan que hay evidencia suficiente para asegurar que las vacunas contra la COVID-19 son seguras y efectivas. Más de 3.631.889.867 personas en todo el mundo están vacunadas, lo que representa un 46,7% de la población. Y esto ha hecho que las cifras de hospitalizaciones y muertes se reduzcan a niveles impresionantes.
Solo en Estados Unidos un 61,1% se ha vacunado, es decir, más de 201 millones de personas. Los casos de personas con reacciones graves son extremadamente raros. Los estudios demuestran que los riesgos para la salud que plantea la vacuna son mucho más bajos que los riesgos de afrontar el virus.
¿La demolición controlada de la democracia?
Kennedy jr es autor de The Real Anthony Fauci, un libro que dirigido a los que están «desconcertados» por lo que ha sucedido en los últimos 20 meses y que el «negacionista» llama una «demolición controlada de la democracia liberal a nivel mundial».
En el texto Kennedy se refiere a Bill Gates y a Anthony Fauci, a quienes tilda de haber creado una formidable asociación entre el sector público y el privado «que ejerce un poder inverosímil sobre la población de Estados Unidos y las políticas internacionales de salud y alimentación».
«Fauci, como director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, maneja un presupuesto de 6.100 millones de dólares que distribuye a universidades para realizar investigaciones farmacológicas de diversas enfermedades. También cuenta con 1.700 millones de dólares que provienen de las fuerzas armadas para investigar las armas biológicas”, asegura Kennedy.
El libro, que ha sido número uno en ventas durante varias semanas en Norteamérica, plantea que el Dr. Fauci cuenta con una especie de «ejército mercenario» cuya labor es defender sus vacunas. «Los oficiales y soldados de dicho ejército son los cientos de médicos, administradores de hospitales, funcionarios de salud e investigadores expertos en virología cuyos puestos, carreras y salarios dependen del dinero que se genera en torno al VIH/SIDA», agrega.
Elon Musk se opone a la vacunación obligatoria
El presidente ejecutivo de Tesla, Elon Musk, se considera un provacunas de primera. Asegura que la ciencia está en lo correcto y él está de su lado. Sin embargo, se ha manifestado en contra de que la vacuna contra la COVID-19 se imponga obligatoriamente a la población. Subraya que tales políticas «no deberían implementarse en los Estados Unidos».
Musk insiste que, aunque él mismo se vacunó, está en contra de sea una obligación, en vez de una opción. Sobre todo cuando se trate de que los empleados de una empresa u organización deban decidir entre recibir las vacunas o perder su trabajo. Aún cuando podría salvar millones de vidas y preservar la salud..
«Estoy en contra de obligar a las personas a vacunarse. Creo que deberíamos animar a las personas a que se vacunen, tratar de convencerlas de que se vacunen, pero no obligarlas a que se vacunen o, por ejemplo, que se vacunen o las despidan”, reiteró.
Sus declaraciones se producen ante las nuevas medidas aplicadas por la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional, con respecto a las vacunas y pruebas COVID-19 para los empleadores. Estas entran en vigor 4 de enero y dictan que los empleadores con 100 o más empleados deben asegurarse de que cada uno de sus trabajadores esté completamente vacunado o que realicen pruebas de COVID-19 al menos una vez por semana. Además de que todos los trabajadores no vacunados deban usar una mascarilla mientras trabajan.