Por Iñigo Aduriz
30/08/2016
- Rajoy fracasa en su ‘intento’ de lograr apoyos para la investidura
- Rajoy no logra convencer a Sánchez, que sigue sin plantear alternativas
- El PSOE estudia cómo esquivar la presión de derecha e izquierda
Hasta siete pactos ha planteado este martes el líder del PP y presidente en funciones, Mariano Rajoy, al resto de los partidos, durante su intervención en el Congreso en la primera jornada de la sesión de investidura en la que pretende lograr la confianza de la cámara. De esta forma, el máximo dirigente de los populares y el elegido por el Rey para que intente formar Gobierno pasa del rodillo y de la falta de consenso que caracterizaron sus cuatro años al frente del Ejecutivo, a presentarse como el adalid del acuerdo y del consenso delante del Parlamento. Entre otros pactos que ha puesto encima de la mesa, han estado uno para consensuar una nueva financiación de las comunidades autónomas e incluso un acuerdo contra la violencia machista. También mantener el pacto antiyihadista.
Rajoy ha hecho alusión a la corrupción que, según él, «se persigue hoy más que nunca, y los castigos son los más elevados que se han conocido». El jefe del Ejecutivo en funciones ha dicho que en España «no queda ningún resquicio para la impunidad» y que su equipo ha puesto en marcha «mecanismos para recuperar hasta el último euro robado por los corruptos». Le escuchaba atentamente Óscar Clavell, diputado del PP por Castellón imputado por prevaricación y malversación de fondos públicos en su etapa como alcalde de La Vall D’Uixó.
No ha habido apelaciones explícitas al PSOE como se podía esperar dada la estrategia mantenida por el PP en las últimas semanas. Hasta el portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, ha echado en falta esas alusiones directas a los socialistas cuando, una vez finalizada la sesión de este martes, ha valorado el discurso de Rajoy ante los periodistas. El líder popular sí ha realizado, en cambio, menciones indirectas al equipo de Pedro Sánchez, cuando ha apelado una y otra vez a la necesidad de acuerdos.
Ha agradecido a Ciudadanos y CC «su gesto responsable» al alcanzar un acuerdo con el PP para apoyar su investidura, pero ha reconocido «evidente» que es insuficiente. «Esto equivale a decir que el futuro inmediato de España está pendiente de lo que se decida en este debate», ha señalado. Lejos de la autocrítica por perder la mayoría absoluta de hace cinco años, Rajoy ha tratado de hacer «corresponsables» de la falta de acuerdo a todas las fuerzas políticas. «Compartimos la obligación de velar por el futuro de todos los españoles; una responsabilidad solidaria que no podemos eludir gratuitamente nunca, y menos aún, cuando no es posible buscar una salida individual a los conflictos».
En busca de «concordancias»
Por eso, y ante «una de las crisis más graves que hemos vivido en los últimos cuarenta años», Rajoy ha pedido que le dejen gobernar «de manera especial a los grupos que defienden los valores que la Constitución proclama». «No son las diferencias las que hoy cuentan, sino las concordancias», ha dicho, antes de insistir en que «lo que las circunstancias reclaman en este momento es que nos pongamos todos al servicio del consenso, que es tanto como decir al servicio de los españoles.
Rajoy también ha considerado que es él o el caos. Porque, según ha dicho, únicamente él puede encabezar el futuro Gobierno a pesar de no contar con una mayoría suficiente. «No existe alternativa que responda a los deseos de los españoles, que atienda a sus intereses, que cubra sus necesidades, que suscite confianza y que esté en condiciones de intervenir inmediatamente», ha dicho. A su juicio, «si existiera, sería para conformar un modelo de gobierno de mil colores, radical e ineficaz que ni conviene a España ni desean los españoles» y que «además vendría hipotecado por las exigencias de partidos cuyo principal objetivo es desafiar a nuestras instituciones democráticas y romper nuestra unidad territorial».
En contra del nacionalismo
Especialmente duro ha sido el jefe del Ejecutivo en funciones con esta última cuestión. Provocando numerosos abucheos y comentarios en las bancadas de prácticamente todos los partidos, pero especialmente de las fuerzas nacionalistas, Rajoy ha querido poner en valor «el Pacto por la Unidad de España y en defensa de la Constitución» firmado por el PP y Ciudadanos, que pretende abordar «el reto más grave que tiene planteado España en estos momentos» y que no es otro, a su juicio, que la «amenza explícita» que sufre el país «contra su unidad territorial, contra la igualdad de los españoles y contra su convivencia».
El líder de los populares ha recalcado que no está dispuesto a mover un dedo para desbloquear el enfrentamiento que existe entre las instituciones españolas y catalanas y que mucho menos avalará el derecho a decidir que se reclama desde las fuerzas soberanistas. Porque «en términos políticos y constitucionales, el único pueblo soberano en España es el español». A los nacionalistas les ha acusado, además, de buscar «la liquidación de la soberanía nacional y del respeto a la Ley, que es la expresión democrática de esa voluntad soberana». En todo caso, ha recalcado que «el primer requisito para cualquier solución justa es el respeto a la legalidad y a los derechos de todos los españoles».