Después de deforestar tierras, degradar suelos, fabricar cemento y, quemar combustibles fósiles por décadas, el hombre quiere enmendar y revertir los males al medio ambiente. Un grupo de expertos recomienda cómo eliminar las concentraciones de CO2 causantes del calentamiento global. Sugiere un conjunto de prácticas a partir de conceptos claros: la restauración de la naturaleza y la eliminación de carbono no son lo mismo.
Señalan los investigadores que la restauración de la naturaleza debe perseguirse agresivamente. Tanto por sus beneficios climáticos como por el aumento de la biodiversidad. Sin embargo, no debe usarse para compensar las emisiones fósiles en la contabilidad neta cero.
Robert Höglund, gerente del Fondo de Transformación Climática Milkywire, encabeza el equipo de científicos que elaboró una propuesta climática, publicada en Climate Home News. Lo acompañan Zeke Hausfather, PhD, líder de investigación climática Stripe. Karen Holl, PhD, profesora de estudios ambientales Universidad de California, Santa Cruz. Cyril Brunner, PhD, investigador de eliminación de carbono en ETH Zürich. Natalya Yakusheva Jarlebring, PhD, líder ambiental sénior Milkywire. Alexander Koch, PhD, becario postdoctoral, Universidad Simon Fraser
Sostiene este panel de expertos que para detener el calentamiento global, el mundo necesita disminuir la concentración de CO2 en la atmósfera. Mediante la reducción radical de las emisiones y, finalmente alcanzar el cero neto. Lograrlo requerirá una cantidad significativa de eliminación de carbono que debe alinearse con los principios básicos del clima físico.
Una forma popular de eliminar el CO2 de la atmósfera es restaurar la naturaleza. Por ejemplo, cultivar árboles para recuperar el carbono perdido por la deforestación o restaurar el carbono en los suelos.
Restauración de la naturaleza
La restauración de la naturaleza es uno de los pilares clave en nuestra lucha contra el cambio climático, precisan. Sin embargo, el CO2 capturado por la naturaleza se almacena en el ciclo de carbono “biológico” o “corto”, donde el riesgo de reversión es alto. Los bosques pueden talarse o quemarse y sucumbir a enfermedades o plagas. Los suelos pueden perder rápidamente cualquier carbono nuevo almacenado si se descontinúan las prácticas regenerativas.
El carbono fósil y sus impactos atmosféricos operan en un ciclo de carbono mucho más largo. Los combustibles fósiles son parte del ciclo «largo» del carbono y consisten en biomasa sometida a presión durante millones de años y almacenada de forma segura bajo tierra. Cuando se libera carbono fósil a la atmósfera, el CO2 permanece durante miles de años.
Ahora, indican, debido a que el almacenamiento de ciclo de carbono corto y largo tiene diferentes efectos sobre el calentamiento, es esencial diferenciar entre estos dos enfoques. No deben ser tratados como uno, como lo mismo. El término “eliminación de carbono”, hasta ahora, se ha utilizado tanto para describir métodos que capturan y almacenan temporalmente CO2 en la biosfera como aquellos que almacenan el carbono de forma permanente.
Sugieren los especialistas un cambio de vocabulario. En el que el término eliminación de carbono se reserve para los métodos que eliminan el CO2 de la atmósfera. Y lo almacenan de forma duradera lejos del ciclo corto del carbono. Mientras que la restauración del carbono, previamente perdido en el ciclo corto del carbono en la naturaleza, debe verse como parte de la restauración de la naturaleza y no como soluciones de carbono independientes.
Un método que solo extrae CO2 del aire, pero no del ciclo corto del carbono, no debe considerarse como una eliminación de carbono, resaltan.
Eliminación del carbono
Robert Höglund y su equipo afirman que las únicas eliminaciones de carbono que deben considerarse como negación de las emisiones de CO2 de los combustibles fósiles, son aquellas que también almacenan el carbono durante cientos o miles de años.
Los métodos de eliminación de carbono incluirían soluciones como la mineralización. La captura directa de aire con almacenamiento geológico o mineral. Y métodos que usan la biosfera para capturar carbono pero luego lo almacenan de manera duradera, como BECCS o entierro de biomasa leñosa.
Este cambio no socavaría el papel esencial de las soluciones climáticas naturales, indican. Los métodos que secuestran carbono en la naturaleza incluyen todos aquellos en los que el carbono se almacena en la biomasa viva o como contenido orgánico del suelo.
Algunos ejemplos son la reforestación, el carbono azul (como la restauración de manglares y pastos marinos). La restauración de humedales y la agricultura regenerativa para restaurar el contenido de carbono orgánico del suelo. En la contabilidad neta cero, el carbono almacenado con estas soluciones podría usarse para compensar las emisiones de la deforestación. Y los gases de efecto invernadero potencialmente de corta duración, como el metano, pero no de los combustibles fósiles.
Entretanto, la restauración de la naturaleza ayuda a mitigar el cambio climático, pero a menudo es tan o más valiosa por sus otras contribuciones. Los métodos que restauran el carbono también pueden aumentar la biodiversidad. Detener la desertificación, mejorar el clima regional, aumentar los rendimientos y crear tierras de cultivo más saludables.
Estas soluciones deben buscarse agresivamente, subrayan, pero centrarse singularmente en el carbono a veces puede ser perjudicial. Las plantaciones de monocultivos que dañan la biodiversidad son un claro ejemplo.
Conceptos claros y sin confusión
La eliminación de carbono ha sido un concepto que arroja su red demasiado amplia. Al separar la restauración de la naturaleza de la eliminación de carbono, queda más claro para qué se puede usar un método y por qué se debe seguir.
Este tipo de precisión es fundamental para guiar la inversión temprana y reducir el riesgo de que los esfuerzos de hoy puedan socavar involuntariamente el progreso en la mitigación del cambio climático, argumentan los expertos en su amplia disertación para Climate Home News.