Por Cambio16
17/02/2017
El jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, lamentó en una entrevista con la AFP que el Ejecutivo catalán, dominado por los independentistas, esté en manos de «una fuerza radical y extremista».
«No puede estar un gobierno de un territorio tan importante como Cataluña —donde viven 7,5 millones de personas y que genera entre el 18 y el 19% del PIB español— en manos de una fuerza radical y extremista como la CUP, eso no puede ser», dijo el dirigente conservador, en el poder desde 2011.
La Candidatura de Unidad Popular (CUP) es una formación de extrema izquierda independentista con diez diputados en el Parlamento catalán, sin los cuales el gobierno separatista regional presidido por Carles Puigdemont perdería su mayoría.
La CUP aboga por la desobediencia a las instituciones españolas y exige al Ejecutivo catalán acelerar los pasos para llevar a esta región nororiental a la independencia en 2017.
La alianza independentista está decidida a organizar un referéndum de autodeterminación en septiembre para separar la región del resto de España, en caso de victoria.
Eso afecta al modelo económico y social de Cataluña de manera muy importante», declaró el jefe del gobierno español y aseguró que el independentismo dividió a la sociedad catalana e incluso a las familias.
«No va a haber ningún referéndum saltándose la legalidad, no se va a incumplir la ley, no se va a autorizar», añadió.
Interrogado sobre si será posible organizar una consulta simbólica sin acuerdo con el Estado como en noviembre de 2014, responde que «de lo que se trata es que no llegue ese momento».
Madrid se opone sistemáticamente a la organización de un referéndum de autodeterminación, asegurando que es una cuestión sobre la que debe pronunciarse el conjunto de los españoles.
Desde comienzos de este año, su gobierno intenta una «operación diálogo», sin resultados por el momento, para ganarse de nuevo los corazones de los catalanes.
Rajoy asegura estar listo para hablar de varias reivindicaciones catalanas, especialmente en el campo de las inversiones, citando por ejemplo la culminación del largamente esperado corredor ferroviario de mercancías que conecte con alta velocidad todo la costa mediterránea española, desde Andalucía hasta Cataluña, para seguir hacia Francia.