Por Óscar Abou-Kassem
ACTUALIZADO 26/09/2016
Gran triunfo electoral de Alberto Núñez Feijóo en Galicia que le permite situarse en la primera posición para suceder a Mariano Rajoy. Y victoria importante pero no decisiva del PNV en Euskadi.
El reparto de escaños abre un dilema para los nacionalistas vascos. Con sus 29 escaños, podrá elegir entre los 9 de los socialistas o cualquiera de las otras opciones, la que menos le gusta, la del PP, también le vale para que Iñigo Urkullu repita como lehendakari.
En Madrid, el PP y el PSOE esperan la decisión de Urkullu para saber si cuentan con sus 5 escaños nacionales. Rajoy sale más reforzado que Sánchez. Los socialistas, que no hace tanto gobernaron en las dos comunidades sólo aspiran a ser comparsas en un hipotético gobierno vasco.
En el PP la noche tiene dos caras. Una, y la más destacada es la gran victoria de Feijóo ante una izquierda tan separada como débil. Este triunfo le deja como máximo favorito para suceder a Rajoy. También deja otra pregunta: Si el PP gana con un candidato tan agotado como Rajoy, ¿qué resultado nacional podría lograr con Feijóo?
La mala cara es Euskadi. Han quedado en la cola y si no fuera por la clave nacional no serían relevantes. Su mal resultado en Euskadi sólo se ve eclipsado por el fracaso rotundo de Ciudadanos. El partido de Albert Rivera no ha logrado entrar en ninguno de los dos parlamentos autonómicos dejando claro que la formación naranja debe evitar a toda costa unas terceras elecciones a la espera de tiempos mejores.
Algo que también deben pensar en Podemos. De nuevo una mala gestión de las expectativas hace que unos resultados objetivamente buenos para una formación nueva parezcan un fracaso. Nuevamente lejos de las encuestas y pescando principalmente en el desmotivado caladero socialista. Lo que pierde el PSOE lo gana prácticamente íntegro.
La indefinición y la lucha interna están desangrando a un PSOE que va camino de la intrascendencia. Pedro Sánchez ha asumido que no puede contar con los barones para su plan de llegar a la Moncloa. Curiosamente, muchos de ellos gobiernan en sus comunidades gracias al apoyo de Podemos, el mismo partido con el que impiden pactar a Sánchez. Bajo este esperpento es sobre el que los socialistas decidirán en los próximos días su futuro inmediato.