La escalada de migrantes venezolanos en el mundo, que no cesa por las deplorables condiciones de vida y libertades en ese país, ha producido desgarramientos familiares e incertidumbres para quienes emprenden ese camino. Contrarios a la búsqueda de mejores oportunidades, muchos han encontrado discriminación, maltratos y muerte. Un nuevo caso sacude a la opinión nacional e internacional: la Guardia Costera de Trinidad disparó contra una embarcación de migrantes y reconoció el asesinato de un bebé venezolano. El pequeño iba con su madre y otras personas.
La autoridad costera de ese país admitió que disparó la noche del sábado contra un bote que transportaba a venezolanos y mató a un niño de 1 año que migraba junto a su madre. El bebé fue hallado muerto en una embarcación interceptada con disparos por la Guardia Costera del archipiélago caribeño, informó Orlando Moreno.
El activista por los derechos humanos venezolano estuvo en contacto con familiares de la madre y afirmó que la muerte del niño fue provocada por uno de los disparos. «Trinidad y Tobago tiene como costumbre disparar a embarcaciones con venezolanos a bordo. Y se ha preparado incluso para eso, con drones y otros equipos», dijo en entrevista.
La lancha con 20 personas partió de Tucupita (estado Delta Amacuro, en el noreste de Venezuela) hacia Trinidad y fue interceptado por la embarcación militar Tts Scarboroug. “Este es un episodio que se veía venir porque ellos disparan a los motores de las barcazas para que se detengan. En este caso se les fue de las manos”, dijo Moreno.
La Guardia Costera señaló que durante el procedimiento ”utilizaron todos los métodos disponibles, incluido el uso del megáfono. La bocina del barco, el reflector y las bengalas, para tratar de detener la embarcación sospechosa. Sin embargo, el bote “continuó intentando evadir” el llamado.
Trinidad ante asesinato del bebé venezolano
La cruenta historia de los venezolanos se vive a diario. Penurias en su país y otras tantas al momento de escapar en balsas, arriesgando sus vidas. Un centenar de personas ha muerto en las aguas que limitan esos países. Otros han sido deportados y los niños lamentablemente han sido los más vulnerados y atropellados. El gobierno de Trinidad y Tobago tiene un gran agujero negro en el cumplimiento de los derechos humanos.
La mamá del pequeño asesinado resultó herida de bala entre su pecho y la clavícula. Está estable en el hospital Sangre Grande en Trinidad a la espera de un diagnóstico de sus lesiones, dijo Orlando Moreno.
Provea, una ONG encargada de la defensa de estos derechos, repudió el asesinato del bebé venezolano por autoridades de Trinidad. “Lamentamos profundamente la muerte de un bebé venezolano en brazos de su madre. Víctimas de tiros de la guardia costera en Trinidad y Tobago. Los venezolanos huyen de su país por hambre, no por elección. Los países deben respetar tratados internacionales de protección de los DDHH”.
Mientras tanto, el líder de la oposición, Juan Guaidó señaló que “la muerte de un niño venezolano, que junto a su madre huía de la dictadura, nos duele en el alma como país. Los disparos realizados por la Guardia Costera de Trinidad y Tobago no tienen justificación, lo mataron. Desde el Gobierno Legítimo de Venezuela emplazamos a Trinidad y Tobago establecer responsabilidades y hacer justicia”.
Asimismo David Smolansky, comisionado de la OEA para la crisis de refugiados y migrantes venezolanos se refirió al caso. “Es urgente que se esclarezca el fallecimiento de un niño de un año de edad que huyó desde Tucupita con su madre. Arde en el alma que sigan muriendo migrantes venezolanos en toda la región cuando huyen de una dictadura”.
Hambre, miseria y dictadura
Delta Amacuro es un empobrecido estado con población en su mayoría indígena, donde se calcula que zarpan entre seis y 10 embarcaciones al día con migrantes que huyen de la crisis, contó Moreno.
Los zarpes clandestinos han dejado al menos un centenar de muertos y desaparecidos desde 2018. Como resultado de una peligrosa travesía en lanchas precarias y con sobrepeso que cruzan los 120 kilómetros de trayecto marino que separan a ambos países.
La Organización de Naciones Unidas estima que más de seis millones de venezolanos han emigrado desde 2015. Empujados por la aguda crisis económica y social, de hambre y miseria. Unos 25.000 venezolanos viven en Trinidad y Tobago. Este país caribeño de 1,3 millones de habitantes sostiene que tiene registrados a 16.000.
La vecina nación ha endurecido su política de deportaciones. Y ha señalado que sus habitantes se encuentran bajo “asalto” de inmigrantes ilegales que “usan niños inocentes” para sus fines.
De acuerdo a la versión de las autoridades, la embarcación que pretendía llegar a la isla embistió contra el barco de patrullaje en varias oportunidades. Y, «debido a que la tripulación temió por sus vidas», disparó a los motores «en defensa propia» para que se detuviera.
Según el relato de los guardias, el barco se detuvo y solo entonces se descubrió que había inmigrantes. Entre ellos una mujer que sostenía a un bebé y que indicó ”que estaba sangrando”.
El lamentable y doloroso caso del asesinato del bebé venezolano por guardias costeros de Trinidad ha sido tendencia en las redes sociales de Venezuela. Los usuarios piden el retiro de embajador y una ruptura en las relaciones diplomáticas con ese país.
Investigación y otros intereses
Rushton Paray, diputado por la región de Mayaro – sur de Trinidad, en cuya jurisdicción ocurrieron los hechos, pidió una investigación para determinar lo ocurrido. Dijo que el incidente era trágico y desafortunado.
“El Gobierno ha sido incapaz de regular el flujo de inmigrantes procedentes de Venezuela. Mediante controles fronterizos eficaces. Hemos tenido sucesos de múltiples víctimas mortales con desastres en el mar durante la ruta. Y ahora la muerte de un niño durante un altercado entre los ocupantes de la embarcación y los guardacostas”, dijo Paray.
“Confío en que se haga una investigación completa y se haga pública en interés de los ciudadanos”, indicó. “El Estado debe mejorar sus actividades de control fronterizo y también crear un mecanismo para mejorar la recepción. El procesamiento, la admisión y la deportación de ciudadanos venezolanos de forma expedita que buscan una vida mejor. Y están dispuestos a pasar por un proceso formal. El sistema actual no está funcionando. ¿Cuántos más deben morir en este proceso? Este trágico incidente no debe repetirse”, reseñó Trinidad Express.
Respecto al asesinato del bebé venezolano, reconocido por la Guardia Costera de Trinidad, el primer ministro Keih Rowley, no habló de emprender ninguna investigación de los hechos. En cambio prometió acelerar la presentación de las credenciales del nuevo embajador de Venezuela en Trinidad y Tobado, general retirado Edmund Dillon.
“Esto facilitará una pronta reunión entre los oficiales superiores de la Guardia Costera de TT y los oficiales superiores de la Guardia Nacional. Para lograr una mejor y más eficaz colaboración contra los tráficos ilícitos de personas, armas y drogas, que son perjudiciales para nuestras dos naciones”, manifestó Rowley.
El gobierno de Trinidad y Tobago es aliado del régimen de Nicolás Maduro. Ambos comparten proyectos de inversión en energía y gas natural.
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