Por Marta Lázaro (Efe)
A pesar de que muchos le consideran un recién llegado a la política, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, lleva años preparándose, trabajando a marchas forzadas, con un nuevo estilo de hacer política, más cercano y más directo, inspirado en un modelo americano, con referentes tan carismáticos como John F.Kennedy.
Han pasado nueve años desde que Ciudadanos entrara en el Parlamento de Cataluña, en el año 2006. A partir de ese momento, Rivera comenzó a cosechar éxitos lentamente, dando el gran salto a la política nacional a partir de las elecciones autonómicas y municipales del pasado mes de mayo.
El resultado histórico obtenido por Ciudadanos en aquellos comicios fue lo que finalmente encumbró a Rivera a estas elecciones generales, a las que llega sintiéndose como un líder convencido de poder encabezar una nueva etapa política de centro.
En primera línea
Su capacidad de persuasión, sus dotes para comunicar, su preparación, su seguridad y vehemencia, a pesar de su gran timidez, que vence con éxito permanente, le han llevado a situarse en primera línea de la batalla política, dispuesto a debatir con quien haga falta, como el mismo dice, o a hablar sin papeles ante auditorios repletos de personas y sin que en ningún momento le tiemble la voz.
Sorprende su talento para poder conseguir mantener la atención del auditorio en todo momento, con un discurso fresco, ágil y claro, propio de sus estudios de Derecho en ESADE (Universidad Ramon Llull). Rivera tiene una máxima. Una máxima que era de Kennedy y es que hay que preguntarse no qué va a hacer nuestro país por nosotros, sino qué podemos hacer nosotros por nuestro país.
Gracias a su juventud y sobre todo sencillez, otro gran valor, ha conseguido que cualquier ciudadano de a pie se identifique con él. Le ven próximo, cercano, alguien que está en la calle y que representa a la calle, utilizando el lenguaje de los ciudadanos y no la retórica política, algo que probablemente le viene de sus años como empleado en La Caixa,
El antinacionalismo
Sin embargo, el recorrido de Rivera no ha sido siempre un camino de rosas. En algún momento, como el mismo ha reconocido, pensó en abandonar su proyecto. Se sentía cansado y con pocas posibilidades de prosperar. Buscó acuerdos con la que fuera líder de UPyD, Rosa Díez, que siempre se resistió a los mismos.
Su postura inamovible y clara en todo lo relativo a la independencia de Cataluña y más viniendo de un político de esa tierra le llevó, a pesar de las horas bajas, a que su discurso como una mancha de aceite se extendiera por toda España.
Rivera huye del doble lenguaje. La prueba es que se muestra contundente cuando dice que no va a pactar ni con el PP ni con el PSOE, y esa nitidez le ha llevado incluso a pronunciarse con absoluta firmeza en su posición sobre el terrorismo yihadista, afirmando sin tapujos que se debía colaborar con Francia.
Un nuevo tiempo
A sus 36 años y con una hija de cuatro años y medio a la que adora y a la que dedica cualquier minuto del tiempo libre que le deja su ajetreada vida, Rivera se define como un político que quiere ocupar el centro político, abandonado durante mucho tiempo, y niega que le identifiquen con la izquierda o con la derecha, porque cree que ha llegado un nuevo tiempo.
Pese a los críticos, que dicen que detrás de Rivera no hay nada más, se encuentra un equipo de profesionales, como lo demuestran personas como la portavoz en el Parlamento de Cataluña, Inés Arrimadas; el portavoz adjunto, Fernando de Páramo; el economista Luis Garicano, el cabeza de lista por Barcelona, Juan Carlos Girauta; el vicesecretario general del partido, José Manuel Villegas; o el secretario de Organización, Fran Hervías.
No ha sido tampoco baladí la contribución al proyecto de Rivera de la portavoz del partido en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís, o el de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado.
El modo de trabajo
Probablemente el modo de trabajar de Rivera sistemático y organizado lo comenzó a desarrollar cuando empezó a nadar de niño, lo que le llevó a ser campeón en waterpolo, adquiriendo una autodisciplina y un sentido de superación que le ha ayudado a crecerse ante los retos.
La natación marcó su infancia y juventud. Madrugaba, iba a clase todo el día y por la tarde volvía a entrenar, así día tras día, año tras año, mientras sus amigos y compañeros de clase tenían tiempo para disfrutar del ocio.
Se crió en una familia en la que fue consciente del esfuerzo y de lo que cuesta salir adelante, aportando puntualmente su trabajo en el negocio que tenían sus padres. Una nueva forma de hacer política y de liderar un proyecto ha surgido y Rivera la hará ver por toda España hasta el próximo día 18, consciente de que está viviendo la campaña electoral mas importante de los últimos cuarenta años.