El cambio climático no espera por decisiones tímidas o paños calientes. Plantar árboles es una acción enriquecedora, noble y de gran ayuda para reducir las emisiones de CO2. Pero insuficiente. La transición a energías 100% limpias surge como una de las alternativas más contundentes. Mientras tanto, investigadores idean otras modalidades, como la captura del carbono para apresurar ese gran paso.
Alcanzar las metas de cero emisiones netas globales en 2050, requiere voluntades y un esfuerzo mancomunado y sostenido. La plantación o replantación de bosques siguen siendo opciones válidas, pero limitadas.
Un estudio publicado en la revista Science señala que la plantación de un billón de árboles podría almacenar unos 225.000 millones de toneladas de carbono. Es decir, alrededor de dos tercios del carbono liberado por los seres humanos a la atmósfera desde la Revolución Industrial.
La gestión de las tierras agrícolas es otro enfoque natural de eliminación de carbono. Este enfoque tiene un riesgo relativamente bajo y ya se está probando, dijo Jane Zelikova, ecologista y científica jefe de Carbon180, una organización sin fines de lucro que aboga en Estados Unidos por estrategias de eliminación de carbono.
Señaló que prácticas como el pastoreo rotativo, la reducción de la labranza y la rotación de cultivos aumentan el secuestro de carbono por la fotosíntesis. Mientras que la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos encontró que el almacenamiento de carbono en el suelo era suficiente para compensar hasta un 10% de las emisiones netas anuales de ese país.
Pero la eliminación de carbono basada en la naturaleza, como la plantación y replantación de bosques, puede entrar en conflicto con otros objetivos políticos, como la producción de alimentos. A mayor escala, esta estrategia requiere mucha tierra, a menudo tierra que ya está en uso.
Captura de carbono, tecnología más compleja y costosa
Sabine Fuss es una investigadora del Instituto Mercator sobre Bienes Comunes Globales y Cambio Climático y lleva años en la búsqueda de soluciones al cambio climático. Participó en el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático establecido por las Naciones Unidas para evaluar los riesgos y los impactos de calentamiento global.
Después del nuevo objetivo del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global en 1,5 grados Celsius, Fuss tuvo la tarea de determinar qué estrategias de eliminación de carbono eran más prometedoras y factibles.
Sus estudios se han focalizado en la captura directa de aire y el almacenamiento de carbono, por ejemplo. Un proceso químico que extrae el dióxido de carbono del aire y lo une a unos filtros. Cuando el filtro se calienta, el CO2 se puede capturar y luego inyectar bajo tierra. Actualmente hay 15 plantas de captura directa de aire en el mundo, según la Agencia Internacional de Energía.
También existe otro método. Se cultivan plantas y árboles para crear un sumidero de carbono, y luego el material orgánico se quema para producir calor o combustible conocido como bioenergía. Durante la combustión, las emisiones de carbono se capturan y almacenan bajo tierra.
Otro truco de captura de carbono implica la mineralización. En este proceso, las rocas se muelen para aumentar las superficies disponibles para reaccionar químicamente con el CO2 y cristalizarlo. Posteriormente, el CO2 mineralizado se almacena bajo tierra.
Forestación y reforestación en regiones tropicales
Sabine Fuss considera que ninguna de las tecnologías de captura de carbono antes citadas ha sido implementada a gran escala. Son extremadamente caras, hasta 400 dólares por tonelada de CO2 removida. Y cada una de ellas aún requiere mucha investigación y apoyo antes de ser aplicada.
En última instancia, cada país tendrá que crear su propia cartera de estrategias de eliminación de CO2. Ninguna intervención tendrá éxito por sí sola. «Si nos basamos en una de ellas exclusivamente, sería un desastre», dijo Fuss.
Su investigación ha demostrado que la forestación y reforestación será más productiva en las regiones tropicales. Mientras que las diferencias de radiación solar en las latitudes más septentrionales con más albedo significan que esos países probablemente tendrán más suerte invirtiendo en las intervenciones más tecnológicas, como la captura de carbono y la extracción de biomasa.
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