Por Iñigo Aduriz
30/06/2016
Han sido necesarios seis meses y dos elecciones generales para que el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, se siente en serio a negociar su posible investidura con el resto de los partidos políticos para renovar su mandato otros cuatro años. No lo hizo tras el 20D cuando, a pesar de ser el candidato de la fuerza más votada, renunció ante el Rey a su posibilidad de presentar su candidatura a la Presidencia en el Congreso de los Diputados. Tampoco durante los largos meses posteriores en los que al frente de las negociaciones estuvo el socialista Pedro Sánchez y que, tras su fracaso, desembocaron en la convocatoria de las nuevas elecciones.
Pero ahora que el PP ha mejorado su resultado y ha aumentado su diferencia respecto al PSOE, Rajoy sí se siente con fuerzas para iniciar ese diálogo a pesar del veto que ya le han impuesto tanto por parte de Ciudadanos como del PSOE. A priori, ni uno ni otro quiere que el presidente en funciones repita, ni está dispuesto a facilitar que eso pase, dados los múltiples casos de corrupción en los que se han visto involucrados los populares en los últimos años, así como por la política del decretazo practicada por el principal partido del país en la X legislatura.
No obstante, el portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, ha dicho este jueves que no es el momento de hablar de «nombres» para presidir el Gobierno, lo cual supondría apartar la exigencia de rechazar a Mariano Rajoy. «Primero hay que hablar de contenidos y luego los nombres porque si no se va a reformar la justicia, la ley electoral o no se impulsa un pacto nacional por la educación, no hay nada que hablar», ha advertido en una entrevista en Los Desayunos de TVE.
La aritmética
Pero apenas han pasado cuatro días de las elecciones del 26J y, por tanto, queda mucha negociación por delante. Rajoy ya ha manifestado su intención de formar un nuevo Ejecutivo antes del otoño, pero todo dependerá de su voluntad negociadora y de ceder ante las exigencias de sus oponentes, una práctica casi desconocida por el líder popular. También de la capacidad que el resto de formaciones presenten para llegar a esos acuerdos.
Por el momento, la aritmética sugiere que las únicas opciones para Rajoy pasan por la abstención de todos los diputados del PSOE –opción descartada una y otra vez tanto por el equipo de Pedro Sánchez como por su principal rival interna, Susana Díaz– o por el apoyo o la abstención de Ciudadanos, PNV, CC y al menos otro diputado. Se ha sugerido el nombre del parlamentario de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, que no obstante mantiene un acuerdo con los socialistas y ya ha rechazado, por el momento, esa opción.
La primera toma de contacto con esos y el resto de grupos tendrá lugar este jueves. Rajoy ha iniciado su ronda con el presidente autonómico canario y líder de Coalición Canaria, Fernando Clavijo.. No obstante, la prioridad del presidente en funciones, según ha insistido en las últimas horas, es hablar con Pedro Sánchez. El resultado determinará si se rompe el hielo que ha marcado las relaciones entre ambos del último medio año.