Por Natalia Lobo
25/04/2018
El Real Madrid derrotó 1-2 al Bayern en el Allianz Arena y se encamina hacia su tercera final de Champions consecutiva. El equipo de Heynckes perdonó ocasiones de gol y se condenó gracias a errores infantiles en la defensa. Marcelo y Asensio fueron los anotadores de la noche, junto a Kimmich por parte de los alemanes.
Kroos dijo esta semana que la Champions liberaba “poderes especiales” en el Madrid. Y si alguien no se lo creía después de lo visto en Múnich tuvo que hacerlo. El conjunto dirigido de Zidane no juega de forma brillante pero sí efectiva. Especialmente en Europa. Durante esta edición ha ganado fuera de casa contra el PSG en octavos, la Juve en cuartos y ahora el Bayern en semifinales. Ninguno de los tres equipos había perdido en casa durante esta temporada.
Primer tiempo dividido
El partido inició con buenas acciones para ambos bandos. El Bayern atacó primero con un pase largo que Lewandowski no pudo aprovechar con un centro al arco. Luego, el Madrid replicó gracias a Toni Kroos que se fue solo al área rival y no consiguió a nadie de los suyos para combinar.
El conjunto de Zidane se sentía más incómodo que los locales en los primeros minutos. Sin embargo, el Bayern tuvo que cambiar su esquema de juego más pronto que tarde debido a la lesión de Robben. El holandés tuvo que ser sustituido al minuto 6 por una tirón muscular. Entró Thiago Alcántara a la cancha y el equipo pasó a jugar con un doble pivote. Más tarde, en el colmo de lo inaudito, se rompió Boateng al 32’ y entró Süle para reemplazarlo.
Fue cuando mejor estaba el Madrid que el Bayern marcó el primero. Cosas del fútbol. Un error de Marcelo en la vuelta, otro de Isco en la presión y uno final de Keylor permitieron que James, en carrera, encontrara a Kimmich para batir al meta, que se lanzó antes del disparo. El gol le cambió el ánimo a los locales que tuvieron un chorro de oportunidades de la mano de Ribery. El Madrid, en cambio, fue errático en la defensa.
Contundencia blanca
Pero el Madrid demuestra que no necesita mucho para marcar. De nuevo, cosas del fútbol. Cuando el Bayern estaba rozando el segundo, los visitantes empataron gracias a un disparo cruzado de Marcelo. Carvajal buscó a Cristiano, que intentó una chilena y no le salió. La pelota le cayó al brasileño y este le dio de primera para meter a su equipo en el partido.
Al comienzo del segundo tiempo, Zidane retiró a Isco, acusado de un golpe. Entró entonces a escena Asensio, héroe inesperado para el Madrid y verdugo del Bayern. Rafinha erró un pase de manera incomprensible y le regaló el balón a Lucas, que se fue directo hasta el área germana. Se la dejó a Asensio y este se la picó a Ulreich sin vacilar. Solo dos golpes para asaltar el Allianz como lo hicieran el año pasado.
El Bayern no se rindió y se fue arriba. James y Thiago conducían el balón hasta Ribery, que fue un tormento para Carvajal hasta que se retiró el lateral. No tuvieron acierto los chicos de Heynckes, ni siquiera Lewandowski. Keylor, de nuevo, permitió aguantar el resultado. El Madrid apenas tuvo lucidez para contragolpear con Cristiano o Benzema. Pero no importaba. Ya los visitantes miraban más de cerca a Kiev.