Por Natalia Lobo
28/04/2018
El Real Madrid venció al Leganés con lo justo en el Bernabéu (2-1). Pensando en el partido ante el Bayern del martes, Zidane alineó un equipo “B” en el que llamó la atención la presencia de Bale y Benzema. Descansaron Asensio y Lucas Vázquez, hoy por hoy titulares por encima del galés y el francés.
Fue precisamente Gareth Bale quien abrió el marcador. El Madrid tuvo un buen comienzo de juego, muy combinativo con Benzema y Ceballos. Al minuto 9, el galés aprovechó un rechace de Cuéllar al francés y la mandó al fondo de la red.
Bale fue uno de los más activos durante la primera parte. Fue él quien tuvo las mejores ocasiones para los locales. A diferencia de los últimos partidos, el Madrid se mostraba superior a su rival en el campo, buscando asociarse y las transiciones rápidas. Sin embargo, el Leganés no se echaba para atrás y cuando podía se acercaba sin mucho peligro al área de Casilla.
Antes del final del primer tiempo, el Madrid marcó el segundo. El gol llegó tras el cobro de una falta lateral que empujó Mayoral en posición legal. Sin embargo, el asistente levantó el banderín para señalar el fuera de juego pero luego se validó la acción. Terminó la primera parte con la protesta de los jugadores del Leganés.
Pidiendo la hora
Con el partido ya encaminado, el Real Madrid se echó a dormir en la segunda parte y el Leganés aprovechó para descontar. Amrabat se fue por la banda derecha, superó a Theo y metió un pase raso al área pequeña para que rematara Darko sin oposición. El gol le dio esperanzas al Leganés que se lanzó al área de Casilla para conseguir el empate. Sin embargo, el guardameta estuvo muy bien tapando los remates de Bustinza, el propio Amrabat y Beauvue.
El árbitro dio dos minutos añadidos y terminó el partido justo cuando el Leganés iba a rematar al arco. No se lo podían creer los jugadores de Garitano y se le fueron encima al árbitro. Terminó expulsado Gabriel Pires.
Le faltó poco al Leganés para empatar el partido y conseguir el punto de la salvación. Sin embargo, al Real Madrid le bastó una buena primera parte para conseguir los tres puntos y obligar al Barça a que obtenga al menos un punto en Riazor para cantar el alirón.
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