Por Cambio16
21/12/2015
- Análisis: Un mar de dilemas
- Análisis: España se enfrenta a un nuevo paradigma político
- Rajoy: «Buscaré un gobierno estable»
- Sánchez se salva y abre la puerta a los pactos
- Podemos logra la remontada
- Ciudadanos, relegado al cuarto puesto
- El 20-D, minuto a minuto
Las elecciones del 20-D finalmente se han convertido en los comicios del cambio. El Partido Popular ha sido la formación más votada, aunque se ha quedado muy lejos -a 53 escaños- de una mayoría suficiente para gobernar en solitario y un hipotético acuerdo de investidura con Ciudadanos tampoco le garantiza gobernar plácidamente. Para Rajoy, la única posibilidad de gobernar pasaría por el apoyo de Pedro Sánchez, un pacto que no parece probable que se produzca, por lo que los populares no podrán formar gobierno. Así, que la salida a esta situación pasará previsiblemente por una nueva convocatoria electoral con otro candidato al frente del PP.
La irrupción de Podemos -que ha logrado la remontada que no auguraban las encuestas y se ha colocado como tercera fuerza política- y de Ciudadanos -que por el contrario se ha quedado por debajo de lo vaticinado- ha asestado un duro golpe al bipartidismo, pone fin al turnismo y a las mayorías absolutas y define un nuevo escenario político. Con todo, el PP sí logra la mayoría en el Senado y podría bloquear las leyes que aprobara un hipotético gobierno de izquierdas con el resultado de mayor ingobernabilidad.
Los resultados dejan ahora las puertas abiertas a los pactos y son varias las posibilidades: PP con Ciudadanos en minoría -163 diputados-; PP con PSOE -poco probable-; PSOE, Podemos y otros partidos de izquierda e, incluso, la convocatoria de nuevas elecciones.
Con más del 99% de los votos escrutados, el PP de Mariano Rajoy ha obtenido un 28,71% y 123 escaños, seguido del PSOE, con un 22,01% y 90 escaños. Los populares pierden 63 escaños, más de un 16% y más de 3,5 millones de votos. La caída del PP es la segunda mayor experimentada por un partido en el Gobierno en la historia de la democracia, sólo por detrás de la sufrida por UCD en 1982. Y es que el PP ha ganado, pero se trata de una victoria pírrica y el partido tendrá que hacer balance y autocrítica. Rajoy ya está estigmatizado como el presidente que recortó los derechos para salvar la economía.
Mientras, el PSOE ha sacado el peor resultado de su historia: ha perdido 20 escaños y 1,5 millones de sufragios. Un tripartido de izquierdas (PSOE, Podemos e IU) empataría con PP y Ciudadanos. Los resultados ponen en una situación complicada a Pedro Sánchez, que en unas nuevas elecciones podría ser reemplazado por Susana Díaz.
Si el PSOE ha resistido ha sido gracias a Extremadura y Andalucía, donde han actuado de torniquete para parar la hemorragia. Susana Díaz le ha sacado a Podemos en Andalucía 600.000 votos y Sánchez en el resto de España, 200.000 votos al partido de Pablo Iglesias.
La irrupción de Podemos y Ciudadanos
Podemos, como partido emergente, ha sido la formación que mejor ha rentabilizado el cambio político y será crucial en el futuro de España. Se consolida como alternativa y ha sido la única fuerza que puede celebrar un triunfo sin precedentes, con victorias sorprendentes en Euskadi y Cataluña, donde su presencia era testimonial.
El partido de Pablo Iglesias, junto a sus diferentes marcas en Cataluña, la Comunidad Valenciana y Galicia suma 69 diputados.
En cuanto a Ciudadanos, las urnas han desinflado la burbuja, aunque los votantes han llevado al partido de Rivera a la nada despreciable cuarta posición y le ha otorgado 40 asientos en el Congreso.
Uno de los motivos del resultado más discreto de Ciudadanos puede encontrarse en Cataluña, donde ha bajado varios puntos con respecto a las elecciones autonómicas de septiembre. De hecho, En Comú Podem, la lista que integra Podemos en Cataluña, se ha convertido en la primera fuerza política de la comunidad, muy por delante de ERC y de Democrácia i Llibertat -lista de CDC- y tendrá 12 diputados en la Cámara baja.
Izquierda Unida pierde su grupo parlamentario -el Reglamento del Congreso exige un mínimo de cinco diputados- y evidencia que sólo avanza cuando va en coalición. La ley electoral penaliza sus resultados.
PNV y ERC, los otros vencedores
El PNV tendrá mucho que decir en Madrid -mantiene su presencia en el Congreso e, incluso, gana un escaño- y los catalanes de ERC -triplican su presencia en el Congreso al pasar de los tres diputados de 2011, a 9-.
El nacionalismo de Artur Mas se hunde con él. El partido del presidente catalán recibe un duro golpe, ya que CDC -Democrácia i Llibertat- sólo obtiene ocho escaños frente a los 16 que junto a Unió tenía hasta ahora en el Congreso. Además, el partido de Artur Mas pasa de ser el partido más votado en Cataluña al cuarto puesto, por detrás de En Comú, ERC y el PSC.
Euskal Herria Bildu, se queda en dos escaños, frente a los siete que tenía Amaiur desde 2011. La irrupción de Podemos, con cinco escaños en Euskadi y dos más en Navarra, ha castigado duramente a la formación abertzale que pierde el único escaño que tenía en la comunidad foral.
UPyD
Como auguraban las encuestas y después de más de un año de crisis interna, UPyD se queda fuera del Congreso.
Algo parecido le ha ocurrido a la formación de Josep Antoni Duran Lleida, que tras su ruptura con CDC, abandona la Cámara tras décadas en Madrid.
Otro de los históricos que no revalida su presencia en la Cámara baja es el BNG, que no ha aguantado el envite de las «mareas» gallegas, ni tampoco Geroa Bai, que aunque gobierna en Navarra, ha perdido su único escaño en el Congreso.
Galería: Las imágenes del 20D
El senado
De los 208 escaños en juego, el PP ha obtenido 121, seguido del PSOE, con 50 y Podemos, con 14. A estos nuevos parlamentarios habrá que sumar los senadores elegidos por las asambleas de las CCAA que mantienen su puesto.
Llega la hora de los pactos
A partir de la constitución de las Cortes -el próximo 13 de enero- y sin unos plazos definidos, el Rey llamará a consultas a los representantes de los partidos para que, en función de los apoyos de unos y otros, elevar una propuesta de candidato.
El Reglamento del Congreso establece que en la primera votación el candidato tenga que obtener la mayoría absoluta de los miembros del Congreso. De no conseguirlo, se convocará un segundo pleno en el plazo de 48 horas y entonces ya bastará mayoría simple.
Si transcurren dos meses sin que ningún candidato alcance ese mínimo, el presidente del Congreso comunicará al Rey la convocatoria automática de nuevas elecciones generales, lo que podría abocar a nuevos comicios al comienzo de las próxima primavera.
El 20D ha terminado sin un vencedor claro, con muchas incógnitas sin resolver y con un nuevo tablero de juego político sobre la mesa.