Por Gorka Landaburu
04/06/2018
Han pasado ocho años desde que España ganara su primera Copa del Mundo de Fútbol. Un acontecimiento extraordinario que inundó el país de orgullo y de júbilo. Por primera vez en mucho tiempo, nos puso ante el espejo de la historia reflejándonos como una sociedad madura, democrática, libre, identificada con su cultura y sus símbolos, sus señas de identidad, tantas veces ninguneadas, vilipendiadas y arrojadas a la cuneta del olvido. Fue como un despertar a la vida después de un prolongado letargo. No por indeseado menos lacerante. La ciudadanía, sin distinción de credos ni ideologías, se sintió unida en un objetivo: construir el futuro entre todos, con respeto, tolerancia, talento y determinación.
Cuando los pueblos y los individuos que los integran se conjuran en un proyecto común, y se ilusionan y trabajan esperanzados por lograr el éxito, no hay obstáculos que detengan su marcha. Aquella copa alzada al mundo fue como el punto de partida de una nueva etapa en la que por fin nos aceptábamos como somos, con nuestros defectos y virtudes, los valores y principios que han hecho grande a una nación y ante los que hoy se rinde con admiración la comunidad internacional. Así, mientras el resto del mundo se debatía en una crisis sistémica global, España avanzaba imparable por la senda de la recuperación y el crecimiento. Ha costado trabajo y esfuerzo llegar hasta aquí. Y quedan muchas cosas por hacer, retos por enfrentar y desafíos que vencer. Pero estamos en el camino. Que nadie se permita ahora caer en la complacencia.
Conoce nuestro número: «Pasión por España»
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Este número de Cambio16 reconoce esta grata realidad. Por ello distingue a algunos de los líderes y empresas que más han contribuido a consolidar estos logros. Son emprendedores que innovan y abren mercados a la excelencia, que compiten con talento al más alto nivel, convencidos de su capacidad y de la fuerza de la Marca España, que sienten pasión por su país y asumen sin complejos su enriquecedora diversidad. Hoy, como ayer, la selección nacional de fútbol nos vuelve a unir en el empeño de repetir la gesta.
Sin embargo, ahora conocemos algo que antes intuíamos, pero que no habíamos admitido como certeza. Ya no hay dudas: sabemos lo que somos y lo que queremos. Sea cual sea el lugar que el destino nos reserve en esta nueva cita futbolística, España ya ha ganado porque, como reza el lema de nuestra selección, juntos somos invencibles.