La vida eterna es un sueño largamente acariciado por los humanos. La industria farmacéutica trabaja aceleradamente en el desarrollo «elixires para la longevidad». La rapamicina es uno.
Hay proyecciones que sugieren que vivir más allá de los 100 años podría convertirse en la norma en sociedades avanzadas. Los científicos buscan desarrollar fármacos que produzcan cuerpos saludables que resistan más años. Un elixir para la longevidad. Es la promesa de los nuevos medicamentos en estudio. Uno de ellos: la rapamicina.
Los avances en la medicina han permitido que la esperanza de vida humana experimente un aumento significativo en las últimas décadas. En 1990 era de 72 años para hombres y 77 para mujeres en países desarrollados. Actualmente en España, alcanza los 83 años.
Estudios recientes indican que las cohortes nacidas entre 1910 y 1950 están mostrando una compresión en las tasas de mortalidad a edades avanzadas. Lo que podría permitir un aumento significativo en la longevidad en el futuro. Para 2030, se prevé que la esperanza de vida a nivel global sea de 75 años. Mientras que en los países desarrollados será de 83 años para hombres y 86 para mujeres.
De inmunosupresor a elixir
Ahora los humanos viven más tiempo. Las investigaciones indican que esa tendencia continuará aumentando. El reto es desarrollar fármacos que permitan longevos sanos y vigorosos.
En la búsqueda por desafiar los límites de la vida humana, un medicamento atrajo la atención de científicos, empresarios y entusiastas de la longevidad: la rapamicina. Originalmente desarrollada para evitar el rechazo en trasplantes de órganos, ha emergido como un posible elixir de la juventud. Capaz de retrasar el envejecimiento y prolongar la vida.
Hay quienes afirman que va más allá de su función inmunosupresora y podría retrasar las enfermedades relacionadas con la edad. En Estados Unidos incluso hay un foro en línea Rapamycin News, para personas que lo utilizan
The New York Times dice que hay personas que toman una pequeña dosis de rapamicina una vez por semana. Cuyo objetivo es prolongar su “período de salud”. Es decir, el tiempo en el que podría vivir sin enfermedades graves. Creen que viven mejor a través de la química. Según sus testimonios, aunque no han experimentado cambios dramáticos desde que comenzaron a tomarlo, sienten un aumento de energía. No obstante, admiten que es difícil discernir si no es solo un efecto placebo.
Patrón oro de la longevidad
La rapamicina se ha convertido en el “patrón oro” para prolongar la vida en el universo de los podcasts, redes sociales y foros dedicados al antienvejecimiento. Peter Attia y Bryan Johnson, destacados influencers en el campo de la longevidad, dicen que han tomado rapamicina por años. Citan investigaciones que indican que el fármaco puede aumentar la esperanza de vida en ratones en más del 20%.
Otros usuarios también reportan beneficios leves, como pérdida de peso, alivio de dolores y, en algunos casos, incluso la desaparición de las canas y recuperación del tono original del cabello.
Pese a su creciente popularidad, no hay datos precisos sobre cuántas personas la utilizan con fines antienvejecimiento. Porque a menudo se adquiere sin receta o a través de proveedores extranjeros.
La investigación sobre el uso de rapamicina en humanos es escasa, aunque la evidencia en animales es prometedora. En los pocos estudios comparativos con un placebo, ha sido difícil encontrar beneficios tangibles. Los efectos secundarios a largo plazo son inciertos.
Descubrimiento casual
Fue un hallazgo casual el que abrió las puertas a la nueva era en la investigación del envejecimiento. La rapamicina también es conocida como sirolimus o Rapamune. Fue descubierta accidentalmente en 2006 como un posible fármaco para aumentar la longevidad cuando un estudio demostró que podía prolongar la vida de las levaduras.
Posteriormente, en 2009, otro grupo de investigadores descubrió que los ratones que recibían el medicamento vivían aproximadamente un 12% más. Lo que despertó el entusiasmo en la comunidad científica.
En el marco de un programa de investigación del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, se evaluaron otros medicamentos con propiedades antienvejecimiento. Dean Kellogg jr., profesor de medicina y geriatría en la Universidad de Texas en San Antonio, destaca que la rapamicina fue la primera en marcar una diferencia significativa en la longevidad y la salud. Tanto en ratones macho como hembras.
Estudios posteriores en gusanos, moscas, y más ratones, confirmaron que la rapamicina prolonga la esperanza de vida. Matthew Kaeberlein, quien publicó la primera investigación sobre rapamicina en levaduras, señala que la evidencia abarca una amplia variedad de especies, de ahí su importancia.
Datos preliminares presentados en la reunión anual de la Asociación Americana del Envejecimiento indican que también beneficia a primates más cercanos a los humanos. El profesor Adam Salmon, de UT Health San Antonio, informó que titíes tratados con el fármaco mostraron un aumento aproximado del 10% en su esperanza de vida. Cinco de los seis especímenes que siguen vivos recibieron rapamicina.
Beneficios para la salud
Algunos expertos creen que el fármaco puede ralentizar el proceso de envejecimiento. Otros, que aumenta la longevidad al retrasar o incluso prevenir la aparición de enfermedades mortales relacionadas con la edad.
Al parecer la rapamicina inhibe el complejo mTOR, una vía biológica clave en la salud celular. La supresión de mTOR desencadena una serie de eventos beneficiosos para la supervivencia a largo plazo. Como reducir de la inflamación y acelerar un proceso de eliminación de basura celular conocido como autofagia.
La inflamación está relacionada con la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, se cree que reducirla es ampliamente beneficiosa. Mientras que el aumento de la autofagia ayuda a eliminar las proteínas tóxicas que empiezan a acumularse con la edad. Como el amiloide y la tau, que se sospecha son los causantes del alzhéimer.
Poco concluyentes
Aún no está claro si la gente obtendrá beneficios a largo plazo. Apenas se cuenta con un puñado de estudios realizados en humanos. Cuyos resultados han sido mucho menos concluyentes que los de la investigación en otros animales.
La prueba más contundente la arrojó un estudio de 2014. Adultos de 65 años o más que tomaron otro inhibidor de mTOR, llamado everolimus, tuvieron una respuesta de anticuerpos más robusta a la vacuna contra la gripe que los que recibieron un placebo.
El sistema inmunitario por lo general disminuye con la edad. La mayor respuesta a la vacuna implica que el fármaco contrarrestó ese efecto. Los resultados pueden ser limitados, pero no carecen de valor.
Aunque no participó en la investigación, Adam Konopka, profesor asistente de geriatría y gerontología en la Universidad de Wisconsin, opina que el hallazgo realmente sugiere que en los seres humanos, los fármacos, inhibidores de mTOR, “puede mejorar algo que se convierte en deterioro en los adultos mayores”.
Estudios posteriores arrojaron resultados dispares. Según los expertos, muchos se realizaron con un número reducido de participantes y períodos de tiempo que eran demasiado cortos para arrojar resultados irrefutables.
Estudio de AgelessRx
El estudio más reciente es el realizado por AgelessRx. Una farmacia en línea que comercializa dosis baja de rapamicina con fines de longevidad. Involucró a más de 100 personas que tomaron el inmunosupresor o un placebo una vez a la semana por casi un año. No se observaron diferencias clínicamente significativas en cuanto a beneficios físicos o efectos secundarios negativos entre los grupos. Aunque quienes tomaron rapamicina informaron una mejora general en su salud.
Los subgrupos que tomaron la dosis más alta experimentaron algunos beneficios adicionales, como mayor densidad ósea en hombres y aumento de la masa muscular magra y menos dolor en mujeres.
Stefanie Morgan, vicepresidenta de investigación y ciencias aplicadas de AgelessRx, declaró que algunas personas se benefician mucho. Otras no se benefician en absoluto. Un pequeño estudio realizado por Kellogg, en 2018, tampoco mostró beneficios claros entre adultos mayores de 70 años que tomaron una dosis diaria por ocho semanas.
Un hallazgo relevante fue que el grupo de tratamiento experimentó un ligero aumento en un marcador de resistencia a la insulina. Lo que podría ser relevante para quienes luchan por controlar su azúcar en sangre. Algunas personas que toman rapamicina sin prescripción reportan un aumento en sus niveles de colesterol.
Los expertos no se sorprenden ante los pocos beneficios inmediatos. Aclaran que no significa necesariamente que el fármaco no funcione. El medicamento parece prevenir y preservar en lugar de rejuvenecer a los animales mayores. Para comprender completamente su impacto, se requieren estudios a largo plazo en humanos. Aunque costosos son esenciales.
Los científicos realizan nuevos ensayos clínicos para estudiar cómo afecta la rapamicina las enfermedades relacionadas con la edad y los marcadores biológicos del envejecimiento. Es el caso de Konopka, quien con la esperanza de mejorar los índices que se deterioran con el envejecimiento, está considerando un ensayo clínico que pruebe everolimus, otro inhibidor de mTOR.
Riesgos potenciales
Ante las expectativas generadas por la rapamicina, los científicos se encuentran en una encrucijada. Algunos experimentan con el compuesto, pero la mayoría espera más estudios en humanos. El profesor Andrew Dillin, especializado en envejecimiento en la Universidad de California, Berkeley, sugiere que antes de tomarlo es necesario sopesar, además de sus beneficios, los potenciales riesgos.
Hasta ahora, las investigaciones han revelado que las náuseas y las llagas en la boca son los efectos secundarios más comunes. Además, hay informes de aumento del colesterol e insensibilidad a la insulina.
Para Kaeberlein, quien ha tomado rapamicina, los riesgos son relativamente bajos. En especial porque la mayoría de las personas la consume en muy dosis bajas. Por lo general, una vez a la semana. La mayor preocupación radica en el uso más común que tiene: como inmunosupresor. Existe el temor de que debilite el sistema inmunológico y aumente el riesgo de infecciones y enfermedades.
Los estudios de longevidad humana no han mostrado una supresión inmunológica significativa en quienes que toman rapamicina como remedio antienvejecimiento. No obstante, es posible que aún en dosis bajas pueda afectar a personas con problemas de subyacentes de salud.
La rapamicina representa una promesa emocionante en la búsqueda de intervenciones antienvejecimiento. Los resultados de los estudios realizados hasta la fecha son prometedores. Sin embargo, es fundamental mantener la cautela. Aún hay muchas dudas que despejar sobre su eficacia y efectos a largo plazo. Es prematuro suponerlo el elixir de la longevidad.