La refinería más grande de Venezuela, Amuay, se vio en la necesidad de detener su producción de gasolina debido a que la unidad de craqueo catalítico necesita un componente que empieza a desaparecer de los inventarios.
La planta de Amuay, clave en la producción de gasolina en Venezuela, se quedó sin gasóleo de vacío (VGO), lo que limita su producción de combustibles terminados, confirmaron a Reuters dos ejecutivos, un líder sindical y dos trabajadores de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
“Se paraliza planta de craqueo catalítico de refinería Amuay por bajos inventarios de productos de alimentación para procesar. Tremendo arranque con los precios de la gasolina”, dijo el líder sindical Iván Freites.
Otra fuente de Pdvsa ofreció una explicación diferente. Según esta versión, se bajó la carga de gasóleo de vacío a la unidad e craqueo catalítico fluidizado con la finalidad de redirigir el producto a otra parte. La Unidad de Producción de Gasolina de la refinería el Palito sería el nuevo destino. Este complejo tiene capacidad de procesar hasta unos 146.000 barriles de petróleo por día.
“Se les agotó lo que tenían en tanques. Como también hay problemas en plantas destiladoras, como planta 2 y planta 4, sacaron fuera de servicio catalítica. La planta no puede trabajar”, dijo otro operario que pidió no ser identificado.
Más problemas en Amuay
Tras estar seis meses parada, la planta de coquificación retardada de Amuay reinició operaciones hace dos semanas. Sin embargo, el pasado lunes quedó fuera de servicio nuevamente, informó un trabajador.
El circuito venezolano de refinación y mejoramiento de crudo opera de manera intermitente. Fallas en las unidades, incidentes y falta de insumos restan cada vez más a la producción de la estatal venezolana.
A pesar de que el Gobierno dice hacer esfuerzos importantes para intentar recuperar la producción en PDVSA, la lista de incidentes relacionados a esta empresa crece cada vez más vertiginosamente.
Amuay es una de las piezas claves para la industria del crudo en Venezuela. Junto a su vecina Cardón, integran el Centro de Refinación Paraguaná (CRP), uno de los mayores del mundo, con capacidad para procesar 955.000 barriles diarios.
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