Por Benito Guerrero
15/5/2017
Vivir en pareja no es fácil. La convivencia hace que cada día conozcamos más a la persona que tenemos al lado y descubramos errores y virtudes a partes iguales. En el mejor de los casos, esto hace florecer un sentimiento de curiosidad y aceptación que, en ocasiones, puede provocar que uno de los miembros de la pareja empiece a cuestionarse la viabilidad de ese proyecto en común. Esto es lo que le ocurre a Ana, la chica a la que Eva Hache interpreta en Los vecinos de arriba. La actriz se sube al escenario del Teatro Bellas Artes de Madrid bajo la dirección de Cesc Gay para reflexionar sobre la vida en pareja, la duración del amor, la felicidad y otros asuntos que ocupan nuestro día a día.
La protagonista de la obra se ve envuelta en una realidad que no le resulta nada cómoda, pues sus vecinos de arriba le hacen ver los puntos débiles que tiene la relación con su compañero sentimental. Ana decide un día invitarles a una merienda y es aquí cuando empieza la obra. A lo largo de la representación, y siempre en tono de humor, se analizan los cambios que están sufriendo las relaciones en los últimos años y cómo puede influirles la sociedad. Eva Hache opina que “las parejas de hoy en día son más libres, tienen más posibilidades de hacer familias distintas a las tradicionales.
Temas como el poliamor -en el que confiesa creer- y la posibilidad de que los vínculos no sean para siempre son positivos, aunque en algunos casos se repiten esquemas demasiados tradicionalistas en temas como el maltrato de género”. Añade que “la vida es muy larga para pensar que la única posibilidad es el amor eterno”. La obra cuestiona por qué en algunas ocasiones mantenemos las parejas a pesar del dolor que puedan producirnos y, por otra parte, analiza las razones de que a veces no luchemos y “dejemos de regar la planta” permitiendo que la rutina ahogue las relaciones.
La intérprete, que afirma que también se atrevería con un papel dramático, ha hecho reír en televisión, cine y también en el teatro, lugar en el que empezó y al que vuelve ahora. La cómica reflexiona sobre el humor, quejándose de que “últimamente se ha perdido la capacidad de entender la ironía” y asegura que “si no nos riésemos este valle de lágrimas sería insoportable”. Está convencida de que “el único límite que se le puede poner al humor es la risa, que es el reflejo de que se está haciendo bien” y se muestra partidaria de que “todos los temas son susceptibles de que se puedan abordar desde el humor, que es muy importante en todos los aspectos de la vida”.
También tiene palabras para la actualidad política: “Se le está dando una importancia excesiva a algo que es puro entretenimiento. Decisiones como la ley mordaza no ayudan a nada y hacen que nos censuremos antes de subirnos a un escenario”. La presentadora es muy clara: “Si el bufón de la corte en la Edad Media se hubiera cortado, no habríamos avanzado nada”. Eva Hache demuestra que es muy feliz haciendo reír a la gente y confiesa que “las risas del público son uno de los elementos más fascinantes de ser cómico”. Para acabar, deja claro que “alguien capaz de hacer reír, no solo como actriz sino cada uno en su día a día, supone haberse ganado un hueco en la vida del otro”.