La región del Kurdistán iraquí, rica en culturas ancestrales aún inexploradas, lleva poco más de una década abierta a las misiones arqueológicas extranjeras. En estos años son muchos los hallazgos de civilizaciones antiguas que descorren algunos secretos de la enigmática vida de los neandertales que sobrevivieron durante más de 300.000 años. Una pieza fundamental de esa aventura arqueológica reposa en una osamenta de mujer, que los investigadores pusieron por nombre Shanidar Z, en honor a la cueva donde fue enterrada hace unos 75.000 años.
Shanidar Z no es el punto de partida. Pero sí ofrece datos valiosos que podrían esclarecer interminables interrogantes de la humanidad. Se estima que era una mujer de edad media, de unos 40 años y neandertal. Un tipo de humano antiguo que desapareció hace unos 40.000 años.
Los científicos que estudian sus restos han reconstruido meticulosamente su cráneo a partir de 200 fragmentos de hueso, un proceso que llevó nueve meses. Usaron los contornos de la cara y el cráneo para reconstruir, comprender y recrear sus facciones La sorprendente visualización aparece en el documental “Secretos de los neandertales”, producido por la BBC para Netflix.
Sin separación entre la vida y la muerte
Con cejas pronunciadas y sin barbilla, los cráneos de los neandertales se ven diferentes a los de nuestra propia especie, el Homo sapiens, afirmó Emma Pomeroy, paleoantropóloga y profesora asociada del departamento de arqueología de la Universidad de Cambridge. La experta desenterró el esqueleto y dio vida a Shanidar Z. La doctora EmmPomeroy dijo que el cadáver hace 750 siglos estaba en el mismo sitio donde otros individuos vivos cocinaban y comían. «Para estos neandertales, no parece que no había una clara separación entre la vida y la muerte», agregó.
«Hay cierta licencia artística. Pero en el fondo se trata del cráneo real y de datos reales sobre lo que sabemos de estas personas», explicó. «Tiene una cara bastante grande para su tamaño. Tiene unas crestas de las cejas bastante grandes, que normalmente no veríamos. Creo que vestida con ropa moderna probablemente no mirarías dos veces».
Algunas evidencias de la vida de los neandertales
Los neandertales vivieron en Europa, Medio Oriente y las montañas de Asia Central durante unos 300.000 años, solapándose con los humanos modernos durante unos 30.000 años. El análisis del ADN de humanos actuales ha revelado que, durante este tiempo, los Homo neanderthalensis y Homo sapiens se encontraron ocasionalmente y se cruzaron. ¿Pero por qué razón se produjo la extinción de las primeras especies humanas y nosotros permanecemos?
Pomeroy comentó de su interés por conocer la vida de los neandertales. Cuando excavó el esqueleto por primera vez, su sexo no era evidente porque solo se conservaba la mitad superior del cuerpo. Carecía de huesos pélvicos, reseñó CNN. El equipo que estudió inicialmente los restos se basó en una técnica relativamente nueva que consiste en secuenciar las proteínas del interior del esmalte dental para determinar el sexo de Shanidar Z, que se revela por primera vez en el documental.
Los investigadores de las universidades de Cambridge y Liverpool calcularon la estatura del espécimen en 1,5 metros comparando la longitud y el diámetro de los huesos de sus brazos con datos de humanos modernos. Un análisis del desgaste de dientes y huesos sugirió que tenía unos 40 años en el momento de su muerte.
«Es una estimación razonable. Pero no podemos estar seguros al 100%, en realidad, de que no fueran mayores», señaló Pomeroy. «Lo que podemos decir es que se trata de alguien que había vivido una vida relativamente larga. Para esa sociedad, probablemente habrían sido bastante importantes en cuanto a sus conocimientos, su experiencia vital».
Pomeroy describió la reconstrucción del cráneo de Shanidar Z, que había sido aplastado relativamente poco después de su muerte, como un «rompecabezas 3D de alto nivel».
Trabajo minucioso de reconstrucción
Los huesos fosilizados se endurecieron con una sustancia similar al pegamento, se extrajeron en pequeños bloques de sedimento de la cueva y se envolvieron en papel de aluminio antes de que los investigadores los enviaran a la Universidad de Cambridge para su análisis.
En el laboratorio de Cambridge, los investigadores tomaron micro-TAC de cada bloque y utilizaron los escáneres para guiar la extracción de los fragmentos óseos. Lucía López-Polín, colega de Pomeroy, reconstruyó a ojo más de 200 trozos de cráneo para devolverles su forma original. López-Polín es conservadora arqueológica del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (España)
La cabeza había sido aplastada, posiblemente por un desprendimiento de rocas, relativamente poco después de la muerte y luego compactada aún más por decenas de miles de años de sedimento.
El equipo escaneó e imprimió en 3D el cráneo reconstruido. Esta pieza constituyó la base de una cabeza reconstruida creada por los paleoartistas daneses Adrie y Alfons Kennis, hermanos gemelos que reprodujeron capas de músculo y piel para revelar el rostro de Shanidar Z.
“Es como un rompecabezas 3D de alto riesgo. Un solo bloque puede tardar quince días en procesarse”, dijeron. Pomeroy comentó que la reconstrucción ayudó a «tender un puente entre la anatomía y 75.000 años de antigüedad».
La cueva donde fue enterrada Shanidar Z es conocida entre los arqueólogos. Una tumba neandertal descubierta allí en 1960 llevó a los investigadores a creer que los neandertales podían haber enterrado a sus muertos con flores. ¿Tiene esto algún interés?
El primer desafío a la opinión predominante de que los antiguos humanos eran tontos y brutos. Investigaciones posteriores del equipo de Pomeroy han puesto en duda esta tesis. En su lugar, sospechan que el polen descubierto entre las tumbas podría haber llegado a través de abejas polinizadoras.
Tras los rastros de nuestros antecesores
A lo largo de los años, los científicos han ido encontrando cada vez más pruebas de la vida de los neandertales: su inteligencia, sofisticación y cotidianidad en el arte y el uso de cuerdas y herramientas.
Los neandertales regresaron repetidamente a la cueva de Shanidar para enterrar a sus muertos. En el yacimiento se han desenterrado los restos de 10 neandertales, la mitad de los cuales parecen haber sido enterrados deliberadamente de forma sucesiva, advirtió la investigación.
Puede que los neandertales no honraran a sus muertos con ramos de flores, pero los habitantes de la cueva de Shanidar eran probablemente una especie empática, sugiere la investigación. Por ejemplo, un neandertal macho enterrado en la región del Kurdistán iraquí era sordo y tenía un brazo paralizado y un traumatismo craneoencefálico que probablemente le dejó parcialmente ciego. Sin embargo, vivió mucho tiempo, por lo que debió de recibir cuidados, según la investigación.
Según Pomeroy, Shanidar Z es la primera neandertal hallada en la cueva en más de 50 años, pero el yacimiento aún podría deparar más descubrimientos. Durante el rodaje del documental en 2022, la experta descubrió un omóplato izquierdo, algunos huesos costales y una mano derecha pertenecientes a otro neandertal.
Investigaciones posteriores interesadas en la vida de los neandertales ofrecieron otros hallazgos. Desde que se encontró Shanidar Z han detectado rastros microscópicos de comida carbonizada en el suelo alrededor del grupo de cuerpos más antiguos. Estos trozos carbonizados de semillas, nueces y pastos silvestres sugieren que preparaban alimentos (remojando y machacando legumbres). Y luego los cocinaban, sino que también lo hacían en presencia de sus muertos.