POR CAMBIO16
06/10/2017
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Después del referéndum ilegal del 1-O, las fuerzas separatistas catalanas y el Gobierno escenificaron una semana de movimientos que anticipan escenarios mucho más radicales. La intervención del Rey y de las fuerzas políticas se ha hecho necesaria para anticipar lo que viene ante el rebasamiento de los límites democráticos.
La semana tras el 1-O comenzó con reuniones del presidente del Gobierno con los líderes de las principales fuerzas políticas del país. El Gobierno ha transmitido a todas las fuerzas la necesidad de unidad constitucional frente a las acciones secesionistas.
Pero una huelga de 24 horas complicó el panorama en Cataluña. Vías cortadas, servicios a media máquina y tensión en las calles fueron los escenarios comunes. La jornada, apoyada por el Gobierno catalán fue seguida mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas, comercios. Las grandes empresas no se apegaron al paro.
Ante tal escenario, se hizo imprescindible un pronunciamiento del jefe de Estado, el Rey Felipe VI, quien lo dejó claro: «Ante la situación de extrema gravedad en Cataluña, los legítimos poderes del Estado deben asegurar“el orden constitucional, la vigencia del Estado de derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía”.
Tras este mensaje, Carles Puigdemont difundió un mensaje institucional 24 horas después del discurso del Rey. Sentenció que “no nos desviaremos ni un milímetro de nuestro compromiso” y emplazó a sus seguidores a “mantenerse firmes”, aunque insistió en mantener “una puerta abierta al diálogo”.
Pero la posición del Estado es tajante: la unidad de España no puede “ser objeto de ninguna mediación ni de ninguna negociación” y subrayó que el “primer diálogo” que debe recuperar el Ejecutivo de la región de Cataluña es en el Parlamento local y con la sociedad catalana a la que “ha dividido”. La semana culmina con un escenario complicado, sobretodo en Cataluña donde grandes actores económicos comienzan a marcharse ante una posible declaración unilateral de independencia, la venidera semana, por parte del Parlamento catalán. El panorama no deja de ser convulso.