Alrededor de 100 activistas, convocados por Rebelión por el Clima bloquearon el acceso a la sede de Repsol Technology Lab, en Móstoles. La acción denominada “Repsol, liderando maneras de freír el planeta”, denuncia la responsabilidad de la empresa energética en la crisis climática.
A la toma pacífica del centro de investigación de Repsol se unieron las organizaciones Greenpeace, Ecologistas en Acción y Juventud por el Clima. Los activistas escogieron esa sede por considerar que allí se gestan nuevas tecnologías controvertidas vinculadas con los combustibles fósiles.
«Repsol, líder en emisiones» y «Repsol, líder en extractivismo» se leía en los carteles desplegados a la entrada de ese centro en Madrid. Voceros de las agrupaciones manifestaron que la empresa es líder en emisiones de gases de efecto invernadero en España. También en el desarrollo de falsas soluciones para paliar la crisis climática, en el extractivismo de recursos en países del Sur Global. Y en la acaparación de fondos públicos y lobby fósil.
Mientras los ecologistas desarrollaban su protesta simbólica en reclamo al cese de la actividad exploratoria de combustibles fósiles de Repsol, la compañía anunciaba 31 proyectos por 6.359 millones de euros. Para acceder a los fondos europeos en iniciativas de hidrógeno renovable, generación renovable o movilidad eléctrica.
“Queremos visibilizar la responsabilidad de esta empresa en la crisis climática y pedir el cese de sus actividades fósiles cuanto antes”, dijo una portavoz de la coalición ecologista. En concreto, la organización emplazó a Repsol a poner fin a la actividad petrolera antes de 2040.
La agrupación pide además “la paralización de todas las líneas de investigación destinadas a la hibridación con los combustibles fósiles. Y aquellas que supongan una vulneración de los límites planetarios, además de la consecución de los objetivos del Acuerdo de París”.
Rebelión por el clima y Repsol, un cara a cara
Repsol afirma en su web que ha sido la primera compañía del sector en anunciar su compromiso cero emisiones netas en 2050. En 2020 dio un viraje a su estrategia corporativa y estableció un plan quinquenal de inversiones por 18.300 millones de euros a lo largo del periodo. Un 30% del total, 5.500 millones de euros, se destinará a iniciativas bajas en carbono.
Más recientemente Repsol presentó un portafolio de 31 proyectos que combinan tecnología, descarbonización y economía circular. Así como la creación de empleo y equilibrio territorial.
Asimismo reiteró su interés en aprovecar los fondos europeos ‘Next Generation UE’. De allí, la consignación de ocho proyectos de hidrógeno renovable, nueve de economía circular. También cuatro de generación renovable y almacenamiento, ocho de energía distribuida y movilidad eléctrica, uno que aborda la infraestructura de transformación digital. Y el último focalizado en la transformación de la cadena de valor energética mediante inteligencia artificial y economía del dato.
Son proyectos de grandes inversiones asociadas y que generarán actividad económica, directa e indirecta, ante la capacidad de las grandes empresas de llevar a cabo proyectos plurianuales. Y con el objetivo de Repsol de buscar que su crecimiento se base en sus fortalezas industriales y tecnológicas.
No obstante estas perspectivas medioambientales, Rebelión por el Clima desafía a Repsol a dar un vuelco a su negocio energético. “Exigimos que no se gaste ningún dinero público para subvencionar los crímenes ambientales de las multinacionales. Y sus violaciones sistemáticas de los derechos humanos en todo el mundo”, indicó Tom Kucharz de esa organización. Pidió además que se juzgue a la petrolera por sus “crímenes ambientales y sociales”.
Extractivismo y emisor de carbono
Datos del Observatorio de Sostenibilidad señalan que Repsol en 2020 emitió 11.290.294 de toneladas de CO2, el 12,4 % de las emisiones totales del mercado de emisiones. Según Rebelión por el Clima, la empresa debería reducir sus emisiones rápidamente para alinearse con un escenario climático de 1,5ºC, según lo acordado en París.
Destaca Rebelión por el Clima que Repsol intenta ocultar estos datos y engañar a la ciudadanía mediante el impulso de falsas soluciones frente a la emergencia climática. La plataforma no sólo apunta a sus campañas publicitarias de lavado verde (greenwashing), sino también al desarrollo de nuevas tecnologías controvertidas como el hidrógeno fósil. La captura de carbono, los combustibles sintéticos, los biocombustibles o insostenibles proyectos de hidrógeno verde, cuya viabilidad económica, energética y ambiental es muy cuestionable.
Además, Repsol continúa teniendo una fuerte presencia en países de América Latina y África, donde fomenta el expolio y el extractivismo de recursos energéticos. Tanto de carbón como de petróleo a costa de graves impactos ambientales, la violación de derechos humanos y el desplazamiento de las poblaciones locales. Incluso, Repsol ha participado en la creación de un sistema de impunidad transnacional. A través del Tratado de la Carta de la Energía (TCE), las empresas no solo quedan exentas de responsabilidad en los daños ocasionados, sino que pueden demandar a los Estados ante tribunales privados. Por la implementación de medidas legítimas para poner fin a los combustibles fósiles.
Refiere Rebelión por el Clima que a pesar de los beneficios ingentes de Repsol, la empresa intenta absorber parte los Fondos Europeos Next Generation concebidos para la recuperación económica tras la crisis de la COVID–19 sin ningún tipo de compromiso climático, ambiental o social. Repsol aspira a movilizar dinero público para una cartera de 31 proyectos energéticos.
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