Por Cambio16
01/08/2016
- La carrera por la supervivencia del PSOE
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Comienza el mes vacacional por excelencia, también en lo que a la actividad política se refiere, si bien este año agosto se convertirá en un periodo clave para despejar las opciones sobre la gobernabilidad del país y para el devenir de los próximos meses. O se consigue un acuerdo que desbloquee la situación –paralizada desde diciembre– o inevitablemente volverán a convocarse unas nuevas elecciones generales, las terceras en tan sólo un año, que previsiblemente se celebrarán en otoño o en invierno.
Esta misma semana resultará decisiva para el presidente del Gobierno en funciones y candidato a la reelección, Mariano Rajoy. Recibió el encargo del Rey para tratar de formar un Ejecutivo la pasada semana y le respondió con un mensaje confuso y sin aclarar si acudiría a la investidura en el caso de que no lograra el respaldo de otros grupos políticos a parte del suyo. Pero el viernes ya dejó claro que lo intentará al convocar para los próximos días a los líderes de los partidos que resultarán imprescindibles para que pueda lograr un apoyo mayoritario en el Congreso.
Mañana se reunirá con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en la Cámara Baja y un día después, el miércoles, hará lo propio con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. El problema para Rajoy es que ninguno de ellos pretende cambiar su postura les diga lo que les diga el máximo dirigente del PP.
El presidente del partido naranja ya ha recalcado una y otra vez que no quiere que Rajoy vuelva a ocupar la Moncloa. Su rechazo no es a que el PP vuelva a gobernar sino que, en concreto, su líder vuelva a presidir un Ejecutivo salpicado por los casos de corrupción que han afectado a sus ministros y que han sentado en el banquillo al propio partido. Sólo en el caso de que los populares dieran su brazo a torcer y pusieran a otro candidato que supusiera una verdadera renovación en el PP Ciudadanos podría cambiar su abstención por un voto a favor.
El ‘no’ a Rajoy es claro por parte del PSOE de Pedro Sánchez, que debe lidiar con exdirigentes como Felipe González o distintos barones autonómicos que abogan, en cambio, por facilitar el Gobierno al PP con una abstención. El líder socialista, cuestionado internamente prácticamente desde su elección en 2014, ha hecho de esa negativa a esa suerte de gobierno de gran coalición que han deseado los populares su bandera y su estrategia de oposición. Ya lo dijo el jueves, tras reunirse con el Rey en la Zarzuela: «No vamos a apoyar a quien queremos cambiar, que es al Gobierno de Rajoy».
Tampoco parece, por el momento, que Sánchez vaya a tratar de conformar una mayoría alternativa en el caso de que Rajoy fracase, como es esperable dadas las posturas enfrentadas que mantienen todos los partidos políticos contra el PP. El escenario quedará en todo caso algo más perfilado esta semana una vez que se conozca el resultado de las reuniones que mantenga el líder del PP con los máximos dirigentes de PSOE y Ciudadanos.