El mundo se calienta, y el calor implacable se adelanta. Los expertos advierten que este cambio climático tiene consecuencias letales para aquellos que no están preparados. A medida que las temperaturas globales aumentan, el calor extremo se cierne sobre nosotros, amenazando la salud y la vida de quienes no están aclimatados. Es un desafío de vida o muerte.
En la temporada actual, cuando los recuerdos de estrategias para combatir el calor son añejos y las adaptaciones fisiológicas necesitan un impulso, el calor se vuelve más difícil de soportar. Pero ¿qué sucede cuando el calor llega antes de lo esperado? ¿Y por qué las primeras olas son particularmente mortales?
Efectos mortales
Las investigaciones revelan que las víctimas mortales de las olas de calor de principios de temporada son más numerosas. Según un estudio de 2010, las muertes relacionadas con el calor aumentaron un 5% durante la primera ola de calor del verano y un 2,7% durante las olas de calor posteriores, en comparación con los días sin calor extremo. En los Estados Unidos el noreste y el medio oeste son los más afectados. Son los lugares donde las cuatro estaciones del año son una realidad: inviernos fríos y nevados, veranos calurosos y húmedos.
Cuando el cuerpo se adapta al calor, inicia la sudoración, envía más sangre a la piel, aumenta la sed y retiene más sal. Sin embargo, en la primera ola de calor de la temporada, estos ajustes no ocurren de inmediato. Las personas que no han sentido el calor en meses o que pasan la mayor parte del tiempo en lugares con aire acondicionado son especialmente vulnerables. La adaptación requiere exposición al calor.
Las personas que no están acostumbradas al calor tienden a subestimar su impacto. Trabajan al aire libre o toman el sol en la playa, lo que puede ser peligroso. Después de varios días de calor extremo, la deshidratación pasa desapercibida. Muchas personas no se dan cuenta porque la confusión es el primer síntoma.
Proteger a los más vulnerables del calor extremo
En comunidades donde las temperaturas veraniegas llegan antes y duran más, la urgencia de mantener frescas a las poblaciones vulnerables es evidente. En los Estados Unidos una nueva herramienta de riesgo térmico del Servicio Meteorológico Nacional advierte que esta semana, desde los Grandes Lagos hasta Nueva Inglaterra, el calor tendrá efectos “extremos”. No se trata solo de la temperatura absoluta, sino también del grado en que las condiciones podrían ser peligrosas si no se interviene para mantener a la gente fresca.
En un mes de junio típico, solo unos pocos días alcanzan los 32 grados Celsius. Sin embargo, en los Estados Unidos, por ejemplo, cuando la primera ola de calor del año está llegando, ya han pasado casi una semana de intenso calor. Algunas de las olas de calor más peligrosas afectan partes del Medio Oeste y el Noreste esta semana.
Las olas de calor se están registrando en distintas partes del mundo al comienzo del verano, cuando las personas no han tenido tiempo para adaptarse a las condiciones extremas. En lugares fuera del Cinturón del Sol, donde la gente no experimenta a menudo niveles sostenidos de calor tropical, la situación puede ser aún más desafiante. La gente no está tan acostumbrada al calor tan pronto en el verano.
Olas de calor en 2024
El año 2024 ha sido testigo de olas de calor implacables que han dejado una huella devastadora en todo el mundo.
- América Central y del Sur: (Marzo) México y partes de Estados Unidos del Sur y América Central han enfrentado olas de calor severas. Los registros de temperatura se han roto, y la escasez de agua ha llevado al racionamiento. Más de 48 personas han perdido la vida en México, y más de 950 han sufrido enfermedades relacionadas con el calor.
- Sudeste Asiático: (Abril) El sudeste asiático ha experimentado temperaturas sin precedentes. En algunos lugares, los termómetros han alcanzado los 38,8 °C (101,8 °F). Las escuelas han cerrado, y las alertas de salud han resonado en toda la región.
- India y Pakistán: (Mayo) Una ola de calor prolongada afectó a India y Pakistán. Nueva Delhi registró un récord de 49 °C (120 °F). Aunque inicialmente se informó de una temperatura aún mayor, se descubrió que era atribuible a un sensor defectuoso. En Pakistán, las temperaturas alcanzaron los 52,2 °C (126.0 °F).
- Europa: (Junio) Grecia sufrió su primera ola de calor del año. Se espera que las temperaturas alcancen los 43 °C (109 °F). Turquía también ha sentido el impacto, con termómetros que marcan los 44 °C (111 °F).
- La Meca y Arabia Saudita: En la misma época, altas temperaturas en La Meca y Arabia Saudita resultaron en la muerte de peregrinos durante el Hach. Se estima que hasta 550 personas podrían haber perdido la vida debido a las condiciones extremas. Las predicciones pronosticaban temperaturas tan altas como 113 °F (45 °C) el 19 de junio de 2024. Además, Kuwait también se vio afectado, con interrupciones temporales en la distribución de electricidad debido a la demanda elevada.
Cómo protegerse y no morir en el intento
En el 2024 los expertos meteorológicos advierten que el verano también será inusualmente caluroso. En pocas palabras, se nos avecina un largo y ardiente verano, por lo que lo prudente es tomar previsiones. El calor implacable se cierne sobre nosotros, y con él, aumentan las posibilidades de enfermedades relacionadas con el calor. Las olas de calor plantean desafíos significativos para la salud pública. La adaptación y la preparación son esenciales para proteger a las comunidades vulnerables en todo el mundo.
Los niños están particularmente en riesgo durante el calor extremo. Aunque tienden a calentarse más rápido, carecen de mecanismos para compensarlo debido a que sus sistemas son inmaduros. Por ejemplo, sudan menos y pueden olvidarse de hidratarse. Si sabe que estará en condiciones de calor extremo y realizará trabajo o ejercicio extenuante, planifique una aclimatación gradual. Las investigaciones sugieren que puede acostumbrar su cuerpo a la temperatura aumentando gradualmente su actividad en un ambiente caluroso durante una o dos semanas. Si trabaja en exteriores tome descansos para refrescarse e hidratarte adecuadamente.
Preste atención al tiempo. En lugares muy húmedos, el calor es más peligroso incluso a temperaturas más bajas. El sudor se evapora más lentamente, dificultando el enfriamiento del cuerpo. Por el contrario, en el desierto, la exposición directa al sol puede hacerte sentir “como en un horno”.
Agotamiento y “golpe de calor”, liga mortal
Según los servicios de atención de emergencias el verano pasado, las tasas de visitas a urgencias por afecciones vinculadas al calor se dispararon en diversas partes de Estados Unidos y Europa. Desde erupciones leves hasta golpes de calor potencialmente mortales, las enfermedades relacionadas con el calor abarcan un amplio espectro.
El agotamiento por calor es la afección más común que los médicos de urgencias ven en el verano. Los síntomas incluyen sudoración intensa, piel fría, pálida o pegajosa, dolor de cabeza, calambres musculares, náuseas, vómitos y mareos. Afortunadamente, la mayoría de los pacientes pueden recuperarse con reposo y una hidratación adecuada en pocas horas.
Menos frecuente pero mucho más peligroso es el golpe de calor. Ocurre cuando el cuerpo se expone a temperaturas extremas o se somete a esfuerzos extenuantes en condiciones calurosas. Los signos distintivos son una temperatura corporal central superior a 40 grados Celsius y confusión mental. La piel puede presentar signos distintivos, como enrojecimiento, calor, sequedad o humedad. Puede provocar daños cerebrales, degradación muscular e insuficiencia renal.
Cuando los pacientes llegan al servicio de urgencias con golpe de calor, se requiere una intervención inmediata. Se les quita la ropa, se enfrían rápidamente y se les administran líquidos por vía intravenosa. En casos extremos, incluso pueden necesitar soporte vital. Si has intentado refrescarte y beber líquidos, pero los síntomas no han mejorado en media hora o están empeorando, acude a urgencias. Es de suma importancia de actuar rápidamente ante los signos de golpe de calor.
Los expertos también recomiendan buscar atención inmediata si tú o alguien que conoces presenta síntomas relacionados con el calor y no puede salir del calor, parece desorientado o tiene convulsiones. El golpe de calor puede causar un deterioro rápido en cuestión de minutos, por lo que debemos abordarlo como la emergencia que es.
Decisiones inteligentes para sobrevivir una ola de calor
- Manténgase fresco, hidratado y alerta ante cualquier señal de malestar.
- Evite la actividad física al aire libre durante las horas más calurosas del día. Consulta la previsión meteorológica local para planificar.
- Si experimentas síntomas de enfermedad relacionada con el calor, busque un lugar fresco y rehidrátate rápidamente. Subir al coche con el aire acondicionado encendido y beber líquidos frescos puede marcar la diferencia.
- Quítese las capas de ropa y busque sombra si estás al aire libre. Sumergirse en agua fría también ayuda a enfriarse más rápido.
- En casa, una ducha fría o un baño fresco pueden aliviar el calor. Las bebidas deportivas o el agua con pastillas de sal ayudan a reponer los electrolitos perdidos por el sudor.
- Procure refrescar los espacios con un ventilador o aire acondicionado (Por su salud es preferible que suba la factura de la electricidad y no la temperatura de su hogar)
- Busque refugio en una estación de refrigeración o un centro comercial si carece de aire acondicionado en casa.
- Vista ropa holgada y de colores claros para absorber menos calor y mantener el cuerpo fresco.
- Manténgase hidratado, incluso si no siente sed. Evite el alcohol, que puede deshidratarle y dificultar la detección de problemas.
Cuidado con las enfermedades crónicas
Las personas mayores también corren un riesgo elevado. En esa etapa de la vida las enfermedades crónicas son más frecuentes. Padecimientos como la diabetes, insuficiencia renal y cardiaca interfieren en la capacidad del organismo para regular la temperatura y equilibrar los líquidos. Además, algunos tratamientos pueden mermar la capacidad del cuerpo para compensar el calor. Las personas con depresión o demencia también pueden olvidarse de beber agua.
Millones de personas en todo el país toman medicamentos que pueden aumentar su susceptibilidad a las enfermedades relacionadas con el calor. Desde la hipertensión hasta las alergias, ciertos fármacos pueden dificultar la hidratación y el enfriamiento eficaz del cuerpo cuando las temperaturas son abrasadoras.
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Preste atención a las medicinas
- Diuréticos, espada de doble filo: Los diuréticos, recetados para tratar la insuficiencia cardiaca, enfermedades renales o hipertensión, ayudan al organismo a reducir líquidos mediante la micción frecuente. Sin embargo, también pueden causar deshidratación o desequilibrios de electrolitos como el potasio o la sal. Lo que dificulta la regulación de la temperatura corporal, especialmente en condiciones de calor extremo. Si tomas diuréticos, asegúrate de reponer agua y electrolitos y presta atención a los signos de deshidratación y sobrecalentamiento.
- Inhibidores de la ECA y betabloqueantes: Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA), comúnmente recetados para tratar la hipertensión, pueden aumentar el riesgo de desmayos y caídas, especialmente en el calor extremo. Además, suprimen la sensación de sed, dificultando saber cuándo debes beber más agua. Los betabloqueantes, también utilizados para la tensión arterial, dificultan la sudoración, lo que afecta la capacidad del cuerpo para mantenerse fresco.
- Bloqueantes de los canales del calcio y antisicóticos: Los medicamentos para la tensión arterial conocidos como bloqueantes de los canales del calcio pueden provocar desequilibrios electrolíticos, dificultando la regulación de la temperatura corporal. Algunos antipsicóticos afectan la capacidad de sudar, aumentando la temperatura corporal. Los antidepresivos y medicamentos sustitutivos de la hormona tiroidea también pueden alterar la regulación térmica.
- Estimulantes y antihistamínicos: Los estimulantes, como las anfetaminas, pueden elevar la temperatura corporal al interactuar con el sistema nervioso central. Algunos antihistamínicos de venta libre, como la difenhidramina (Benadryl), también afectan la regulación de la temperatura.