Por Iñigo Aduriz
26/04/2017
«La libertad de prensa nunca había estado tan amenazada». Esa es la dramática conclusión a la que llega Reporteros sin Fronteras (RsF) al hacer pública, este miércoles, la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de 2017. La organización apunta a que el índice de este año «muestra la gravedad de los ataques contra los medios de comunicación, así como el triunfo de los ‘hombres fuertes’, que han hecho que el mundo –y en particular, las democracias– entre en la era de la ‘posverdad’, la propaganda y la represión».
En el documento, RsF alerta especialmente de lo sucedido en países como EEUU (puesto 43 del ranking) y Reino Unido (40), dos territorios que han visto cómo triunfaban las opciones populistas en el primero, por el triunfo de Donald Trump y, en el segundo, por el éxito del Brexit, la salida de la Unión Europea. Ambas decisiones han sido, a juicio de la organización, «como una caja de resonancia para el media bashing (ataques a la prensa) y los muy tóxicos discursos contra los medios de comunicación, han hecho que el mundo entre en la era de la “posverdad”, la desinformación y las noticias falsas».
En cuanto a España (puesto 29) la organización alerta en su informe de que «la restrictiva» Ley de Seguridad Ciudadana, mejor conocida en España como la ley mordaza «por su impacto en la libertad de expresión y de información, comenzó a afectar a los profesionales de los medios de comunicación en 2016«. Recuerda que «al menos seis periodistas fueron sancionados con multas, acusados de impedir la labor de los agentes de la policía o de haberles tomado fotografías».
También reconoce que todos los partidos de oposición han pedido que esa ley, aprobada solo con el voto del PP, «sea abrogada y acusan al Gobierno de querer ejercer un control escandaloso en la información de la cadena pública Radio y Televisión Española (RTVE»). En el aspecto económico, «la fuerte crisis que ha experimentado el mercado laboral en España en los últimos años se ha traducido en una precarización sin precedentes de la profesión periodística», alerta RsF, lo que ha hecho que, a menudo, «los periodistas independientes reciben salarios muy bajos e incluso carecen de remuneración, en un sector que ha perdido su prestigio».
La ‘guerra mediática’ de Maduro
En el informe se dedican, asimismo, palabras a la falta de libertades en Venezuela (en el puesto 137 y en el que se considera que hay una «situación difícil»). Se señala, en concreto, que el presidente del país, Nicolás Maduro, «se empeña en hacer callar a la prensa independiente». RsF recuerda que, «en repetidas ocasiones», el dirigente chavista «ha mencionado una guerra mediática para desacreditar a los medios de comunicación nacionales e internacionales que critican a su gobierno, lo que contribuye a reforzar el tenso clima en que trabajan los periodistas, en particular desde la crisis política y económica que comenzó en 2016».
La organización denuncia que «el Gobierno venezolano mantiene un fuerte control de la información y con frecuencia expulsa del territorio a periodistas extranjeros». Asimismo, rememora que la ley adoptada en 2010 que «contempla que el gobierno pueda controlar cualquier contenido que cuestione a la autoridad constituida legítimamente», se traduce en «detenciones abusivas de reporteros y juicios por difamación». Por otra parte, «la escasez de papel suele poner en peligro la circulación de la prensa escrita».
Noruega y Suecia, en cabeza
El documento considera que «se perfila un nuevo mundo» donde prevalece la tendencia a la baja en el índice de países en cuanto a la libertad de prensa. «Incluso quienes siempre fueron ‘buenos alumnos’, los países nórdicos, han tenido tropiezos«, apunta. Así, Finlandia (puesto 3) que llevaba seis años consecutivos a la cabeza de la clasificación, pierde el primer puesto a causa de las presiones políticas que sufrieron los periodistas y a los conflictos de interés registrados. Su lugar lo ocupa ahora Noruega (puesto 1), que no forma parte de la Unión Europea. Se trata, a juicio de RsF, de «un duro golpe para el modelo europeo».
En segundo lugar se encuentra Suecia, que asciende seis posiciones. «Aunque los periodistas siguen sufriendo amenazas, las autoridades han enviado señales muy claras condenando a los autores de dichas agresiones en varias ocasiones durante 2016. Y la colaboración entre algunos medios de comunicación, sindicatos de periodistas y la policía es un avance en la lucha contra dichas amenazas», remarca la organización.
Corea del Norte y Eritrea, a la cola
Al final de la tabla se encuentran, en cambio, Eritrea (puesto 179) un país «que autorizó a los medios de comunicación extranjeros a entrar en su territorio por primera vez en 2007 y bajo extrema vigilancia», pero que dejó de ocupar el último lugar en la clasificación para dar paso a Corea del Norte. «El régimen norcoreano sigue manteniendo a la población en la ignorancia y el terror. Por el simple hecho de escuchar una radio localizada en el extranjero, un ciudadano puede ser enviado a un campo de concentración», alerta RsF.
Entre los últimos de la lista también se encuentran Turkmenistán (178), «una de las dictaduras más herméticas del mundo, en la que la represión de los periodistas no deja de intensificarse», y Siria (177), «sumergido en una guerra interminable, y que sigue siendo el país más mortífero para los periodistas, asediados por un dictador sanguinario y por grupos yihadistas».