Por Lara Malvesí (Efe)
15/09/2016
El diseñador estadounidense Ralph Lauren ha convertido este miércoles un pedazo de la avenida Madison, a la altura del Upper East Side, en Manhattan, en una pasarela de moda para presentar su última colección.
Las modelos han desfilado por la avenida a la altura de la calle 71, donde se encuentra una de las tiendas insignia del diseñador, en un barrio donde los 8.000 dólares (7.113 euros) que pueden costar alguno de sus vestidos de noche está al alcance del bolsillo de muchas clientas.
La elección del lugar, frente a su boutique, no ha sido al azar, dado que con esta colección Ralph Lauren se suma a la moda de presentar en pasarela lo inmediatamente después disponible en tiendas. Las modelos han desfilado por la propia acera, aunque el despliegue que exigía el desfile llevó a cortar la circulación durante algunas horas.
El diseñador ha mostrado unas prendas tremendamente femeninas, con los wrap dress monocolor y de tonos encendidos, de fucsias a azul klein, como protagonistas.
El complemento de la temporada para Lauren son los sombreros Cowboy, no en vano la marca es un clásico para la moda de EEUU.
Ralph Lauren ha sido el último en desfilar en un cargado penúltimo día de la Semana de la Moda de Nueva York que arrancó con Michael Kors, que contó en su show con una actuación de Ruffus Wainwright, que interpretó una celebrada versión de Get Happy, de Judy Garland.
En la primera fila del desfile de la marca, que vive principalmente de la venta de sus bolsos y carteras, han estado las actrices Emily Blunt y Sienna Miller, ambas luciendo modelos del diseñador, un pacto no escrito de las celebrities cuando asisten a estos eventos.
La propuesta se centró en el azul navy y el color chocolate, y se caracterizó por los grandes contrastes de estilo, los cárdigans oversize y los tejidos con impresiones florales. La anécdota más comentada del desfile fue la caída de la hermana pequeña de Gigi Hadid, Bella, de 19 años, que se repuso como pudo y prosiguió su camino por la pasarela ante la mirada de drama de los presentes, que poco tardaron en sacar sus móviles.
Más moda y menos espectáculo ha habido en la presentación de la colección primavera verano 2017 de Josep Font para Delpozo, una firma que tal y como apuntaba hoy el The New York Times está ganando interés de los fashionistas en la Gran Manzana año tras año.
La propuesta de la casa española de moda ha estado llena de color, volumen y una luminosidad que bebe de la inspiración en la obra de la escultora Soo Sunny Park y el pintor Joaquín Sorolla, según contó a Efe el diseñador antes del «show».
La paleta de color ha pasado esta vez por colores tenues, entre ellos el «azul sorolla», y ensalza el blanco, aunque algunas piezas se han permitido fuertes naranjas, fucsias y azules encendidos.
Como viene siendo habitual en las últimas colecciones, los volúmenes son otra constante en los que son unos de los patrones más trabajados que pueden verse año tras año en la Semana de la Moda de Nueva York.
Entre todas las formas han destacado las siluetas de faldas voluminosas y las mangas flor. La sofisticación y el trabajo artesanal de Font volvieron a verse gracias a pendientes cascada con aplicaciones, crochet hecho a mano, terminados con lazos de organdí, y blusas con pañuelos suntuosamente estampados.
Colorista ha sido también el diseñador indio-americano Naeem Khan, uno de los diseñadores fetiche de la primera dama Michelle Obama, así como de la reina Noor de Jordania o de la Duquesa de Cambridge, Kate Middleton.
La propuesta para la próxima primavera verano ha pasado por lo ecléctico en formas y estampados, en tejidos y siluetas, de trajes entallados a vestidos baby doll con escotes Bardott, así como sus icónicos vestidos de noche, tanto monocromáticos en sedas de colores vivos como con bordados florales sobre tejidos transparentes.
Una propuesta de amplia gama cromática y decorativa sobre un diverso grupo de modelos de todas las razas, un casting que fue todo un statement del diseñador a favor de la multiculturalidad.