Por Belén Kayser / Ilustración Verónica Grech
Cambio16 propone a sus lectores un plan o sugerencia por día durante julio y agosto. Desde escapadas hasta lecturas y relojes de buceo. Este 22 de agosto te proponemos dejar de lado el estrés y el ritmo frenético del día a día y meditar.
El ritmo frenético al que vivimos nos desconecta de nosotros mismos. Ésta es la teoría de expertos que recomiendan la meditación como método eficaz para reeducar nuestro cerebro, víctima de la sobreinformación. Entre la oferta de playa o montaña empieza a colarse la del retiro. Espiritual, de meditación, de silencio o de yoga. Un “camino natural” para volver a reconectar con uno mismo por 80 euros al día.
«Deposite aquí su noción del tiempo”. Este cartel, dibujado junto a un sol sonriente en un trozo de papel, se sujeta en una de las papeleras del Cielo de la Vera. Es una casa en mitad de un bosque en Villanueva de la Vera (Cáceres), donde un día se edificó una sala circular de madera y grandes ventanales. Está en un alto, con panorámicas a un acantilado cubierto de robles. El silencio y la vista son sobrecogedores pero, dentro de la sala, la gente disfruta con los ojos cerrados. Medita.
Desde hace casi una década, los retiros se han popularizado en España gracias a la neurociencia, que ha demostrado beneficios de la meditación en el cerebro. También a la práctica del yoga y el mindfulness, que consiste en prestar atención de forma consciente al momento presente, muy de moda entre directivos. Lo cuenta el psicólogo vasco Fernando Rodríguez, director de la escuela Baraka e instructor de retiros vipassana, meditación silenciosa. El verano es temporada para aquellos que quieren conectar con uno mismo.
España es el país europeo con más teléfonos inteligentes por habitante y un estudio reciente de la universidad canadiense de Waterloo ha demostrado que el uso de los smartphones daña la memoria y que estar conectados siempre “provoca ansiedad”. Por eso, el paso más importante en los retiros es olvidar el teléfono. “Vivimos mirando pantallas”, reflexiona Cristina Aramburu, una profesora de yoga afincada en Madrid que organiza retiros de yin yoga y medicina china. “Nuestro cuerpo cambia; estamos más encorvados, con el corazón cerrado”. Las convocatorias, explica, atraen sobre todo a los habitantes de las grandes ciudades. “Vivimos sobre asfalto, corriendo. Picamos de todo pero no nos nutrimos con nada”. Cristina cree que la demanda de los retiros es una “necesidad evolutiva. Se crea una conexión muy especial en estos sitios. La gente se abre y escucha”.
Retiros de meditación budista, de ciencia, senderismo, de yoga con surf, campos de trabajo, vipassana, yoga con masaje tailandés, o de tantra y kundalini, conocido como el yoga de la conciencia. “Los hay para todos los gustos y de muchos precios, desde el de lujo en Bali por 3.000 euros la semana, a otros donde pagas la voluntad y ayudas a cocinar o barrer”. Los más estándar incluyen, por 80 euros al día, comida, alojamiento y clases. Cándida Vivalda lleva más de una década practicando yoga e intenta asistir cada mes a un retiro, “parece mentira que sólo podamos desconectar cuando apagamos los teléfonos en el avión”, lamenta. No hace mucho hizo uno de silencio en el monasterio de Kopan (Katmandú). Durante dos días, de los 12 que dura la experiencia, “no hay gestos ni palabras; es el silencio total”. La meta es la profunda introspección.
No sólo la neurociencia presta atención a la meditación. También la psicología y la psicopedagogía han cambiado el paradigma. Beatriz Gómez Acebrón, fundadora del proyecto Plan Be, es experta en desarrollo personal y laboral y adapta la filosofía de estos retiros, “la del ego y el apego. Hoy suplimos el vacío interior con las redes sociales e internet”. Cree que vivimos un momento “de locura colectiva” que nos ha hecho tocar techo y “replantearnos” actitudes. Para la psicología, y en boca de la psicóloga clínica y forense Soledad Vidales, el momento actual ha provocado el “nacimiento de nuevas patologías” derivadas de “la necesidad de conseguir todo sin esfuerzo y de tener una respuesta al momento” y se requiere una “reeducación” de la inmediatez.
Retiros en españa
No hay que irse a Nepal para tener experiencias de reconexión total. A pocos metros del extremeño Cielo de la Vera está el templo budista Shorin-Ji, “templo del despertar”, y centros como Baraka, en el País Vasco, o Nikara, en Madrid, organizan retiros en la península y las islas. “Vivimos en piloto automático”, resume el psicólogo Fernando Rodríguez, “y eso destroza nuestra salud”. “La meditación es una práctica que afecta a las emociones y redunda en la vida”. ¿Estamos viviendo otro new age? “La alta demanda es sintomática, pero esto no es el movimiento hippie. Bueno, recoge frutos de esa ola, pero tiene que ver con el momento actual”, reflexiona este instructor de retiros. “Somos multitarea y nos estamos desconectando de nuestra propia vida”. ¿Sobreviviremos al mundo hiperconectado? “El cambio se está haciendo pero se necesita tiempo y la perseverancia cuesta”, recapitula, no sin antes advertirnos de que “si no se aplica el cambio al día a día los retiros son sólo una ortopedia”.