Por Erika Hidalgo López
La región se ha convertido en un destino clave para la estrategia global de la energética española Repsol. En un vasto dominio minero, la compañía mantiene y suma proyectos de envergadura.
Latinoamérica y el Caribe representan mercados muy relevantes para Repsol. La región contabilizó, entre los meses de enero y marzo de este año, el 41,4% de la producción total de hidrocarburos del holding petrolero español. De los 727.000 barriles equivalentes por día (bepd) que extrajo en ese período –un récord desde 2012 para la petrolera–, 302.000 bepd los aportó Latinoamérica y el Caribe.
Para Repsol, Perú, Brasil, Venezuela, Bolivia, Trinidad y Tobago y ahora México son países claves para el logro de sus metas globales y hacia donde están dirigidos grandes proyectos de inversión.
Para el desarrollo upstream (exploración y producción), la firma presidida por Antonio Brufau estima que las cuencas clave están ubicadas en el Caribe, Guyana y el presalino de Brasil. Sin embargo, la compañía tiene presencia en Aruba, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, México, Perú, Trinidad y Tobago y Venezuela.
Por otra parte, la región es el segundo mayor territorio desarrollado y explorado por Repsol, después de Asia y Oceanía. Los resultados de la energética en 2017 señalan que unos 15.236 kilómetros estaban en desarrollo, lo que representa el 29,8% del ámbito geográfico global operado. Al dato anterior hay que añadirle que 105.425 kilómetros estaban en fase de exploración, lo que equivale al 32% de la extensión territorial bajo control de la multinacional española.
Reservorio seguro
Sobre las reservas probadas, al cierre del primer trimestre de 2018, Repsol asegura en su informe de actividades que de los 2.355 millones de barriles equivalentes de petróleo (bep) bajo tierra, Latinoamérica y el Caribe representan el 63,2%.
Entre Venezuela, que aporta 577 millones de bep; Perú, que agrega 417 millones, y el resto, que añade otros 615 millones, la región latinoamericana y caribeña aporta a los inventarios de reservas de Repsol 1.489 millones de bep.
Las inversiones netas de explotación del periodo ascendieron a 2.072 millones de euros, de los cuales el 77% se destinó a activos en producción y/o desarrollo, ubicados principalmente en Trinidad y Tobago –donde se invirtió el 16% del capital total desembolsado–, mientras que en Brasil se colocó el 9%.
Entretanto, las inversiones en exploración, que representan 20% de los 2.072 millones de euros, fueron destinadas a Colombia (13%), Trinidad y Tobago (11%) y Bolivia (9%). Por su parte, Venezuela y Perú sumaron desembolsos por 27 y 33 millones de euros, respectivamente.
Presencia de Repsol en Latinoamérica
Bolivia, mercado promisorio
Repsol se encuentra en Bolivia desde el año 1994, básicamente con desarrollos upstream. La compañía mantiene derechos mineros sobre 32 bloques situados en las cuencas de Beni, Pie de Monte, Subandino Sur y Subandino Norte.
La producción neta del año 2017 se cifró en 40.504 barriles equivalentes de petróleo por día (bepd) y se concentró principalmente en el bloque MargaritaHuacaya (operado por Repsol), San Alberto y San Antonio (con participación de Andina y operados por Petrobras) y Yapacani y Río Grande (operados por Andina, donde Repsol tiene un 48,33% de participación).
Antonio Brufau sigue interesado en Bolivia y ha apuntado a nuevas áreas de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). Se apoya además en la tesis de que tanto Brasil como Argentina seguirán demandando importantes volúmenes de gas.
Las inversiones de Repsol en el país andino suman cerca de USD 3.200 millones. Además, tiene contratos por otras tres décadas más, con desembolsos previstos por unos USD 500 millones en los próximos cuatro años en virtud de un acuerdo firmado en 2016.
Venezuela, el gran negocio
Repsol aterrizó en Venezuela en el año 1993 para incursionar en el negocio de upstream. Hoy, pese a que se ha convertido en un destino inseguro para invertir, la española se mantiene contra viento y marea para continuar la producción en el rico Campo Perla, en el bloque Cardón IV, ubicado en el Golfo de Venezuela.
Las reservas probadas del yacimiento suman cerca de 17 billones de pies cúbicos de gas, equivalentes a 18 veces la demanda anual de gas de España, mientra que su producción diaria actual asciende a 534 millones de pies cúbicos.
DESPUÉS DE ASIA Y OCEANÍA, LA REGIÓN ES EL SEGUNDO MAYOR TERRITORIO DESARROLLADO Y EXPLORADO POR LA PETROLERA
Repsol mantiene el negocio en sociedad 50-50 con la italiana ENI. Pese a los altibajos, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, indicó que la exposición de la compañía en el país sudamericano es de solo 1.300 millones de dólares.
Al cierre de 2017, Repsol promedió una producción de 77.054 bepd, procedentes fundamentalmente del proyecto de gas de Perla, en el bloque Cardón IV, y de los bloques Quiriquire, Barúa Motatán, Mene Grande y Yucal Placer. Las reservas probadas netas de líquidos y gas natural se estimaban en 577,5 Mbep.
Perú, en el portafolio
La presencia de Repsol en Perú data del año 1996 a través de negocios de upstream y downstream. En el país sudamericano tiene derechos mineros sobre cuatro bloques: dos de exploración, con una superficie neta de 10.255 km2 y dos de producción/desarrollo, con un área neta de 141 km2.
Para el cierre de 2017, la energética registró una producción neta de hidrocarburos de 46.029 bepd, procedente de los bloques 57 (Kinteroni y Sagari) y 56 y 88 (yacimiento Camisea). Mientras que las reservas probadas netas de crudo y gas se estimaban en 417,4 Mbep al cierre del ejercicio.
La española opera la refinería La Pampilla, ubicada en El Callao, con una participación del 82,38%. En 2017 alcanzó una capacidad de refinación de 117.000 barriles diarios. También opera una red de 490 estaciones de servicio y vende lubricantes.
Aunque los planes se consolidan, la petrolera considera que en Perú hace falta seguridad jurídica y estabilidad para avanzar en negocios sostenibles y competitivos. El director ejecutivo de Repsol Perú, José Manuel Gallego, ha criticado que para poner en valor un proyecto se requieren de más de 20 años debido a la inexistencia de un marco estable.
Colombia y el prometedor Proyecto Akacias
Colombia recibió a Repsol en el año 1983 a través de actividades upstream y en el sector lubricantes. Mantiene derechos mineros sobre 18 bloques, que abarcan una superficie neta de 27.383 km2. La producción promedio de 2017 fue de 17.471 bepd, mientras que las reservas probadas netas al cierre del ejercicio se estimaban en 15 millones de barriles.
A principios de este año, la compañía anunció un nuevo descubrimiento de hidrocarburos en Colombia, en el bloque CPO-9, que forma parte del importante proyecto de desarrollo de Akacias, cuya primera fase ha sido aprobada para arrancar este 2018. Akacias es uno de los proyectos que debe iniciar producción comercial en 2020 y cuenta con un breakeven de 42 dólares, uno de los más bajos del sector en este tipo de desarrollos.
El presal brasileño, en el ojo de Repsol
Pese al revés sufrido en la última subasta convocada por la Agencia Nacional de Petróleo de Brasil, donde Repsol no logró la adjudicación de ninguno de los bloques subastados en prometedores bloque del presal, la compañía presidida por Brufau puede jactarse de tener gran presencia en Brasil.
La petrolera ibérica se instaló en Brasil en el año 1997. Actualmente tiene derechos mineros sobre siete bloques, cuatro de exploración (296 km2 de superficie neta) y tres de producción/ desarrollo (100 km2 de superficie neta), localizados en las cuencas de Santos, Campos y Espíritu Santo.
La producción neta del año fue de 16,9 millones de barriles (Mbbl) y 8.800 millones de pies cúbicos (bscf) de gas natural, con una producción neta total equivalente de 50.532 bepd, procedente de los bloques Sapinhoá, Lapa y Albacora Leste.
Este volumen de producción convierte a Brasil en el quinto país más importante para Repsol en términos de producción, de los 30 en los que la compañía tiene presencia en el negocio de upstream. Por su parte, las reservas probadas netas de líquidos y gas natural se estimaron en 88,6 Mbep al cierre de 2017.
Repsol llegó al gigante suramericano para desarrollar actividades de importación, comercialización y distribución directa de aceites básicos y productos petroquímicos. Por espacio de dos décadas ha estado presente en toda la cadena de valor del petróleo y gas, donde ha concentrado sus operaciones en el área de exploración y producción.
La petrolera ha logrado importantes descubrimientos exploratorios en los últimos años y asegura que los proyectos de desarrollo que se están materializando refuerzan su estrategia en el offshore brasileño. Esta es una de las mayores áreas de crecimiento en reservas de hidrocarburos del mundo y que representan proyectos clave en el área de upstream.
De hecho, Brasil está dentro de los cinco proyectos de desarrollo de hidrocarburos identificados por Repsol con potencial de iniciar producción a partir de 2020 y que forman parte del plan de reestructuración de negocios. Los bloques Sagitario y Campos 33 están incluidos entre los que tienen un punto de equilibrio de 42 dólares, junto con Colombia.
México, un mercado estratégico
La historia de Repsol en México se escribe con la palabra velocidad. Hace apenas unos meses la española hacía números y estudiaba su posible plan de acción en el mercado azteca, sobre todo a raíz de las posibilidades que ha planteado la reforma energética para inversores extranjeros. Y ya cuenta con las 10 primeras estaciones de servicio, inauguradas en mayo pasado.
Repsol aspira a conquistar el mercado de combustibles en México. La empresa se plantea iniciar un proyecto de largo plazo, cuyo objetivo es abrir entre 200 y 250 estaciones de servicio al año, hasta alcanzar una cuota de mercado que oscile entre 8 y 10%.
La petrolera asegura que hará desembolsos cercanos a los 400 millones de euros, sin tener en cuenta el desarrollo de infraestructuras. Al cierre de 2018 estima que operará 200 estaciones de servicio, según indicó María Victoria Zingoni, directora general de downstream de Repsol.
PERÚ, BRASIL, VENEZUELA, BOLIVIA, TRINIDAD Y TOBAGO Y AHORA MÉXICO SON CLAVES PARA EL LOGRO DE LAS METAS GLOBALES DE REPSOL
El mercado de lubricantes es otra incursión de Repsol en México. Desde el año 2002, la firma energética cuenta con un amplio portafolio de productos. Además, mantiene una alianza con el Grupo Kuo, con el que fundó Dynasol en 1999. Esta joint venture es una de las diez mayores empresas de caucho sintético del mundo.
En cuanto al negocio upstream, Repsol ha sido adjudicataria de bloques exploratorios en las últimas rondas mexicanas de licitación, en algún caso también de la mano de socios locales: un bloque en la ronda 2.1, junto con Sierra Oil & Gas, en septiembre de 2017, y tres bloques en la ronda 2.4, en enero de 2018.
Entretanto, a principios de 2018 ganó con diferentes consorcios tres nuevos bloques exploratorios. Según Repsol, la participación en estos negocios será positiva para sus resultados.
Trinidad y Tobago, buenas perspectivas
Repsol produce en Trinidad y Tobago 109.534 bepd, el mayor volumen de la empresa por país individualmente considerado en la región, por lo que los cuatro bloques offshore que gestiona, a través de la compañía British Petroleum Trinidad y Tobago (bpTT), donde posee 30% de participación en alianza con BP, son activos muy relevantes en su balance.
Además, el negocio en este mercado caribeño promete buenas perspectivas, gracias al descubrimiento de los pozos Savannah y Macadamia, en el East Block, donde existe un potencial de producción de dos billones de pies cúbicos de gas, lo que equivale a dos años del consumo de gas en España.
También BP y Repsol recibieron la autorización para iniciar el Proyecto Angelin, cuya producción de crudo puede comenzar en 2019 y que se estima en unos 600 millones de pies cúbicos de gas al día (109.000 barriles equivalentes de petróleo al día).
Guyana, la apuesta
Guyana es uno de los destinos de inversión más complejos de la región. En principio, porque la mayoría del territorio del país es objeto de una larga disputa territorial con la vecina Venezuela. Sin embargo, Repsol desarrolla el Proyecto Kanuku.
Se trata de un yacimiento de 5.164 km2 enclavado en aguas profundas del océano Atlántico, en la Zona Económica Exclusiva de Guyana, donde la española tiene una participación de 37,5%, similar a la de la petrolera británica Tullow y donde Total tiene el 25% adicional.
En 2019 comenzarán las actividades exploratorias y las perspectivas lucen positivas. De hecho, Repsol lleva invertidos 60 millones de dólares en el negocio y ha adquirido 862 km2 de datos sísmicos en 2D y 5.949 km2 en 3D para soportar el esfuerzo exploratorio. Además, desarrolla una importante inversión social en Guyana como aporte necesario al crecimiento de este pequeño país suramericano.
Ecuador, aumentar el potencial
Repsol está presente en Ecuador desde 2016. Este país suramericano produce menos de 500.000 barriles diarios y su gobierno aspira a incrementar su potencial. En este sentido, la petrolera española tiene dos bloques en desarrollo, bajo la figura de contratos de servicio.
La producción neta diaria es de 6.362 barriles equivalentes de petróleo al día y el aporte a las reservas netas de la corporación es de 6,6 millones de bep. Los planes de la empresa pasan por el incremento de la capacidad de producción del país suramericano.
En Aruba, Repsol explora La compañía está presente en Aruba desde el año 2012. Se dedica a la exploración en función de determinar la existencia de hidrocarburos en las zonas bajo influencia operativa. Dentro de este negocio upstream, Repsol cuenta con derechos mineros sobre un bloque de exploración, que abarca una superficie neta de 4.037 km2.
Latinoamérica y el Caribe se muestran como un destino clave para el desarrollo estratégico y las cuentas de Repsol. Por ejemplo, la apertura energética en México es aprovechada tanto en el negocio upstream como downstream.
Por otro lado, Brasil ofrece su presal y Repsol apuesta por él. En Venezuela el Campo Perla, un gran trofeo para cualquier petrolera, sigue su curso. Mientras que en Trinidad y Tobago las proyecciones mejoran más aún.
Repsol está “haciendo las Américas” como decían los antiguos españoles que sembraron la tradición de mirar hacia el nuevo continente en busca de prosperidad y un mejor futuro.
Los tiempos han cambiado, las circunstancias son otras, pero esta multinacional española responde a ese mismo impulso de desarrollo y crecimiento, dictado por las confluencias culturales compartidas y las mutuas ventajas económicas.