Cerceta pardilla seguramente dice poco. Este nombre que aparece acompañado de un apellido corresponde a una especie de patos. Menudos, discretos, con plumaje marmoleado, entre gris y pardo suave. Gusta de las marismas del Guadalquivir (Andalucía) y de los humedales de El Hondo (Alicante). Hoy se encuentra en peligro de extinción no solo en España, sino también en Europa. El Proyecto LIVE Cerceta Pardilla intenta rescatarlos y salvar la especie.
La cerceta pardilla es una de las siete especies en situación crítica en la península. Hasta mediados del siglo XX abundaba en los humedales costeros mediterráneos, especialmente en Doñana. Pero, debido a la sequía, episodios de botulismo y la muerte en nasas cangrejeras ocurrió un drástico declive que la sitúan en riesgo de extinción.
El número de parejas reproductoras en España, que es casi su único lugar en Europa con ejemplares, se situó en 2020 en apenas 45 parejas y con una clara tendencia en regresión. La pérdida y degradación del hábitat es la mayor amenaza a su supervivencia. Los humedales el impacto de la sequía, la contaminación, las barreras artificiales y la agresiva acción del hombre en la naturaleza. También corren el peligro de desaparecer.
“Si desaparecen, perderemos una parte de nosotros, de nuestro patrimonio. Piezas clave del engranaje que garantiza la buena salud de los ecosistemas. Y, por lo tanto, también de nuestro bienestar”, dijo Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente.
Por la supervivencia de cerceta pardilla, el pato más amenazado
El LIFE Cerceta Pardilla recuperará 3.000 hectáreas de humedales para revertir el riesgo de extinción del pato más amenazado de Europa. El proyecto lo coordina el Ministerio para la Transición Ecológica, a través de la Fundación Biodiversidad. Cuenta como socios con las comunidades autónomas de Andalucía, Valencia y Murcia, aí como la Sociedad Española de Ornitología, SEO-Birdlife y ANSE.
Durante los próximos cinco años, el proyecto LIFE Cerceta Pardilla emprenderá un conjunto de acciones para mejorar el estado de los humedales en el país. Actuará en superficies pertenecientes a la Comunidad Valenciana, como la Albufera de Valencia y el Parque Natural de El Hondo; en las marismas del Guadalquivir y también en zonas húmedas de Murcia, como la laguna de la Morera. Todos ecosistemas fundamentales para la supervivencia de este pato y humedales que pertenecen a la Red Natura 2000, la mayor red de espacios protegidos del mundo.
Entre las acciones previstas en el proyecto se encuentra la adquisición de una superficie de 141 hectáreas mediante la compra de 3 fincas situadas en zonas consideradas críticas y acondicionarlas como hábitats óptimos para la reproducción de las cercetas pardillas.
Asimismo, están previstas acciones de seguimiento de la especie que involucran a los países del Magreb (región del norte de África constituida por Mauritania, Marruecos, Argelia, Túnez y Libia) para ahondar el conocimiento sobre sus movimientos y amenazas. Al mismo tiempo, se reforzarán las poblaciones de la especie a través de un programa de cría en cautividad y la liberación de ejemplares.
El proyecto cuenta con dos centros de referencia que crían con éxito cercetas pardillas: la cañada de los Pájaros, en Andalucía, y el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre El Saler, en la Comunidad Valenciana.
Al rescate de los humedales, fuente de vida
Con 75 zonas que ocupan más de 300.000 hectáreas, España es el tercer país con más humedales incluidos en el Convenio de Ramsar. Solo por detrás del Reino Unido y México. Ignacio Torres. dijo que esos números eran una muestra del fuerte compromiso de España con las tareas de conservación de estos ecosistemas y en su restauración. El subdirector de la Fundación Biodiversidad y director del LIFE Cerceta Pardilla, señaló que se han destinado más de 2,5 millones de euros a más de 50 proyectos, 7 en ejecución.
Los humedales son fundamentales para la conservación de la biodiversidad. El 40% de las especies viven en humedales. Son conocidos como los riñones del planeta. Suministran agua y alimentos, ayudan a mitigar los efectos del cambio climático, contribuyen a controlar las inundaciones, a atenuar las sequías, a proteger la costa y a filtrar el agua, entre otros servicios. Los humedales son esenciales no solo para especies como la cerceta pardilla, sino también para garantizar la biodiversidad. Sostienen un equilibrio vital para el planeta.
Las Naciones Unidas ha alertado que los humedales se destruyen a un ritmo tres veces más rápido que los bosques. Su pérdida y degradación se debe, en gran parte, a los cambios en el uso de la tierra y del agua, así como al cambio climático. Se han perdido casi el 90 % de los humedales existentes en el planeta desde el siglo XVIII, aunque el ritmo de desaparición se aceleró especialmente a partir del siglo XX. Se estima que entre 1970 y 2015 los humedales se redujeron en un 35%.
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