Uno de los caballos de batalla del gobierno de Boris Johnson es, de puertas para fuera, el problema migratorio. El martes entró en vigor el acuerdo que el Reino Unido y Francia suscribieron para frenar el ingreso de migrantes ilegales a través del Canal de la Mancha.
Londres lleva meses presionando a París para que detenga la migración irregular que llega a su territorio a través de embarcaciones improvisadas. Finalmente ambos países lograron un convenio que duplica el número de las patrullas francesas que se dedicarán a rastrear la zona. Así como el despliegue de drones y radares que detectarán a las personas que intenten emprender tan peligrosa travesía.
La ministra británica del Interior, Priti Patel, informó que el acuerdo permitirá a los dos países «compartir la misión de hacer imposible la navegación y el ingreso de los migrantes por el Canal de la Mancha».
Entre el 1 de enero y el 31 de agosto, unos 6.200 migrantes intentaron cruzar el canal con ayuda de lanchas neumáticas, embarcaciones de pedal, kayacs. Incluso a nado y protegidos solo de chalecos salvavidas. En septiembre, las autoridades francesas dijeron haber interceptado a más de 1.300 personas que intentaban llegar al Reino Unido.
El norte de Francia atrae desde hace tiempo a los candidatos a la migración clandestina al Reino Unido en embarcaciones o a bordo de las decenas de miles de vehículos que cruzan diariamente la Mancha en ferry y en tren.
Más migrantes por el Canal de la Mancha
El Gobierno del Reino Unido se queja de que la llegada de migrantes por el Canal de la Mancha se ha acrecentado este año, en comparación con las 2.000 personas que llegaron a suelo inglés en 2019.
Hace dos meses, la prensa británica se refirió a algunos de los planes del gobierno de Johnson sobre la migración. Al parecer se barajó la posibilidad de enviar a los migrantes en medio del Atlántico a viejos transbordadores. Incluso crear olas en el canal de la Mancha para hacer retroceder a aguas francesas a los migrantes en embarcaciones.
Los planteamientos, como parte del endurecimiento de la política migratoria inglesa, obvio, crearon polémica y fueron rechazadas por activistas de derechos humanos. Son medidas muy similares a las aplicadas en Australia y que son rechazadas por la ONU.
Australia no acepta refugiados en su territorio, incluso aquellos que cumplen con los criterios del derecho de asilo. Los refugiados que no son rechazados en el mar son enviados a centros especializados en las islas del Pacífico.
Política migratoria en el Reino Unido
La ministra de Interior, Priti Patel, informó que el Gobierno definió una política inmigratoria general orientada a recuperar el control de las fronteras del Reino Unido. Además, introduce un nuevo sistema basado en puntos que permitirá decidir quién circula por su territorio.
A partir del 1 de diciembre los trabajadores calificados de todo el mundo podrán postularse para venir al Reino Unido si obtienen suficientes puntos. La gente gana puntos si habla inglés a un nivel requerido y otras condiciones. Con este sistema se podrá alcanzar el umbral de salario adecuado para el trabajo que el extranjero venga a realizar.
El Gobierno considera que este sistema simple, eficaz y flexible garantizará que los empleadores puedan contratar a los trabajadores calificados que necesitan. Al tiempo que alentará a los empleadores a capacitar e invertir en la fuerza laboral del Reino Unido. En particular en quienes se han visto afectados por el coronavirus.
También está abriendo rutas para aquellos que tienen un talento excepcional en los campos de la ingeniería, la ciencia, la tecnología o la cultura. Mientras tanto, los gobiernos de Johnson y Macron frenan la incursión de migrantes por el Canal de la Mancha.
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