Al presentar su Plan Estratégico 2021-2025, Repsol anunció importantes inversiones que supondrán una aceleración en la transición energética y la garantía de rentabilidad para la empresa y sus accionistas. En este periodo, dijo su consejero delegado, la petrolera española prevé reducir su presencia a 14 países, pero descartó abandonar Venezuela o Libia.
Josu Jon Imaz informó que la compañía opera actualmente en 20 países, en actividades de toda la cadena de valor del petróleo y del gas, desde la exploración hasta la comercialización de los mismos. Y dentro de su estrategia no estima dejar la relación con Venezuela, que data desde 1993. Pese al declive brutal de la industria de hidrocarburos de ese país y las sanciones aplicadas por Estados Unidos.
Repsol adelantó operaciones en Venezuela con el desarrollo de gas offshore en el Campo Perla. Así como los proyectos de crudo en Petrocarabobo y la exploración y explotación de hidrocarburos gaseosos en el bloque Quiriquire. En mayo de este año, la Casa Blanca amenazó a la compañía con “sanciones devastadoras”, si no cesaban sus operaciones en ese país suramericano.
En el ambicioso plan, Repsol prevé inversiones por valor de 18.300 millones, de los que 7.700 millones corresponden a España. Con el foco puesto en la mejora de la competitividad de sus refinerías y plantas químicas. Y 5.500 millones a proyectos de bajas emisiones, un 30% del total.
También la multinacional espera sacar a bolsa o sumar un socio inversor a su negocio renovable en 2021 o 2022. Una operación con la que captarían unos 1.400 millones de euros. Imaz confió que no harán más desinversiones destacables para financiar su plan estratégico.
Repsol y su ambicioso plan estratégico
La estrategia de Repsol presenta un alto grado de flexibilidad en función del escenario macroeconómico que deja la pandemia y se pone en marcha en un contexto de histórica dificultad.
Frente a esa situación la empresa respondió con un Plan de Resiliencia 2020 que ha permitido obtener un flujo de caja operativo positivo en todos los negocios en los primeros nueve meses del año. Y unos ahorros estimados al cierre del ejercicio de 2.400 millones de euros.
En este complicado entorno, de marcada incertidumbre, la compañía se enfocará en los dos primeros años en asegurar la fortaleza financiera. El plan estratégico se autofinanciará en un escenario en que el Brent se cotice en 50 dólares por barril y el gas Henry Hub se ubique en 2,5 dólares por Mbtu. Con estos precios, la compañía garantiza además el mantenimiento de una elevada flexibilidad financiera y de un nivel de deuda en 2025 similar al de 2020.
A la par, se contempla la ejecución de una hoja de ruta, con metas intermedias de reducción de emisiones más ambiciosas. La idea es avanzar en el objetivo de ser cero emisiones netas en 2050. Para ello Repsol apostará por descarbonizar su cartera de activos y por un nuevo modelo operativo.
Reducción de emisiones
El Plan 2021-2025 de Repsol establece nuevos y más ambiciosos objetivos de reducción de emisiones. Con una disminución de la intensidad de carbono del 12% para 2025, del 25% para 2030 y del 50% para 2040. Frente al 10%, 20% y 40%, respectivamente, fijados con anterioridad.
“El plan se basa en una apuesta multienergía que combina todas las tecnologías para la descarbonización. Seremos más eficientes, incrementaremos nuestros objetivos de generación renovable. Asimismo, impulsaremos la economía circular, desarrollaremos nuevas soluciones energéticas para los clientes”, sostuvo Imaz.
Los siete grandes complejos industriales de Repsol en España, Portugal y Perú seguirán evolucionando para transformarse en hubs multienergéticos, comentó. Serán capaces de generar productos de baja, nula o incluso negativa huella de carbono. Y de impulsar nuevos modelos de negocio basados en la digitalización y la tecnología.
Para abordar este proceso de transformación, la compañía se apoyará en cuatro grandes pilares: la eficiencia energética, la economía circular, el hidrógeno renovable y la captura y uso de CO2.
Sólo en eficiencia energética Repsol invertirá durante el plan estratégico más de 400 millones de euros, para reducir 800.000 toneladas de CO2 anuales. Y sentar las bases para transformar los centros industriales en instalaciones cero emisiones netas.
Además, Repsol aspira convertirse en una empresa de referencia en biocombustibles sostenibles, con una capacidad de producción de 1,3 millones de toneladas en 2025 y más de dos millones en 2030.
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