Las inundaciones en Karachi son cada vez más intensas y extremas, dejando a buena parte de sus habitantes sumergidos bajo las aguas e indefensión. Desde 2017 el Banco Mundial ha invertido millones de dólares en esa ciudad, la más grande de Pakistán, para recuperarla. Incluso, anunció fondos de adaptación climática con el fin de ayudar a los pobladores a sobrellevar esas calamidades climáticas. Pero eso no ha sucedido.
2021, pero en especial en 2022, las catastróficas inundaciones trastornaron esa localidad y el país. Los gobiernos regional y nacional y varias organizaciones mundiales se sumaron para socorrer a la ciudad del altísimo impacto de esas devastadoras lluvias. Karachi, con una población de 16 millones de personas es la columna vertebral de la economía de Pakistán.
Esos fondos de adaptación forman parte del Proyecto de Eficiencia y Emergencia de Residuos Sólidos (Sweep), el cual fue promocionado por el BM como uno de los salvavidas que asistiría y colaboraría con la ciudad.
Además, de las inundaciones un problema importante es la basura que obstruye los nullahs (canales estrechos que drenan las aguas residuales de la ciudad al mar). Por ese motivo las aguas pluviales se desbordan. Y se suponía que Sweep ayudaría a mejorar la gestión de residuos sólidos. Pero dos años después del proyecto de cinco años, no hay señales de progreso.
Climate Home revisó docenas de documentos oficiales, entrevistó a funcionarios dentro de los proyectos y visitó los sitios afectados por las inundaciones. Sostuvo que se ha gastado menos del 3% de su presupuesto de $100 millones, y nada en nueva infraestructura.
Banco Mundial ideó fondos para ayudar a Pakistán
Los funcionarios del proyecto tomaron la promesa de financiación como una señal para limpiar los barrios marginales a lo largo de las vías fluviales. La autoridad provincial demolió miles de viviendas sin, dicen los vecinos, ninguna consulta o plan para encontrarles otro lugar donde vivir.
En los sitios cercanos a la infraestructura de alcantarillado de Karachi, se registraron varios casos en los que los residentes de viviendas informales resultaron heridos. E incluso murieron durante las inundaciones extremas en 2020 y 2022.
Cuando las organizaciones de derechos humanos expresaron su preocupación por las demoliciones, el Banco Mundial se distanció del proyecto ideado para Pakistán. Los funcionarios del gobierno insisten en que las cosas no van tan mal. “Solo tenemos un retraso de tres o cuatro meses”, dijo el director de Sweep, Zubair Channa.
El Banco Mundial aparentemente está de acuerdo. Sus informes de proyecto en marzo de 2021 y noviembre de 2021 declararon el progreso como «satisfactorio». A pesar de que no se había completado ningún trabajo en el terreno. Esta calificación cambió a «moderadamente satisfactoria» para los informes de junio de 2022 y diciembre de 2022, luego de una mayor inacción.
Al ser consultados sobre el proyecto, el Banco Mundial lo defendió y dijo que la consultoría estaba “bastante avanzada y se esperaba que entregara sus resultados pronto. Según el cronograma actual, esperamos que la construcción de la instalación de eliminación de desechos. Y las estaciones de transferencia comiencen a principios de 2023”, dijo la oficina de prensa de la institución financiera.
Este es un problema de adaptación climática. El calentamiento global «probablemente aumentó» la intensidad de las lluvias monzónicas en 2022, cuando las inundaciones afectaron a 33 millones de personas en todo el país, según un grupo internacional de científicos.
Trabajos ineficientes y dineros retrasados
Entonces, ¿qué ha pasado con la financiación prometida del Banco Mundial para atender las inundaciones en Pakistán?
Entre algunos estudios de factibilidad y algunos costos operativos, los documentos muestran que las autoridades han gastado hasta ahora $91,891 en muebles. Una fuente oficial asociada con Sweep, que pidió no ser identificada, dijo a Climate Home que el número era demasiado alto y parecía fuera de lugar.
“Somos un país pobre. No podemos darnos el lujo de gastar así en costos operativos. No cuando ese dinero será devuelto por ciudadanos que ya no pueden pagarlo”, señaló el arquitecto y urbanista Noman Ahmed, presidente del Departamento de Arquitectura y Planificación de la Universidad NED de Karachi.
El plan de adquisiciones del gobierno de Sindh asigna $ 8 millones para equipos que van desde contenedores hasta vehículos de recolección de desechos. Otros $30 millones se destinan a “obras” de implementación. Este dinero aún no se ha desembolsado.
En todos los aspectos de estos gastos, la supervisión bancaria debe realizarse una vez que se concluya el proyecto. Sin embargo, los proyectos relacionados levantan banderas rojas.
Por ejemplo, en noviembre, el Tribunal Superior de Sindh tomó una decisión. Prohibió al gobierno provincial otorgar más contratos en el marco del proyecto Ciudad Competitiva y Habitable de Karachi (Click) del Banco Mundial. Citando la falta de transparencia sobre el destino del dinero.
Mientras tanto Fahad Saeed, líder de Asia del Sur y Medio Oriente en la ONG de políticas Climate Analytics, dio su opinión. “Pakistán necesita hacer una introspección sobre por qué no pudieron aprovechar los fondos que estaban disponibles. En 2021, los gobiernos del mundo acordaron en la COP26 duplicar la cantidad de financiamiento internacional para la adaptación para 2025, que asciende a unos $ 20 mil millones por año.
Muertes por los nullahs
¿Por qué se inunda Karachi? Décadas de abandono en los sistemas de eliminación de desechos y alcantarillado de Karachi crearon la receta perfecta para las inundaciones en la ciudad. Todos los años, cuando llega la temporada del monzón, el debilitado sistema de drenaje de la ciudad se obstruye y el agua se desborda.
Más de 6 millones de personas en Karachi viven en asentamientos informales. Muchos de los cuales han invadido los nullahs de la ciudad, los lechos de los ríos que transportan los desechos desde un extremo de la ciudad hasta el mar.
Estas poblaciones son las primeras víctimas de las inundaciones urbanas y también los principales contribuyentes al problema.
La oficina de prensa del Banco Mundial indicó que sus proyectos “tendrán prohibido financiar cualquier inversión futura en los nullahs afectados. Sweep no financiará de manera retroactiva o prospectiva ningún trabajo de limpieza de nullah, ni ningún estudio relacionado con las nullah”.
Luego, en 2022, las inundaciones extremas afectaron más a los asentamientos informales, convirtiendo el área llena de agua alrededor de los nullahs en arenas movedizas, según el residente Imran Gill. “Nadie ha muerto nunca a causa de las nullahs antes de que se llevara a cabo toda esta construcción. Y, sin embargo, el área ahora ha visto a varias personas perder la vida”.
Bhutta Masih murió en una inundación este año cuando el suelo debajo de sus pies se derrumbó. Deja cinco hijos y su viuda, Parveen. Su hijo menor ayudó a sacar el cuerpo de su padre con cuerdas y le ha resultado difícil recuperarse del trauma.
“Solía tener un trabajo pero lo perdió. No ha estado bien mentalmente desde ese día. No podemos permitirnos esto”, dijo Parveen.
El futuro de Sweep y de Karachi
A pesar de todos sus problemas, la directora del Sweep, Channa, afirmó que las inundaciones de Karachi no fueron tan malas como las de años anteriores.
Entretanto, el experto en planificación urbana Ahmed dijo que esto era «completamente falso». Y que la infraestructura del proyecto Ciudad Competitiva y Habitable de Karachi (Click) del Banco Mundial había empeorado las inundaciones en esa localidad de Pakistán.
“Han hecho proyectos de mejora, por ejemplo, los cinturones verdes, que en sí mismos crearon cuellos de botella”, adicionó. “Parece que esto no fue más que un esfuerzo de limpieza de emergencia sin un proceso de pensamiento a largo plazo para encontrar soluciones. Cuando el BM está interviniendo con una cartera tan grande, ¿por qué no proporcionan un plan para ayudar a las personas que están siendo desplazadas?”.
La abogada y activista Abira Ashfaq ha trabajado con las comunidades afectadas. Confió que el Banco Mundial no usó su influencia en el gobierno de Sindh para ayudar a las personas que viven en los nullahs.
“Presentamos una queja ante el Banco Mundial y consideraron que nuestro caso era elegible. Hicimos cinco reuniones con funcionarios del banco y con las partes interesadas”, recordó. “Sin embargo, se distanciaron y dijeron que su proyecto solo estaba destinado a abordar la eliminación de desechos. Y finalmente desestimaron nuestras quejas y no se responsabilizaron”, comentó.
El resultado de esta interacción fue que el trabajo de limpieza de nullah se devolvió una vez más al gobierno de Sindh. Y lo entregó a la Organización de Trabajos Fronterizos (FWO), el ala de ingeniería del Ejército de Pakistán.
Por ahora, los residentes pueden esperar poco más en cuanto a la ayuda por inundaciones que las lonas de las ONG locales para cubrir sus hogares dañados. Dependen unos de otros y esperan la próxima inundación.