En las últimas horas, Donald Trump se acercó a la imagen de hombre de negocios por la cual se le conoció antes del viraje hacia la política que le llevó a la Casa Blanca. Después ser diagnosticado positivo de COVID-19, recibió un tratamiento experimental, REGN-COV2, desarrollado por la farmacéutica Regeneron. El presidente apareció en un vídeo hablando de las bondades del cóctel y el efecto que tuvo en su recuperación. La «pieza publicitaria» pareció tener un efecto positivo. Un efecto similar ha tenido su elección de la medicina osteopática, en lugar de la tradicional.
El precio de las acciones de Regeneron subió más del 4% en las operaciones previas a la comercialización. El envión ocurrió después de que la compañía presentó una solicitud de «autorización de uso de emergencia» a la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos para su tratamiento con anticuerpos para atender a pacientes con COVID-19.
Su terapia de coronavirus de anticuerpo monoclonal REGN-COV2 fue lo que el presidente Donald Trump tomó la semana pasada después que diera positivo por COVID-19. Desde entonces lo ha descrito como una «cura» a pesar de que no existe tal prueba científica.
La empresa de biotecnología publicó un comunicado en el que señala que «si se concede la autorización de uso de emergencia, el gobierno se ha comprometido a poner estas dosis a disposición del pueblo estadounidense sin costo y sería responsable de su distribución».
Un cóctel de anticuerpos para Trump: REGN-COV2
REGN-COV2 es una combinación de dos anticuerpos monoclonales y se diseñó «específicamente para bloquear la infectividad» del virus que causa la COVID-19.
Trump recibió una dosis de 8 gramos del cóctel de anticuerpos al principio del curso de su infección, a pesar de que no estaba autorizado por la Administración de Medicamentos y Alimentos. El tratamiento ahora está disponible para unos 50.000 pacientes, dijo Regeneron, «y esperamos tener dosis disponibles para 300.000 pacientes en total en los próximos meses».
Regeneron dijo que los estudios preclínicos han demostrado que REGN-COV2 redujo la cantidad de virus y el daño asociado en los pulmones de primates no humanos. La compañía se ha asociado recientemente con Roche para aumentar el suministro global de REGN-COV2, si se aprueba.
Si REGN-COV2 resulta seguro y eficaz en los ensayos clínicos y se otorgan las aprobaciones regulatorias, Regeneron lo fabricará y distribuirá en Estados Unidos (más allá del suministro inicial del Gobierno). Y Roche lo desarrollará, fabricará y distribuirá fuera del país.
Expectativa por el tratamiento
Algunos pacientes ya están solicitando unirse a los ensayos clínicos de medicamentos COVID-19 con base en anticuerpos después de que al presidente le aplicaron la semana pasada la terapia experimental de Regeneron. La expectativa aumentó luego de que el mandatario prometió hacerlo gratis para los estadounidenses y promocionara sus beneficios.
Los expertos médicos dijeron que se necesitan más datos para evaluar la eficacia del tratamiento antes de permitir un uso más amplio.
El cóctel de anticuerpos administrado a Trump ayuda a reducir los efectos de virus y puede acelerar la recuperación. Si bien no existen tratamientos aprobados por la Organización Mundial de Salud para la COVID-19, el protocolo sanitario brindado a Trump es uno de los candidatos más prometedores, de acuerdo con lo señalado por médicos estadounidenses.
Trump recibió el alta del hospital a última hora del lunes. Fue solo unos días después de que le diagnosticaran COVID-19 que causó suficiente inflamación pulmonar como para que cayeran los niveles de oxígeno en sangre.
El cóctel pasó ya por las fases 1, 2 y 3 de ensayo y se probó en 275 pacientes, todos con COVID-19. También se confirmó por una prueba de laboratorio, según los datos preliminares de la compañía.
Al dar a conocer los primeros datos del ensayo, Regeneron indicó que el cóctel en investigación «reduce la carga viral y el tiempo para aliviar los síntomas en pacientes no hospitalizados con COVID-19», al tiempo que mostró «tendencias positivas en la reducción de visitas médicas».
La polémica «pro vida»
Una nueva polémica se encendió luego de que se diera a conocer que el cóctel de anticuerpos de Regeneron se probó utilizando un suministro de células humanas HEK 293T. Han sido clonadas y modificadas en laboratorios científicos durante décadas. Pero que se originan en el riñón de un bebé abortado en la década de 1970. Según la MIT Technology Review, los laboratorios que incluyen a Regeneron utilizan las células 293T para fabricar pequeñas partículas que imitan el coronavirus.
La compañía no negó el vínculo con el aborto, pero dijo que las células modificadas disponibles en la actualidad «no se consideran tejido fetal». La posición de Donald Trump y sus seguidores más conservadores, en contra del aborto, ha sido utilizada por sus adversarios para acusar al mandatario de «hipócrita» al avalar el tratamiento con REGN-COV2.
La medicina osteopática
Un elemento adicional en el tratamiento recibido por Donald Trump es que el Dr. Sean Conley, quien está a cargo de la atención del caso de COVID-19 del presidente Trump, practica la medicina osteopática.
Lo primero que hay que saber es que los doctores en medicina osteopática son especialistas con licencia completa. Practican la medicina, recetan fármacos y realizan cirugías en los 50 estados, según la Asociación Estadounidense de Osteopatía. También ejercen en otros 44 países del mundo, de acuerdo con la Asociación Estadounidense de Facultades de Medicina Osteopática.
Al igual que los médicos «tradicionales», asisten a cuatro años de estudios de posgrado, seguidos de un año de pasantía. También realizan al menos dos años adicionales de residencia antes de comenzar a ejercer la medicina en Estados Unidos.
En las escuelas de medicina osteopática enseña a los aspirantes a médicos a adoptar un enfoque holístico de la atención de sus pacientes en lugar de solo tratar una dolencia. “En el plan de estudios osteopático hay un enfoque en el tratamiento de la persona en su totalidad, incluida la mente, el cuerpo y el espíritu”, destacó el Dr. Kevin Klauer, director ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Osteopatía.
Una ciencia no tan nueva que usan Trump y Pence
La Escuela de Osteopatía de Murcia define al osteópata como «aquel profesional de la salud que, tras haber recibido una formación adecuada (más de 1500h, después de una profesión sanitaria o 5000h de formación completa), trata las disfunciones de movilidad de los tejidos corporales».
La Osteopatía fue estructurada a finales del siglo XIX, en Estados Unidos por un médico y cirujano llamado Andrew Taylor Still. Se basó en las interrelaciones que existen, por un lado entre el sistema músculo-esquelético y los otros sistemas orgánicos, y por otro lado, entre la movilidad y la libertad de esos distintos sistemas y la salud del hombre.
No es, pues, una ciencia nueva. Actualmente se encuentra reconocida por la Organización Mundial de la Salud. A pesar de ello, en España la osteopatía no se encuentra regulada como una actividad profesional legal. No obstante, el Ministerio de Ciencia e innovación sí lo reconoce legalmente, pero solo dentro de las competencias del grado en Fisioterapia.
Debido al concepto holístico de la osteopatía (que entiende el cuerpo como un todo), su uso está recomendado para una amplia variedad de trastornos y alteraciones orgánicas. Entre ellas, las relacionadas con el sistema respiratorio: asma, tos, bronquitis.
Curiosamente, el ex vicepresidente y candidato presidencial Joe Biden también es tratado por un doctor en osteopatía. En este caso, se trata del Dr. Kevin O’Connor. Cabría preguntarse si esta «preferencia presidencial» brindará a la osteopatía un efecto de «mercadeo» similar al que recibió el REGN-COV2.
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