Por Juan E. Ballesteros
24/4/2017
Por primera vez en Europa, Repsol y Enagás han culminado con éxito el primer servicio de bunkering directamente desde la planta de regasificación de Cartagena hasta un buque anclado en el puerto de esta localidad murciana, una operación pionera que se enmarca en el proyecto CORE LNGas hive, cofinanciado por la Comisión Europea, que tiene como objetivo el impulso del gas natural licuado (GNL) como combustible en el transporte, sobre todo en el marítimo, por su contribución a mejorar la calidad del aire y el nivel de emisiones contaminantes a la atmósfera.
La operación se ha prolongado por espacio de cinco horas y en ella ha sido fundamental la coordinación entre Repsol, como suministrador del bunker de GNL, y Enagás, en calidad de gestor de la infraestructura. La técnica utilizada se denomina bunkeringpipe-to-ship y hasta ahora se había utilizado en cantidades pequeñas que en ningún caso habían superado los 320 metros cúbicos mediante el uso de camiones cisternas.
La novedad es que ahora se han utilizado mangueras criogénicas flexibles que han conectado directamente el buque Damia Desgagnés, de bandera canadiense y construido en Turquía, con la terminal de regasificación. Con 135 metros de eslora, 23 de manga y doble casco, se trata del primer asfaltero propulsado por GNL que puede propulsarse con los tres tipos de combustible posibles: fuelóleo, gasóleo marino o GNL.
El GNL es un combustible respetuoso con el medio ambiente porque no genera emisiones de óxidos de azufre (SOx) ni de partículas (PM) y reduce sustancialmente las emisiones de CO2 y de óxidos de nitrógeno (NOx), lo que permite cumplir con la cada vez más exigente normativa medioambiental y con los objetivos de reducción de emisiones.