Por Andrés Tovar
25/04/2018
La reunión Macron Trump dejo un álbum de testimonios de la gran relación entre ambos mandatarios. Por consiguiente, las interrogantes del mundo sobre si el presidente francés tiene alguna posibilidad de persuadir a su par estadounidense sobre los asuntos relacionados con Irán, el comercio o el cambio climático quedaron eclipsados ante la «fascinante fascinación» mostrada en los registros del encuentro. La pareja pareció acomodarse el uno al otro mientras avanzaban en los temas en agenda.
El presidente de Estados Unidos dijo que los países habían establecido una «bella amistad forjada en la revolución» que «cambió el curso de la historia». Pero no faltaron los elogios. Esos que la prensa global ha bautizado como el «bromance«. Dos líderes mundiales dándose la mano y besándose en la mejilla. Elogios tipo «él es perfecto» y «me gusta este hombre» en el discurso. Y, con ello, un refuerzo de la «unidad, fraternidad y amistad» entre las dos naciones.
Entre los temas de mayor alcance debatidos en la reunión Macron Trump estaba la seguridad, el comercio y el acuerdo nuclear de Irán. Éste último punto, aunque calificado de «desastre» por parte del estadounidense, pasó por el tamiz de la cordialidad de la reunión Macron Trump, logrando que ambos prometieran resolver las diferencias sobre el asunto.
De la mano por los temas espinosos
En una conferencia de prensa tras la reunión Macron Trump, el líder francés dijo que ambos habían discutido «un nuevo acuerdo» para fortalecer el acuerdo de Irán con el Sexteto de 2015. Eso sí, asumiendo las preocupaciones de Trump y abordando la expansión de Irán en Medio Oriente y su programa de misiles balísticos. Mientas tanto, Trump advirtió sobre las repercusiones para Irán si reinicia su programa nuclear. «Si Irán nos amenaza de alguna manera, pagarán un precio que pocos países han pagado alguna vez», dijo.
Los presidentes también discutieron la crisis en Siria. Macron instó a su homólogo a mantener a las fuerzas estadounidenses en el país para garantizar la derrota de los militantes de Daesh. Trump no prometió mantener tropas en Siria. Pero sí dijo que no retiraría sus fuerzas de inmediato. Una postura distinta a la tajante decisión de retirar las tropas de apenas la semana pasada. Las conversaciones se producen después de que ambos países, junto a Gran Bretaña, lanzaron la ofensiva militar en Siria.
Finalmente, durante las conversaciones, Trump informó a Macron que el líder norcoreano Kim Jong Un -a quien llamó «de mente abierta» y «honorable»- quería reunirse «lo antes posible».
La reunión Macron Trump aún tiene otros pendientes en la agenda. Antes que el francés culmine su visita este miércoles, ofrecerá un discurso ante el Congreso estadounidense en inglés. Y, no menos importante, está el tema de los aranceles estadounidenses a Europa para el acero y el aluminio. Una medida de Trump a la que Macron quiere ponerle contención.
Reunión Macron Trump o el «ganar ganar»
La prensa global quedó desconcertada de que los presidentes Trump y Macron se lleven bien, ya que parecen personas tan diferentes. Pero no es de extrañar. La reunión Macron Trump puso sobre la mesa todos los elementos comunes que unen a ambos mandatarios, que no son pocos. Ambos nacieron de una era de polarización en sus países. Ambos desafiaron al establishment político de sus Estados. Uno es un hombre de negocios. El otro un especialista en finanzas. Por ende gustan de cerrar buenos tratos. Y, no menos importante, ambos tienen claras ambiciones de ser líderes globales y de «hacer grande de nuevo» a sus países.
Para el líder estadounidense, el encuentro le deja el dividendo de tener un aliado en Europa que «entienda su idioma» en referencia a los asuntos globales. Por ende, el francés representa una alternativa menos conflictiva para tratar los asuntos pendientes con Europa frente al antagonismo de su relación con Ángela Merkel y con el Brexit tocando las puertas.
Para el francés el dividendo es aún mayor. Es cierto que Macron es mucho más que discursos. Su ofensiva reformista-centrista -que incluye acercamientos a sus pares en Europa, como Ciudadanos en España- y resistir incólume a los ataques de los extremos le proporcionan un perfil de político racional. Pero el estratega del Elíseo sabe que su posicionamiento como líder europeo pasa no solo por su agenda de reformas domésticas. Sino también de hasta qué punto es capaz de elevar su perfil en Washington. Y beneficiar con ello a Europa. El continente necesita un líder influyente frente al actual líder estadounidense. Por ello, el camino de Macron a Europa pasa por Washington.