Por Emiliano Maletta
¿Es posible que usemos esos materiales que arden masivamente a la vez que reemplazamos el carbón y el gas, fertilizantes y fuentes de energía e insumos fósiles no renovables y, al mismo tiempo, regeneramos la tierra y la biodiversidad en bosques degradados?
Regeneración es la nueva palabra que usan algunos para referirse a pasar del simple “modelo sostenible” a tener un impacto positivo sobre el medio ambiente. En este artículo demostraremos cómo las herramientas de gestión activa de incendios implementadas por una bioeconomía mejorada y tecnologías de bioenergía nuevas y avanzadas pueden cubrir el gasto necesario para asegurar la preservación de la masa forestal. Hoy en día estamos viendo incendios forestales en Australia, California, países de la Europa mediterránea, África y el Amazonas. Hay grandes cantidades de CO2 en el aire, junto con cenizas, gases de efecto invernadero y otros contaminantes que perjudican a nuestras comunidades. ¿Cuáles son los retos y oportunidades?
Existen muchas razones por las que los incendios forestales se están volviendo más intensos y destructivos, pero el cambio climático encabeza la lista, a pesar de que algunos afirmen lo contrario. De acuerdo a la más reciente Evaluación Nacional del Clima de los Estados Unidos, publicada el 23 de noviembre de 2019, las temperaturas elevadas y el deshielo temprano están extendiendo la temporada de incendios en los estados occidentales. Según este informe, el área de quema anual en el oeste del país podría aumentar entre dos y seis veces para 2050.
Aclareo, poda y recolección de residuos para impulsar nuestra bioeconomía en áreas con acumulación excesiva de combustibles, una combinación de aclareo de árboles pequeños y arbustos seguido de quema controlada puede ser el método más efectivo para mitigar el riesgo de incendios forestales catastróficos. Reducir la intensidad y extensión de los incendios forestales al mejorar el estado de los bosques reduciría los costos de contención y ayudaría a mantener a los cuerpos de bomberos y comunidades fuera de peligro.
¿Cuáles son las oportunidades?
Anteriormente, la madera y los tablones eran el único modelo de negocio. Pero, ¿qué empresa maderera se daría a la tarea de examinar y juntar las fuentes de combustible en grandes territorios solo para prevenir incendios forestales? Bueno, esa ahora es la labor de las compañías de energías renovables. Proveer biomasa para industrias basadas en la bioenergía a costos relativamente bajos por la contratación de esta materia prima puede asociarse a una estrategia de regeneración forestal a largo plazo. Un modelo de prevención de incendios forestales que creará empleos rurales y una fuente de ingresos en el sector bioenergético. Con el objetivo de reducir los incendios forestales, crear empleos y mejorar el medioambiente, la biomasa se posiciona como líder en el sector de renovables.
Cuando los arbustos, leña y desechos forestales se convierten en incendios forestales tan a menudo como en 2019, comprendemos que los mismos pudieron ser convertidos y tratados como fuentes de energía renovable que reemplacen al carbón y el gas. Asimismo, las ramas y demás desechos forestales recolectados pueden convertirse en energía, pellets para calefacción de hogares o almacenamiento de carbono bajo tierra.
Además de los usos para energía renovable, la biomasa puede ser convertida en una serie de productos que reemplazan fertilizantes químicos, plásticos y materiales de construcción que conllevan una enorme huella en su producción. Con la tecnología actual, la biomasa que viene eliminada y removida de los sistemas forestales con riesgo de incendio puede transformarse en biomateriales para construcción, productos biodegradables de empaquetado y bolsas de supermercados o incluso biofertilizantes basados en carbón.
Por otra parte, este modelo tiende a dinamizar la economía local generando empleos rurales, modelos de gestión de paisaje que incluyen semilleros y siembras nuevas y regeneración de suelos con mayor biodiversidad. En aquellos casos en los que se promueve dicha “economía circular” (un residuo finalmente permite obtener energía o productos) es posible concebir ganancias para las comunidades locales encargadas del manejo de los recursos naturales. Sí, la corrupción y las malas administraciones pueden ser un problema; sin embargo, dicho riesgo es mínimo comparado con la rentabilidad local que llevarían las comunidades en el beneficio ambiental, económico y social mediante una mayor supervisión y cuidando y preservando de incendios a nuestros bosques y arbustos que vemos quemarse año tras año.
Prejuicios erróneos
Los incendios forestales se alimentan de un exceso de árboles pequeños y arbustos que ahogan los bosques y crean una ráfaga escalonada de fuego que dirige las llamas hacia las copas de los árboles más altos. Las densidades variadas de árboles y arbustos secos y muertos avivan las llamas y permiten que el fuego de las copas se propague por todo el terreno de manera altamente destructiva.
Sin un adecuado mantenimiento forestal –incluyendo aclareo y quemas ocasionales– los residuos forestales se acumularán para avivar los próximos fuegos. La industria energética de biomasa está preparada para trabajar con la mayoría de los servicios forestales y demás socios del sector, al igual que grupos ambientales, para asegurar que el material forestal sea cuidadosamente retirado y convertido para producir electricidad verde.
Algunos grupos ambientalistas temen que la industria talaría por completo los bosques para tener combustible. Este temor puede quedar en el pasado. Talar bosques no es propio del sector de energía de biomasa y sencillamente no es económicamente viable cortar árboles enteros para generar electricidad. La biomasa usa únicamente material de residuo como trozos de madera, escombros forestales o residuos de las cosechas para generar energía limpia. De lo contrario, este material sería desechado en vertederos, quemado al aire libre o usado como forraje para incendios forestales. La industria energética de biomasa retira más de 68,8 millones de toneladas de residuos forestales al año y es la fuente de energía térmica más económica en muchas zonas de Europa (por ejemplo para agua caliente y calefacción sanitaria domiciliaria).
De esta manera, impulsa la gestión forestal regular al crear un mercado para el exceso de árboles pequeños, tajos de madera y matorrales que ahogan muchos de nuestros bosques. Al desalentar el uso de la biomasa se pierde el incentivo para cortar los matorrales, lo cual podría desembocar en bosques desatendidos y llenos de maleza que presentan un riesgo mayor para los incendios forestales. Este problema es relevante en regiones españolas como Asturias, donde las especies invasoras de matorrales se extienden por grandes áreas previamente ocupadas por forrajes de aptitud ganadera que afectan a los ganaderos locales.
Además, la generación de electricidad a partir de biomasa reduce los gases de efecto invernadero. Al descomponerse, la maleza muerta libera metano y CO2, altamente dañinos, a la atmósfera. Durante el proceso de generación de electricidad, la energía de biomasa elimina el gas metano y reduce el dióxido de carbono que hubiesen sido emitidos. En cuanto a combustibles fósiles desplazados, esta industria elimina más de 30 millones de toneladas de gas de efecto invernadero al año.
No dejen que las llamas consuman sus ingresos
Este modelo no se basa en la deforestación. No. No se trata del uso de productos forestales para generar ganancias. Hablamos de un modelo regenerativo de recolección de biomasa que generará ingresos para cubrir los gastos de la prevención de incendios forestales. Está basado en escuadrones rurales involucrados en monitoreo forestal, sistemas de prevención de incendios y estrategias de suministro de biomasa. Sugerimos la obtención sostenible de materiales de desecho y pequeñas cantidades de escombros y ramas. Nuestro modelo cuenta con el apoyo de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y varias organizaciones forestales de todo el mundo.
En fin, ¿qué hacer con el combustible? Usarlo para empoderar a agroindustrias locales, reemplazar el carbón, reemplazar el gas y fertilizantes, plásticos y otros materiales. Podría producirse polvo de carbón vegetal para mezclar con cemento y así reducir la huella de carbono en el proceso de construcción y capturar CO2. Hay una variedad de opciones y muchas de ellas requieren soluciones de baja tecnología y pocos gastos. Un nuevo producto de alto valor añadido combinado con un modelo regenerativo de nuestros paisajes y materia prima para suministrar nuestros propios insumos y energía. Microbiología mejorada. Pienso, carbón vegetal, comida orgánica, pulpa y papel, fibras, compuestos, bioplásticos. Varias de estas opciones son viables. Nuestras soluciones se centrarán en investigación, concienciación y prevención estructural.
Carbón vegetal, horticultura y comida orgánica
El carbón vegetal se compone de materia vegetal y se almacena en el suelo como forma de eliminar el CO2 de la atmósfera. Su fabricación requiere calentar la biomasa a una temperatura de 400 a 800°C en ausencia de oxígeno. El proceso se conoce como pirólisis. El material resultante se caracteriza por una elevada superficie específica de más de 300 m2 por gramo, distribuido sobre nano, micro y mesoporos. La habilidad de dichos poros de almacenar agua convierte al carbón vegetal en un medio eficiente de almacenamiento de humedad. Los poros también capturan grandes cantidades de aire prácticamente inmóvil. El resultado es que el carbón vegetal constituye uno de los mejores aislantes.
El carbón vegetal es una buena manera de valorizar los materiales y producir una variedad de productos, como biofertilizantes, biofiltros, productos de control de aguas pluviales, bioasfalto, biocarbón, biomateriales –incluyendo yesos–, cemento y materiales de construcción verde. Es un método excepcional de captura de carbono. El carbón vegetal puede producirse a partir de combustible recolectado para prevenir incendios forestales y usarse para reemplazar cemento, una gran fuente de emisiones de CO2. Esto ya está ocurriendo con empresas en España productoras de arándanos, fresas, aguacate, cítricos, olivares y viñedos, que utilizando el biocarbón inoculado con microorganismos y mezclado con compost obtenido de desechos como alperujos o estiércoles animales, permite una enmienda orgánica que restaura la fertilidad mediante ahorros de agua y agroquímicos, disminuyendo la huella de nuestros productos. La valorización de la biomasa que hoy se quema en incendios forestales permite pagar la prevención y dinamizar la economía local mejorando la huella de muchos productos y desplazando combustibles fósiles mientras aumenta el área total de bosques sanos.
Para más información visite Cambio16.com
Puede adquirirla impresa, en digital, suscripción digital y suscripción total.
-
Revista 2264
4,00€ Añadir al carrito -
Revista 2264 (Digital)
2,30€ Añadir al carrito -
¡Oferta!
Revista 2264 Suscripción Digital
El precio original era: 23,00€.19,90€El precio actual es: 19,90€. Añadir al carrito -
¡Oferta!
Revista 2264 Suscripción Total
El precio original era: 40,00€.36,00€El precio actual es: 36,00€. Añadir al carrito
La sostenibilidad del medio ambiente y la defensa de los derechos humanos marcaron Premios Cambio16
La sostenibilidad del medio ambiente y la defensa de los derechos humanos marcaron Premios Cambio16