Repsol dejará de producir crudo y sus derivados en España, a partir de junio, cuando cesen las operaciones de exploración y explotación de la plataforma petrolífera de Casablanca. La multinacional energética y petroquímica española pondrá fin a sus actividades en esa icónica instalación.
Última plataforma petrolera marina en funcionamiento en el país, situada a 44 kilómetros de la costa de Tarragona, en el sur de Cataluña. En funcionamiento desde 1981, esta pesada estructura tiene permiso para permanecer abierta hasta 2028. Sin embargo, la compañía energética decidió detener las operaciones, argumentando una caída en la producción de ese emblemático yacimiento.
Repsol ha comunicado al Gobierno que la producción se detendrá a fines del próximo mes. Una vez que se detenga la producción, se llevarán a cabo trabajos de mantenimiento para garantizar que la planta pueda abandonarse de manera segura más adelante.
Durante la década de los ochenta, la producción de sus pozos alcanzó un máximo de 45.000 barriles por día. Actualmente la plataforma Casablanca, frente a la costa del delta del Ebro, es poco rentable para la compañía. Con una producción que ha caído a mínimos históricos, de sólo 220 barriles al día. Sin dudas que su rendimiento se ha achicado progresivamente.
Repsol pone fin a Casablanca
La decisión de Repsol de paralizar la explotación de Casablanca, está atada igualmente a la nueva visión y misión de la empresa. Orientada desde los últimos dos años hacia las energías renovables y limpias, en consonancia con los objetivos de la UE y de España.
Si bien es una decisión tomada, la compañía no ha establecido fecha para su desmantelamiento. A la fecha, la plataforma cuenta con 25 empleados. Una parte seguirá para garantizar el proceso de parada de la explotación y su mantenimiento en situación segura. Mientras que el resto serán reubicados en la misma empresa.
Este cierre supone además, que los pozos de Boquerón, Chipirón, Lubina y Montanazo, dejen también de funcionar.
La producción actual, cercana a los 200 barriles de petróleo al día, se tendrá que importar para suplir las necesidades del combustible. Aunque en el sector se da por hecho que el consumo de crudo no será igual a los niveles vistos antes de la crisis de 2008. Con una expansión del parque automovilística y la progresiva electrificación del transporte.
Hacia las energías renovables
En su plan estratégico 2021-2027, la multinacional ha reducido en cuatro países su presencia en actividades de exploración y producción de hidrocarburos en el mundo. Con su salida de este negocio en Australia, Irak, Irlanda y Marruecos. Además, la compañía se ha desprendido de activos en Rusia. También en Ecuador, dada su baja rentabilidad. En España, Repsol ha reaconducido algunos proyectos petrolíferos y el cierre de la plataforma Casablanca.
Solo en el mes de mayo, la compañía ha celebrado alianzas y concretado proyectos vinculados a la generación de energía limpia. Inició las obras de Delta II, el mayor proyecto renovable de la compañía hasta la fecha. Una vez completado, tendrá capacidad de 860 MW distribuida en 26 parques eólicos ubicados en las provincias de Aragón (Zaragoza, Huesca y Teruel).
También Repsol se alió con Krean (Corporación Mondragón) para promover la creación de cooperativas ciudadanas de generación renovable mediante el lanzamiento de Ekiluz. Una iniciativa que pretende transformar la relación de los consumidores con la energía, proporcionándoles una participación real y efectiva en su gestión.
Por otra parte, Repsol firmó un acuerdo para la adquisición del 40% de la estadounidense Hecate Energy. Especializada en el desarrollo de proyectos fotovoltaicos y de baterías para el almacenamiento de energía.
La entrada en el paquete accionario de Hecate Energy significa para Repsol su primera incursión en el mercado de renovables de Estados Unidos, uno de los más grandes, con mayor atractivo y con un crecimiento.
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